Sin embargo, permito que me ayude y le entrego al bebé, ella lo mece en sus brazos y poco a poco se calma, ¿Mi bebé estará enojado conmigo o está acostumbrado a otros brazos?—¿Cuándo empiezas a trabajar? —me pregunta mi madre.—No lo sé mamá, sé que necesito el dinero, pero tampoco tengo con quien dejar al niño.—Pues te lo llevas, ¿Qué mas a hacer? —me dice obvia.—¿Y tú? ¿Qué vas a hacer? —le pregunto—. ¿Volverás con Hernán o pasó algo muy grave que sigues conmigo?Frunzo el ceño, pues no confío en ella del todo, es mi madre y aunque ahora se esté portando bien, voy a recordar lo malo que ha hecho, que ha sido la mayoría de cosas buenas.—Cuando estés estable con mi nieto regresaré con Hernán, no puedo dejarlos solos.Aprieto mis labios hacia un lado y asiento.—¿Tienes hambre? Pidamos servicio a la habitación —me ofrece cambiando de tema.—Es muy caro mamá, debo administrar para lo necesario, creo que es más barato comer afuera —le sugiero.—Yo invito —me sonríe para que esté tran
Así que no importa lo que tenga que hacer, esto será una guerra, al terminar de recoger mis cosas, me dirijo a la puerta y encuentro a mi madre en la salida.—Hija por favor, no hagas esto —me pide, pero no tengo alguna expresión hacia ella.—Espero que disfrutes el dinero. —digo en un tono seco.—No podré si no estás conmigo, eres mi hija y…—Pues cómprate una hija o haz lo que quieras que te haga feliz.—Yo soy feliz contigo y mi nieto.Sentí como la mandíbula me tembló, pero respiré hondo para no flaquear.—Si así fuera, no me hubieras hecho daño, ¿O es que te hace feliz que sufra por ti?—No hija, por favor…—¡QUÉ NO SOY TU HIJA!Grité y ella me mira con temor, mi grito logró hasta a asustar a mi hijo, por lo que enseguida empezó a llorar. Mi madre intenta quitármelo de los brazos y yo lo alejo.—Olvídanos, así como olvidaste que era tu hija cuando me vendiste.Como puedo, la hago a un lado, fue sencillo, creo que mis palabras la dejaron sin fuerzas, estoy actuando a base mis sent
—He estado resolviendo algunos asuntos para poder cumplir, aunque se me han ocurrido algunas ideas. —Continúo la conversación.—Perfecto, discutámoslo en mi oficina.Lleva su mano a mi espalda y con un ligero empujón, pero largo, me adentra a su oficina. Cierra la puerta detrás de él y caminamos hasta en el escritorio, él se sienta detrás de este y yo en frente.—Bien, ¿Cuáles son esas ideas? —indaga Samuel.—¿Cuánto anhelas volver a estar en la empresa?—Mucho, ¿por qué? —ladea su rostro, confundido.—Pues porqué ambos sabemos que no va a durar, con lo que sabemos, tarde o temprano la policía lo va a saber, así tengo dos propuestas, las cuales cumpliré por el simple hecho de estar tranquilo. La primera es que nos olvidemos de la empresa que fundaron nuestros abuelos y creemos una nueva, ya que esta está manchada y no pienso ir a prisión por algo que no hice, y la segunda es que te dé la parte mía, la que te compré y la de mi hermano Douglas. —le planteo.Samuel hace un gesto pensativ
—¿Y por eso dijiste lo de hace rato? ¿Dejarla mal para sacrificar?—No la dejé mal, eso fue la verdad y si, estaba sacrificando un secreto para que confíes en mí.—¿Y cómo revelar que me usaron para que obtengas información me hace confiar en ti?—Pues porque si quisiera traicionarte, te ocultará cosas.—¿Y es que acaso pensabas traicionar a Isabel? Porque ella no sabía que la entregaste como bandeja en plata.—No, es que sabía que no iba a hacerlo porque… te ama —se esfuerza en decir lo último y me quedo callado, tengo esperanzas—. Ahora lo que no entiendo que, si fui bastante obvio en decir que yo planeé todo, ¿Por qué le dijiste lo de Douglas? Estaba claro que ibas a herirla más que a mí.Trato de pensar rápido, ¿qué puedo decirle? Ni yo puedo comprender el porqué, sé que fue impulso, pero también tengo una razón.—No la quiero en estos negocios, por lo que es más fácil alejarla que hacer que ella se aleje…—Entendido, entonces como primera muestra para que confíes en mí, te asegur
Aun no sé lo que pueda pasar, prefiero prevenir que lamentar.—Y yo quiero divorciarme antes de tener una vida contigo…—De acuerdo, entonces resolvamos nuestros asuntos para estar juntos, ¿te parece? —le propongo y ella asiente.Nos separamos totalmente y nos aseguramos de que nos mantendremos al tanto. Cada quien toma por su lado y cuando entro a mi auto cubro mi rostro para evitar una sonrisa, esa mujer hace que me contradiga, se supone que iba a alejarla, pero también quiero estar con ella, al menos no estará involucrada en lo que haré o eso creo.Niego mi cabeza con una sonrisa, ella es mi meta, mi motivación, ya nos puedo imaginar tranquilos y juntos. Enciendo mi auto y acelero dirigiéndome a la empresa, estaciono el auto frente al edificio y dejo que un valet se lo lleve a mi puesto.Entro al edificio y camino hacia el ascensor, para comenzar, necesito revisar que mi firma no esté involucrada. Al entrar a mi oficina encuentro a mi padre esperándome en el escritorio, en mi silla
—Tal vez eso es lo que le faltan, mano dura, nadie nunca aprende hasta que llegue a fondo, por ejemplo, Alejandro dice que cambio cuando en sus ojos vio pasar la muerte.—De ser así, no hubiese planeado meter preso a tú hermano.Asiento, volviendo a darle la razón.—¿Alguna vez creíste en mí?—Lo importante es lo que tú creas de ti, César, porque si te pones a pensar lo que los demás piensen de ti, nunca crecerás como quieres hacerlo.—Qué bueno saber que estoy solo —Ruedo mis ojos.—No es eso, solo que no quiero que te frenes. Así que dime, ¿Qué lo que tienes planeado hacer?¿Debería contarle? Es mi padre y sé que tienes sus asuntos que no comparto, pero ¿Y si necesito su ayuda? ¿puedo confiar en él? Isabel no está de por medio.Camino hacia mi escritorio y me siento, como ha quedado a espaldas de mí, se da la vuelta y apoya sus manos en el escritorio para intimidarme, lo conozco, es el mismo gesto que hace siempre para conseguir lo que quiere.—No quiero estar en cosas ilegales.—¿Y
Aseguro y corta la llamada, pero sigo en las mismas, ¿Qué me asegura que cumplirá? Pues más le vale. Guardo mi móvil y camino para salir de aquí, cada vez se presentan más situaciones por las que me hacen cambiar de plan, por más que intente proteger a Isabel, mi familia hará algo para sacarla de su camino, así que mientras yo cumpla con mi hermano, nada me asegura que él lo haga conmigo.Así que necesito que ella se vaya y se olvide de mí si es necesario. Que rehaga su vida, porque, aunque haga todo por ella, mi familia siempre estará de por medio… Eso es muy fácil pensarlo, pero no puedo hacerlo, lo intenté, pero no duré mucho cumpliéndolo. Y es que, si ella me atrae tanto, no tengo como alejarla, no quiero, pero siento que es necesario, sin embargo, lo daré todo porque sé que hay que ocuparse y no preocuparse.Necesito que Isabel tenga paz, seguridad y estabilidad, ¿Y cómo puedo hacerlo? Estaré en prisión y quién sabe por cuánto, pero estoy decidido por ella, no voy a desampararla.
Llego al comedor y ahí se encuentra Gertrudis, sentada en la cabecera de la mesa, se ha tomado en serio sobre la importancia.—Hola —saluda secamente—, déjanos solas por favor —le dice a la empleada.Esta asiente y se va, luego tiene toda su atención en mí.—Espero que sea muy importante. —tiene esa mirada fría y atemorizante.Yo cierro mis ojos y respiro profundamente, no estoy aquí para caer en provocaciones, vine a negociar mi felicidad en pocas palabras.—¿Si tienes algo bueno que decir? Porque no estoy para perder el tiempo con sanguijuelas.Abro mis ojos y sonrío, creo que sí va a funcionar, ni siquiera me hiere el intento de insulto, ya entendí que ninguno de ellos me define.—No sé preocupe, lo que le voy a decir no es una pérdida de tiempo, de hecho, le interesará mucho… trata de que yo ya no esté más en sus vidas, el sueño que usted tanto deseó —le aseguro.Gertrudis se queda callada, me mira a los ojos y con su mano, me muestra la silla de al lado, quiere que me siente con