Pasaron 10 años y con ellos las etapas más tiernas de los niños, ahora ya tanto Harry como Christine se encontraban estudiando en la universidad en profesiones distintas, él para ser médico como sus padres y ella para ser abogado.

Sus personalidades tan distintas los habían distanciado y no había manera que coincidieran, mientras Harry era más retraído y algo ermitaño tanto que al cumplir la mayoría de edad se fue a vivir solo y parecía solo concentrarse en los estudios.

Christine era extrovertida, vivía de una fiesta a otra y no daba el máximo en los estudios pues no parecía ser su prioridad, Harry visitaba las casa con frecuencia y compartía con su hermano Sebastián y algunos fines de semana con los hijos de sus tíos Tomy y Olivia que también consideraba sus hermanos.

Pero para la que fue su mejor amiga y cómplice la familia cada vez le era más indiferente, sin embargo todo estaría por cambiar.

— Hola mamá — , dijo Harry arrastrando las palabras porque todavía estaba un poco dor