Bueno, cariñitos, quise que leyeran un poco la situación desde la perspectiva de nuestro amado Jason, las cosas están poniendose complicadas. Mil gracias por leer!!
Hanna Nada más despertar me alisto para ir nuevamente al hospital y ver a Chris, pues en la madrugada mi madre por poco me saca a patadas y mejor ni hablar de la manera en que reaccionó cuando le dije que me llevaría a Chris. Dejando salir un suspiro, tomo mi celular y no puedo evitar revisar las llamadas, solo para darme cuenta que desde ayer que aparecieron las mas de diez llamadas perdidas de Jason, no he vuelto a tener más nada de él. Me debato entre si debo o no regresarle las llamadas y sintiendo las manos temblar, decido que lo mínimo que puedo hacer luego de irme de la manera en que lo hice, es eso. Sentándome nuevamente en la cama me armo de valor y oprimo la tecla de llamar, escuchando como mi pulso se dispara de solo imaginar que voy a escucharlo. Un tono, dos tonos, tres… Y la llamada se cae al buzón, haciendo que de inmediato mi corazón se encoja y miles de pensamientos pasen por mi mente, cada uno más dañino que el anterior, pero sabiendo que no puedo alterarme por
Jason 72 horas, ese es el tiempo que ha pasado desde la última vez que vi a Hanna. Dios la última que hablé con ella lo único que hice fue escribirle un escueto “Esperame” y desde entonces ni he tenido tiempo de llamarla. Tampoco sé cómo explicarle todo lo que ha pasado en tan poco tiempo. Y es que en las últimas 72 horas he tenido que reunirme, no solo con mi padre a quien solo tengo ganas de golpear, sino que además hemos tenido que involucrar nuevamente al detective por todo el tema de la amenaza, pero eso no es lo peor. Lo peor es que el maldito detective me diga que llevan tres años investigando a la familia Hamich por lavado de activos y malversación de fondos, que, aunque están cerca de capturarlos, al parecer nosotros nos hemos vuelto punto clave en su investigación. Y es por eso que nos encontramos nuevamente reunidos, para organizar el plan que hemos trazado. —¿Ya sabe lo que debe hacer cuando los vea?— pregunta el detective a mi padre. Pues él se ha convertido en nues
Hanna Esta mañana mi celular no ha dejado de sonar desde que me desperté anunciando notificación tras notificación, sin embargo he estado tan ocupada tratando de conseguir un maldito abogado eficiente en esta ciudad, y que no me cobre un riñón, que no he podido revisar nada. Aprovecho que he salido del hospital y busco una cafetería en la cual merendar algo y una vez sentada me permito ir abriendo todo lo que me llegó, sin embargo en el instante en que lo hago me arrepiento y siento que el suelo bajo mis pies comienza a moverse. Es Jason, Jason saliendo de un lujoso restaurante llevando del brazo a… A Lorena. No consigo entender nada de lo que estoy viendo, mis dedos se mueven con rapidez por la pantalla y veo cómo los medios solo hablan del nuevo amor del CEO y como la rubia parece haber quedado en el olvido. ¿Me ha olvidado? Puedo sentir mis ojos llenarse de lágrimas y como mi garganta se cierra debido al llanto que quiere salir. Con dedos temblorosos abro nuevamente el último me
Jason Una semana, ha pasado una m*****a semana desde que Alex se fue para Londres y aunque tenerlo a él allá me ha dado una tranquilidad inmensa, las ganas de ver a Hanna solo han incrementado. Mi amigo me dice que ella ha evitado hablar por completo de mí y yo no sé cómo tomarme eso y el hecho de que sigan saliendo fotos mías con Lorena no ayuda para nada, pues sé que el médico le dijo a la gatita que debía mantenerse lo más tranquila posible. Sin embargo, parece que el día del golpe ha llegado, el detective está dando las últimas indicaciones a mi padre y veo como oculta en uno de los botones de su camisa una cámara miniatura que nos permitirá ver todo lo que ocurra en la reunión. —Muy bien señor Thompson, ¿tiene claro todo lo que debe hacer? Mi padre se ve muy nervioso y puedo entenderlo, hoy es el día en el que por fín, el viejo maldito de Hamich junto a Lorena han aceptado ver al dichoso recomendado de mi padre para hacer negocios, luego de haberlo investigado por completo.
Hanna La última semana ha sido un sube y baja de emociones. Para empezar descubrí que Alex tiene una carpeta con toda la información de lo que sucedió en mi vida hace más de 10 años y cuándo digo todo, me refiero a todo. Los golpes a mi madre, el abuso del alcohol, las agresiones todo lo que ese hombre nos hizo está evidenciado en esas carpetas, incluso hay información médica de las veces que mi madre tuvo que ingresar de urgencias y de las pocas veces que yo fui golpeada por él. Sinceramente me asusta pensar cómo es posible que en menos de 48 horas un detective privado pudiera haber encontrado todo esto y eso sin contar con que nos ha dado un itinerario de cuál es la rutina diaria de mi padrastro, lo cuál demuestra, tal como Alex dijo, que no ha cambiado. El detective ya ha recibido toda la información y aunque técnicamente ahora mismo solo nos queda esperar, Alex insiste en poner la trampa. —No sé… Si ya el detective está al tanto ¿Lo mejor no sería esperar? Alex me mira con
Jason Nada más colgar la llamada siento como mis latidos empiezan a acelerarse y sin dudarlo un solo segundo, entro en la sala de mi apartamento, donde se encuentran el detecte, el abuelo y mi padre hablando del juicio que se viene en contra de los Hamich. Sin embargo, nada de eso tiene importancia para mí ahora, por lo que levanto la voz haciendo que todos me escuchen antes de decir: —Tengo que salir del país— De inmediato toda la sala queda en silencio. Puedo sentir los ojos de todos fijos en mí, en especial los de mi abuelo que me mira con una pregunta silenciosa en los ojos y yo simplemente asiento hacia él de manera imperceptible y sigo de largo. Nada más caminar directo al pasillo que lleva a mi habitación, empiezo a escuchar al detective y mi padre llamarme , la voz de este último se alza sobre las demás. —¿De qué demonios estás hablando? ¡No puedes irte sin testificar!— dice, pero lo ignoro y tomo una maleta de arriba del closet para empezar a guardar mis cosas. Mi padre
Hanna —Hola, gatita. Por un momento, cuando lo veo entrar en la habitación, pienso que mi mente me está jugando una mala pasado, que me lo estoy imaginando, pero ahora, mientras lo veo ahí justo enfrente mío y viéndose tan atractivo e imponente como siempre, mis emociones se alteran y sin poder contenerme un pequeño sollozo sale de mi, al tiempo que Jason avanza con rapidez en mi dirección. —Oh no, gatita no llores. No quiero hacerte llorar. Sin poder evitarlo, y culpando totalmente al beé en camino, lloro más fuerte al escucharlo y veo cómo eso hace que todo el rostro de Jason se vuelva una mueca de pánico, por lo que me obligo a, en medio de mi llanto, regalarle una sonrisa para intentar tranquilizarlo. —Lo siento… es el embarazo, me tiene hecha una llorona— digo y lo próximo que hago es ponerme en pie de un salto y lanzarme sobre él—¡No puedo creer que ya estás aquí! Los brazos de Jason me sostienen con fuerza y sé que este abrazo, este encuentro es algo que necesitábamos,
Finalmente estamos todos otra vez en Los Ángeles, tener a la gatita nuevamente viviendo conmigo es lo único que me da tranquilidad. Cuando estuve en Londres me encargué de pedirle al abuelo que buscara un lugar adecuado para la madre de Hanna y el pequeño Chris que estuviera cerca de nosotros y por eso nada más llegar ellos pudieron instalarse en un lindo apartamento a unas cuadras de donde está mi edificio, de eso ya había pasado una semana. Otra novedad es, que aún en contra de mi voluntad, Hanna decidió regresar al trabajo en la empresa, aún cuando sabe que tiene un embarazo delicado, pero esa mujer del demonio se niega a hacerme caso, al menos aceptó salir más temprano para no fatigarse. Desde entonces salgo puntual de la oficina para conseguir pasar con ella el mayor tiempo posible cada día, justo como ahora. Desde que regresamos de Londres y estamos juntos nuevamente, no pierdo oportunidad de pasar tiempo con ella, especialmente ahora que está embarazada y eso la tiene más f