Diez años después
Gabriela Brennan ve por la ventana del avión como se aleja de su ciudad natal como hace tantos años atrás lo hizo.
Tiene una mezcla de sentimientos contradictorios entre su mente y su corazón.
No puede evitar sentirse excitada ante la idea de reencontrarse con su pasado doloroso y amargo.
Pero que a la vez le había dejado el mejor regalo y una lección de vida de lo que podría lograr si se lo proponía.
Ha pasado por mucho para llegar a esta oportunidad tan importante en su carrera.
Su familia ha sido el apoyo más importante para lograr lo que anhela pero es momento de abrirse camino.
Todo el ajetreo de los últimos días para reasignar a sus pacientes a sus colegas, trabajando hasta altas horas de la noche, las despedidas de compañeros y familiares se agotaron.
Mientras reclina su asiento, piensa en esta experiencia como un deja vu aunque mucho ha cambiado en estos años.
Todavía podía recordar como si fuera ayer su primera vez en un avión, la emoción y ansiedad de comenzar una nueva vida y además viajar sola a un país distinto.
Con 18 años era la primera en lograr una beca y para más orgullo en la Universidad de Oxford, con ese pensamiento cierra los ojos y su mente retrocede unos diez años atrás, cuando la inocencia y confianza eran sus características principales.
La noticia de su selección había sido motivo de orgullo para sus padres y a pesar de las circunstancias esos momentos se quedarían con ella para siempre.
Partió con su maleta llena de ilusiones una mañana para Londres, luego del viaje en avión y después en tren fueron la guinda en el pastel a aquella hermosa experiencia esta tarde cambiaría para siempre su vida.
Comenzaba a caer la tarde en el campus, caminaba entre asombrada y distraída arrastrando la maleta sin prestar demasiada atención.
Cuando se tropezó con un joven alto rubio de ojos azules, delgado y elegante.
—Disculpa —dijo apenada.
Aquel chico se mostró incómodo ante su torpeza y su aspecto pueblerino, la miró de manera reprobatoria por su ropa pobretona, pero luego fue más empático.
Se mostró dispuesto a ayudarla.
—Debes tener más cuidado pues puedes chocar con quién luego quiera una retribución para disculparte, supongo que eres nueva, ¿cierto?
—Sí, estaba buscando mi edificio.
Aquel chico era muy atractivo de mirada penetrante pero su actitud altiva le produjo rechazo de inmediato.
—Bien déjame ver lo que te indican en el papel, por cierto mi nombre es Luis.
Lo leyó mostrándose pensativo y eso preocupó a Gabriela, quizá era muy confiada e inocente.
—Mucho gusto, me llamo Gabriela.
—De acuerdo, ya estás cerca, te corresponde el edificio que está allí —dijo señalando una entrada.
—Muchas gracias y nuevamente disculpa mi torpeza —reorganizó su ropa y maleta antes de continuar su camino.
Durante meses a Gabriela le dio la impresión que él la seguía pero quizá solo era su mente que le jugaba una mala pasada.
Quizá era ella quien deseaba secretamente que estuviera allí entre las sombras contemplándose, hasta que una tarde mientras estudiaba con una compañera en la biblioteca Luis realizó un avance real.
—Ese chico te observa con atención —le dijo Margaret a Gabriela.
—Pues para ser honesta no me interesa, ahora mismo estoy enfocada en mis cursos, quiero hacer algunos extracurriculares y no tengo tiempo para perderlo, Bioquímica me tiene totalmente ocupada.
—Pues soy muy bueno en esa materia, me ofrezco a darte clases, así yo también aprovecho de reparasarlo —dijo Luis que había estado escuchando la conversación con atención.
—No gracias, me gusta ser autodidacta.
—No seas orgullosa, cuál es el problema de pedir ayuda a un compañero, además una de mis metas es dar clases de medicina luego de graduarme y que más que adquirir experiencia.
—Gracias pero no.
Esa primera táctica no le había funcionado para conquistarla.
En aquel momento ella pensó en que era seguro que usaba la misma táctica con todas sus conquistas así que una y otra vez lo rechazó.
Aunque secretamente cada vez que salía de clases o veía grupos de chicos lo buscaba con la mirada y cuando finalmente coincidían sentía que el estómago se le oprimía.
Luis pasó un mes insistiendo, sentándose junto a ella en la biblioteca y almorzando, coincidiendo cuando salían a trotar.
De hecho fuera de sus clases no tenía vida social intentando tener éxito en conquistarla, pero nada parecía dar resultado.
Gabriela cada vez más comprometía su corazón y se emocionaba al verlo, si faltaba por alguna razón lo extrañaba y al darse cuenta de sus sentimientos se preocupó y comenzó a pensar si era realmente sincero con ella.
Hasta que una noche que todo cambió se quedó estudiando unas horas y cuando iba al dormitorio unos chicos bebidos se mostraron impertinentes intentando propasarse y allí apareció su héroe de la nada.
Luis la defendió a golpes, acabando con el labio partido y un ojo morado había sido tan surreal y a la vez emocionante, que pronto terminó preocupada por su estado.
—Debemos ir a enfermería.
—No por favor, solo iré a mi apartamento, me daré un baño y todo estará bien.
—Necesitas curarte.
—Es tarde te acompañare a tu dormitorio y luego iré a atenderme, eso sí con la condición de que me aceptes una salida.
—Está bien, lo haré porque te agradezco tu ayuda, una salida y nada más.
A partir de allí fueron inseparables, lo esperaba al salir de clases, estudiaban juntos, caminaban de la mano en sus paseos los fines de semana, noches de películas, escuchar música y leer libros, parecían ser tan afines en todo, hechos el uno para el otro.
Se ganó su confianza y luego la sedujo.
Aquella noche que perdió la virginidad en su brazos habían tenido una cena romántica, flores y hasta un anillo para sellar su compromiso.
Ella se sentía enamorada por primera vez, él fue todo un caballero durante un tiempo, así que se dejó llevar por sus sentimientos y se entregó a él, lo amaba profundamente así que en aquel momento todo se sintió perfecto.
Pasaron dos meses de noviazgo, convivencia y un sinfín de promesas pero de la noche a la mañana Luis desapareció del campus, del apartamento y su vida, el pecho de pronto lo sintió oprimido un reflejo del dolor de aquellos días
—Mamá, ya llegamos al aeropuerto de Londres, te quedaste dormida —dijo Harry que está a su lado despertándola con una sonrisa, a sus diez años era la viva imagen de su padre, el había interrumpido su sueño pero este realmente no era más que un recuerdo.
—De acuerdo cielo, que descuido de mi parte, menos mal que también estaba la abuela para cuidarte y acompañarte.
—No te preocupes mami, no fue mucho tiempo y yo me entretuve viendo una película.
—¿Estás emocionado de mudarte?
—Me entristece dejar a mis amigos y a la familia, pero lo importante es que estemos juntos y además voy a poder ver cosas nuevas y la casa donde vamos a vivir está cool.
—Si todo está listo, de hecho nos esperaran en el aeropuerto para recibirnos.
—Llegaron los Brennan para quedarse.
—Me encanta que estés entusiasmado, una nueva casa, un nuevo colegio, será una experiencia increíble, ya verás, y mamá, te doy las gracias por tanto apoyo para todo, eres la roca a la que me sostengo.
—Y tu mi orgullo así como para tu padre, sé que lograrás hacer justicia, tal como lo prometimos en su tumba.
—Así será mamá.
Luego de establecerse en su nuevo hogar durante el fin de semana, había llegado finalmente el día en que Gabriela enfrentaría su pasado, mientras se dirigía a la lujosa y prestigiosa Clinica Stone.Desde hace años planeó ocupar una posición de prestigio en aquel lugar y al fin las condiciones le favorecieron, sería la nueva jefe de oncología y fue entrevistada de manera virtual por el área de recursos humanos y por último por Oliver y Amelia Stone quienes eran los directores de dicho centro.La pareja de médicos se había ganado el respeto de la alta sociedad no solo por sus años de experiencia y éxitos sino porque ambos venían de familias adineradas, el cirujano plástico y ella gastroenteróloga.Tuvieron un solo hijo en quien dejarle su legado, Luis también médico en un acto de rebeldía no eligió la especialidad de algunos de sus padres y se fue por la pediatría, le encantaban los niños sentía que representaban lo único puro y honesto en este mundo, dicha elección le cambió la vida.P
Luis se siente perturbado el solo escuchar aquel apellido le ha causado conmoción, “Brennan”, no podía ser coincidencia, puso la mano en el pomo de la puerta y respiro profundo un millón de emociones pasaron por su mente y no era por el golpe que se había dado era simplemente la excitación que le producía reencontrase con aquel amor del pasado, si era así su madre no la reconoció y él no tenía el más mínimo interés de que lo hiciera.Toca a la puerta antes de abrir y cuando escucha una voz femenina y bastante sensual que le indica pasar finalmente abre e ingresa a la oficina, ella tiene la cabeza gacha revisando unos papeles, pero en cuanto sube la mirada y sus ojos se encuentran no le quedan más dudas.— ¿Gabriela eres tú?— , pregunta totalmente sin aliento.— Doctora Brennan, mucho gusto, soy la nueva oncólogo jefe del área, usted debe ser el doctor Stone, su madre me hablo un poco de usted— , extendió su mano para estrecharla y en ese momento los recuerdos llegan a su mente.— Much
Al llegar al nivel requerido sus caminos se separaron, Gabriela fue la primera en bajarse del ascensor y Luis solo pudo verla alejarse con pasos llenos de seguridad, él fue el siguiente en bajar y se dirigió al departamento de Recursos Humanos para pedir el expediente de aquella pelirroja de ensueño. Una vez se hizo del documento pensó que debía hacer a partir de lo que descubriera allí, quizá desenterrar el pasado era un error, pero ¿si tu vida se había detenido en aquella época no desearías resolverlo? Pasados unos minutos cuando Gabriela se disponía a dar inicio a la reunión con su grupo de trabajo tocaron a la puerta y una vez entró el que había interrumpido, se sorprendió de que se tratara nuevamente de Luis, internamente le dio satisfacción pues parecía estarse volviendo loco en tan poco tiempo, pero también tenía claro que no deseaba que la desviara de su objetivo principal. —Buenos días, a todos. —¿Necesita algo?, ¿puedo ayudarle? —Vengo con la intención de asistir a la re
Luis quería intimidar a Gabriela, pero ella ni era aquella chica a quién despreció aquella noche de lluvia frente a su casa y se lo iba a demostrar, de hecho, no se permitiría a sí misma flaquear.Así que caminó decidida hasta su escritorio y preguntó, — ¿Supongo que puedo sentarme no? — , dijo señalando la silla. — Si claro. — ¿A qué te refieres?, no tengo ningún secreto, así que lo que tengas en esa carpeta no tiene relevancia, si es mi currículum, allí estará lo importante de mis datos laborales pues es mi historial de desempeño y educación — , interiormente estaba preocupada pues sabía que intentaría investigar a más profundidad, por su parte Luis solo lo dijo para ver su reacción y la noto nerviosa, así que logro el efecto deseado, tenía algo que ocultar y el averiguaría que. — ¿Estás aquí para vengarte de mí por lo que te hice? — No sé de qué hablas — , era una verdad a medias pues a pesar que no era su objetivo principal sino su madre esperaba que el también sufriera. — D
Dejo el lugar preocupada pues aquella coincidencia solo significaba que en primer lugar o debía cambiar el niño de colegio estaría en riesgo de que rápidamente se supiera su secreto, además era totalmente inaudito que dos hermanos por parte de padre se conocieran de esa manera, no quería ni imaginarlo.Por el momento solo pensó en el hecho de minimizar las opciones mientras decidía que hacer, así que se detuvo antes de llegar a la clínica y llamo a su madre. — Hola hija, ¿qué ocurre? — Pues mamá, cuando vayas a buscar a Harry deberás hablar con él, intentar que por ahora no comente mi profesión y deberás llevarlo e irlo a buscar no solo mientras este supuestamente viajando. — Y eso, ¿por qué? — No lo vas a creer, pero la hija de Luis estudia en el mismo colegio de Harry, quizá en otra aula, pero ella me conoce y si me ve le podría decir a su padre. — Que enredo, ¿por qué no lo cambias de colegio? — No es tan fácil encontrar cupo en un colegio cuando ya ha empezado el año escolar
Luis no deja de pensar en que estar haciendo aquella noche Gabriela, no puede concentrarse ni en lo que le dice su hija, por ellos cuando esta decide ir a dormir se siente aliviado, no puede evitarlo, quizá traspase los limites, pero no puede contener los sentimientos que ella con su regreso a despertado, no sabía cuánto la ha extrañado hasta ahora que la tiene cerca, se sentía muerto, sin sentimientos, pero ahora todo había cambiado. Insiste una vez más y esta vez la llama, — Hola, Gabriela, siento tener que ser insistente. — Vi tus mensajes y llamadas, pero la verdad no logro comprender porque te sientes en derecho de compartir conmigo tu opinión, creo que con quien yo salga no es tu problema, tienes 10 años que no me ves, ¿a qué viene tu preocupación? — No lo conoces, no quiero que dañe tu imagen en la clínica. — Soy una adulta se que debí hacer o no, además durante años me enfrentado a mucho y tu no has estado allí. — No quiero que siga siendo de esa manera, eres mi emple
Aquella mañana Luis llega muy temprano, cuando se trata de una cirugía o parto en el que debiera participar era excesivamente meticuloso, por ello se preparaba con suficiente antelación.Una vez en la clínica se encontró con Víctor y sintió que algo se removió en su interior, era la primera vez que sentía celos, pero además que quería proteger a una mujer tanto como lo hacía con Christine, sin embargo, sabía que debía ser profesional y separar sus emociones del trabajo.Luego que terminaron una cesárea y que evaluó a la criatura y cuando estuvo conforme que él bebe estaba en óptimas condiciones y que no lo ocuparían por el momento, se acercó al anestesiólogo. — Víctor por favor necesito hablarte en la oficina unos minutos. — De acuerdo jefe.Cuando llegaron al lugar Víctor tomó asiento mientras Luis cerraba la puerta, — Seré breve, creo que ambos estamos ocupados. — Está bien, ¿usted dirá? — Nunca he sido partidario de escuchar comentarios de pasillos ni entrometerme en lo que lo
Mientras Luis lee el informe no lo puede creer, Gabriela aquel día fatídico en que él le dio la espalda debió atravesar un accidente donde su padre, aquel señor que conoció defendiéndola, murió de manera instantánea en un accidente en el cual el conductor del auto que les había arrollado se dio a la fuga y jamás encontraron el culpable..Con razón lo odiaba, seguramente pensaba que de no estar allí en ese momento su padre estaría con vida y de hecho podía que fuera cierto.Es decir que era otra culpa con la cual cargar, vio las fotos y le pareció terrible pero además había artículos de periódico donde explicaban que la chica estaba gravemente herida, contaba con pronóstico reservado, lo cual quería decir que paso por mucho, no podía ni imaginar lo duro que pudo ser para ella perder tantas cosas en un día.Intento recordar los eventos de esa noche, pero no recuerda escuchar las sirenas ni enterarse de nada, sabía que llovía y nada más pues no solo estaba aletargado por el dolor que sin