El sábado por la mañana, después de varios días de duro trabajo, en los que Meg apenas tuvo tiempo para descansar, su hijo Ben la despertó realmente temprano. Meg remoloneó bajo las sábanas, y se cubrió la cabeza pelirroja con la almohada.

- ¡Mami! Despierta ya, por favor, que vamos a llegar tarde…

Ben estaba completamente emocionado, porque ese día iban al parque de atracciones. El pequeño, había estado pidiendo a su madre que lo llevara durante medio año, y hoy, finalmente, irían al concurrido lugar en una excursión escolar, organizada por el colegio del niño. En un primer momento,cuando Ben le dijo que se organizaba aquella excursión, y que necesitaban a algún adulto que acompañara al profesor responsable de llevarlos al parque, a Meg le había parecido buena idea apuntarse.

Al tratarse de una excursión que se