Yo niego y a él no le importa, continúa comiendo, yo solo pienso que si no como, es una comida menos que agradecerle a ese tonto.Mis pezones empiezan a humedecerse y con más intensidad siento la mirada de Hernán, yo lo ignoro y acomodo al niño para sacarme una teta y amamantarlo.Hernán de comer y se relame los labios mientras ve hacia mis pechos.—Lavas mi plato cuando termines y recuerda que tienes que limpiar la casa —me ordena sin mirarme a los ojos.Yo asiento y me levanto para terminar de amamantar a mi hijo en la habitación, la mirada de Hernán me incomodan. Luego de un rato le saco los gases y este queda rendido, nuevamente lo acuesto y me ocupo de la casa, pero aún me encuentro a Hernán en la cocina.—¿Se le ha olvidado algo? —le pregunto para ayudarlo.—No, solo quiero hablar contigo —dice.Yo me acerco y poso la mano para recoger el plato por si es un sermón de no haberlo recogido cuando me paré, antes de que pueda llevarlo, Hernán me detiene sosteniendo mi mano y la soba
—Eso no es cierto señora, por favor. —sigo pidiéndole.—¿Ahora me toma por mentirosa? —eso la hace enojar aun más.La veo caminar con mis maletas y se asoma por el balcón del edificio abre la maleta y antes de que pueda detenerla, ella lanza mi ropa.—¡No! —le digo.—Ay niña te hice un favor, eran puros trapos, pero te aconsejo limpiar o montaré una queja sobre ti.¿Trapos dice? Es la ropa que recibía de ella para no ser malagradecida, lo peor de todo es que me lo daban en bolsas negras, tal vez eso tenía su significado, ¿No? Tal vez ni siquiera era ropa de ella, encontraba lo peor para dármelo a mí.Me levanto, ¿De que me sirve seguir haciendo esto? ¿Por qué no puedo comprender que ellos no tienen corazón? Yo no soy ninguna salvadora, ellos nunca cambiarán y eso lo tengo que aceptar.Limpio mis lágrimas y la ignoro. Me subo al ascensor y la veo, ella se siente ofendida.—Niña ingrata, eso lo he pedido para mí —no hago caso y presiono el botón.Bajo a planta baja y desciendo al llegar
—¿Qué pasó? —se preocupa en seguida.Doy un suspiro y luego le resumo lo que me ha pasado, sé que no es algo fácil de procesar y se enojará.—¿Te queda algo de dinero? Para que pagues un pasaje directo al aeropuerto, te compraré unos boletos ahora mismo vivas conmigo.—No puedo irme si estoy en investigación —le recuerdo.—Ay por favor, yo no he visto ninguna noticia Isabel, seguramente lo dijo para perjudicarte.—Aun así no tengo dinero y mis cuentas están bloqueadas porque están compartidas con las de Alejandro.Siento que mi primo está desaprobándome por su silencio, pero no dice nada, lo conozco y sé que piensa en una solución en vez de perder su tiempo en regañarme.Tengo una cuenta aparte de la de mi matrimonio, pero no tengo dinero, pues Alejandro creía que no me estaba tomando en serio nuestra relación y mis ahorros los metí a nuestra cuenta. Pero si sacaba dinero, entonces le estaba robando a lo que hemos creado, él era el único que podía administrar nuestras cuentas y ahora
—Mamá, ¿Tú fuiste quien le dijo a la prensa que Isabel pudo matar a mi hermano? Pues solo la familia sabe lo que está sucediendo y la verdad es que no me sorprendería que quieras humillar mil veces a Isabel que mantener las cosas como dijo papá.—A mi no me culpes, ojalá hubiese sido mi idea, pero lo más probable es que fue tu amigo William, seguramente le vendió la historia a alguien por muerto de hambre, yo soy rica, no necesito vender la historia a nadie.Doy un suspiro porque sé que no me está mintiendo, pero a la vez sé que sabe quién lo hizo.—De acuerdo mamá, hablamos más tarde, sea quien sea, necesito encargarme de esto.Me despido de ella y ella también lo hace diciéndome lo mucho que me quiere. Corto la llamada y cierro todo lo que está en la computadora, me levanto y espero que apague la computadora, mientras reviso el otro teléfono, meto las posibles contraseñas que podría tener y nada, no logro entrar.Yo soy el mejor amigo de mi hermano o lo era, y jamás supe de este tel
El interrogatorio ha terminado o eso pienso cuando el capitán sale. El abogado de Isabel está con nosotros, pero de momento no lo dejo entrar y es porque necesito saber todo lo que dirán.—¿Cómo cuenta sus hechos? —pregunta William.El capitán me ve con desconfianza, pero William le explica que yo pagué para que investigará de forma discreta. El capitán solo nos dice que lo acompañemos a su oficina para más privacidad, y claro que el abogado nos acompañará, pues si ella confía en él, entonces yo también.Al cerrar la puerta, el capitán nos cuenta que Isabel se iba a ir del estado porque no tiene a donde ir, dijo que su madre esta viviendo con su esposo, pero que a Isabel se le dificulta estar con ello. Y que como el apartamento está en mal estado y no puede mantener al bebé ahí, planeaba irse y no porque huyera del caso, solo que no tenía a dónde ir.Antes pensaba que Isabel siempre le chismeaba a Alejandro las cosas que mi familia le hacía a ella, pero ella no le comentó mucho a la p
César.Acomodé a Isabel en una habitación de huéspedes, aunque solo tenía la ropa del niño y lo entiendo, mi madre me confesó que le había tirado la ropa, tal vez no pueda reclamar el apartamento para Isabel porque lamentablemente mi hermano se lo dejó a Nicolle, y con el vídeo de él ahorcando a Isabel tiene sentido ahora, Nicolle es su amante y esperaba también un hijo de Alejandro.Estoy en shock que trato de procesar todo esto, estoy enojado conmigo, con Alejandro, porque traté y hablé mal de una mujer inocente, estuve ciego, soy un imbécil, amo a Alejandro porque es mi hermano y él nunca fue mal hermano, pero era mal esposo y mal hombre, y ahora me doy cuenta de ello.Ahora me encuentro en mi oficina de la casa, aunque haya invitado a Isabel a vivir aquí, verla me hace sentir muy avergonzado, estuve equivocado y nada de lo que haga lo recompensará, la idea de que viva conmigo es por culpa, me siento culpable de lo que ha tenido que pasar, si no hubiese estado ciego, yo habría h
—No cariño, yo no… —me interrumpo a mi mismo cuando veo pasar a Cecilia—. ¿Cocinaste? —le pregunto.—No señor, fue la señora Bennette, es muy terca —me confiesa.Hannah me ve confundida y yo le agradezco a Cecilia por intentar, luego me voy al comedor y encuentro a Isabel acomodando los platos en la mesa.—Me alegro de que hayan llegado —se incorpora y nos ve con una sonrisa.—¿Qué hiciste, Isabel? Te dije que descansaras —cubro mi rostro con una mano.—Solo quiero agradecerles por dejarme vivir con ustedes temporalmente —se explica.—¿Qué? —dice Hannah y me ve con enojo.—Cariño… —me interrumpe.—Me has pedido que nos casemos, pero no parecemos un equipo, tomas decisiones sin involucrarme, ¿Acaso no soy importante para ti? —se enoja, nuevamente.Ella no me permite responderle y se disculpa con Isabel para que no piense que es con ella el asunto, es conmigo, luego se va a la habitación y cierra la puerta con fuerza.—Lo siento César, yo no quise causar problemas, debí pregun
Isabel no alcanzaba la servilleta y yo reacciono del transe que tiene ese pecho, le alcanzó la servilleta y le cubro el pecho, luego ella lo sostuvo, veo rápidamente a Hannah y espero que no note que se me ha parado. Me siento mal y culpable, es mi cuñada, ¿Qué te pasa? Recojo otra servilleta y se la paso a Hannah. Tal vez se me ha parado por Hannah, o sea, tiene su cara llena de leche.—Lo siento tanto Hannah, de verdad —dice Isabel en lamentación.—No te preocupes, más bien deberías estar orgullosa, ya que hasta tu leche materna sabe bien —Hannah se ríe probando un poco de lo que le ha caído en la cara, luego quita el resto con la servilleta.Todos nos reímos de ello, aunque al principio Isabel estaba avergonzada.—Se ha dormido —dice Isabel y se acomoda el pecho, finalmente lo cubre—. Voy a acostarlo.Retira su silla y se levanta para irse, Hannah me ve y siento su mirada encima.—¿Qué pasó Don caballero? Pensé que te ibas a ofrecer a llevar el niño —Hannah me conoce perfecta