Holaa, holaaa, cada vez estamos más cerca del final!!! Muchas gracias por leer, cariñitos, han sido unas lectoras hermosas!! Besoooos
Jason Nada más colgar la llamada siento como mis latidos empiezan a acelerarse y sin dudarlo un solo segundo, entro en la sala de mi apartamento, donde se encuentran el detecte, el abuelo y mi padre hablando del juicio que se viene en contra de los Hamich. Sin embargo, nada de eso tiene importancia para mí ahora, por lo que levanto la voz haciendo que todos me escuchen antes de decir: —Tengo que salir del país— De inmediato toda la sala queda en silencio. Puedo sentir los ojos de todos fijos en mí, en especial los de mi abuelo que me mira con una pregunta silenciosa en los ojos y yo simplemente asiento hacia él de manera imperceptible y sigo de largo. Nada más caminar directo al pasillo que lleva a mi habitación, empiezo a escuchar al detective y mi padre llamarme , la voz de este último se alza sobre las demás. —¿De qué demonios estás hablando? ¡No puedes irte sin testificar!— dice, pero lo ignoro y tomo una maleta de arriba del closet para empezar a guardar mis cosas. Mi padre
Hanna —Hola, gatita. Por un momento, cuando lo veo entrar en la habitación, pienso que mi mente me está jugando una mala pasado, que me lo estoy imaginando, pero ahora, mientras lo veo ahí justo enfrente mío y viéndose tan atractivo e imponente como siempre, mis emociones se alteran y sin poder contenerme un pequeño sollozo sale de mi, al tiempo que Jason avanza con rapidez en mi dirección. —Oh no, gatita no llores. No quiero hacerte llorar. Sin poder evitarlo, y culpando totalmente al beé en camino, lloro más fuerte al escucharlo y veo cómo eso hace que todo el rostro de Jason se vuelva una mueca de pánico, por lo que me obligo a, en medio de mi llanto, regalarle una sonrisa para intentar tranquilizarlo. —Lo siento… es el embarazo, me tiene hecha una llorona— digo y lo próximo que hago es ponerme en pie de un salto y lanzarme sobre él—¡No puedo creer que ya estás aquí! Los brazos de Jason me sostienen con fuerza y sé que este abrazo, este encuentro es algo que necesitábamos,
Finalmente estamos todos otra vez en Los Ángeles, tener a la gatita nuevamente viviendo conmigo es lo único que me da tranquilidad. Cuando estuve en Londres me encargué de pedirle al abuelo que buscara un lugar adecuado para la madre de Hanna y el pequeño Chris que estuviera cerca de nosotros y por eso nada más llegar ellos pudieron instalarse en un lindo apartamento a unas cuadras de donde está mi edificio, de eso ya había pasado una semana. Otra novedad es, que aún en contra de mi voluntad, Hanna decidió regresar al trabajo en la empresa, aún cuando sabe que tiene un embarazo delicado, pero esa mujer del demonio se niega a hacerme caso, al menos aceptó salir más temprano para no fatigarse. Desde entonces salgo puntual de la oficina para conseguir pasar con ella el mayor tiempo posible cada día, justo como ahora. Desde que regresamos de Londres y estamos juntos nuevamente, no pierdo oportunidad de pasar tiempo con ella, especialmente ahora que está embarazada y eso la tiene más f
Hanna Camino en silencio junto a la madre de Jason y no puedo negar que me siento incómoda, pues aunque la mujer nunca ha sido directamente grosera conmigo, como si lo ha sido su esposo, tampoco se ha mostrado como una suegra amable desde que nos conocemos. Me guía hasta una hermosa habitación y veo que abre una puerta dentro de esta y por poco se me cae la boca de la impresión, ese closet debe ser del tamaño de toda la sala del apartamento de Jason. La veo rebuscar entre filas de vestidos hasta que finalmente sale llevando en las manos un vestido blanco protegido por una cubierta de plástico. —Mi madre me lo pasó a mi cuando Thomas me propuso matrimonio— me dijo y fue quitando la cubierta plástica—Lo use en nuestra fiesta de compromiso y no tengo una hija a quién pasarlo y sé que no he sido la mejor suegra, pero me gustaría que lo tuvieras, si quieres. Cuando ella termina de destapar el vestido, estoy reteniendo la respiración, pues se que a su manera ella está buscando la forma
Jason En medio de la inconsciencia escucho que alguien me está llamando, pero ni siquiera consigo abrir los ojos, estoy agotado. Las últimas semanas Hanna ha estado muy irritable debido a que ya está en sus nueve meses y está desesperada porque la pequeña nazca ya, porque si, es niña. Sus pies le duelen al igual que la espalda y mejor ni hablar de sus antojos que me hacen salir a medianoche por comida que, cuando le traigo, medio la picotea y luego me dice que ya no la quiere, y es justo por eso que decido no abrir los ojos, a sabiendas de que muy probablemente se trata de otro antojo. —Jason… —escucho, esta vez más cerca y empiezo a despertar. —Mmmm— digo, esperando no escuchar nada sobre antojos. —Jason tienes que levantarte, la bebé viene en camino. “La bebé viene en camino” Las palabras vuelan por mi mente hasta que finalmente, sentándome de un solo tirón, llevo mis ojos muy abiertos hacia donde la hermosa rubia a mi lado me ve con una mueca de dolor. —¿LA BEBÉ VIENE EN CAM
Hanna Han pasado dos años y medio desde que dimos la bienvenida a nuestra hija, tres años desde nuestra boda. Hoy, en nuestro aniversario de bodas, Jason me envió un mensaje en el que me decía que tenía una sorpresa para mí. Estoy tan emocionada que me alisté a la velocidad de la luz, pues cada aniversario a sido mejor que el anterior y hoy yo le tengo una sorpresa muy especial. Dejo a nuestra hija, Rosa, con mi madre y me dirijo a la dirección que Jason me ha enviado. Cuando llego, me encuentro frente a una impresionante edificación recién remodelada. Los nervios y la curiosidad se mezclan dentro de mí mientras me acerco a la entrada. Un amable vigilante me toma por sorpresa cuando me saluda por mi nombre y me indica que me esperan dentro. — Señora Thompson, bienvenida, la están esperando dentro. Abro y cierro la boca sin saber que decir, pues el hombre me habla como si supiera perfectamente quien soy yo. Al final simplemente le doy las gracias y camino directo a la entrada. Al
Habían pasado varios años desde aquel día en que nuestra familia se consolidó aún más. El sol brillaba en el cielo azul mientras nos encontrábamos en el patio trasero de nuestra casa, disfrutando de una tranquila tarde en familia. Nuestra hija, Rose, de cabellos dorados y ojos llenos de curiosidad, ya tenía 6 años y jugaba en el columpio mientras su hermanito, a quien decidimos llamar Mikail en honor al abuelo, con sus tres añitos, correteaba alegremente detrás de ella. Sentada en una cómoda silla de jardín, observaba con una sonrisa cómo Jason interactuaba con nuestros hijos. Había algo en verlo jugar con ellos que llenaba mi corazón de emoción. Él se había convertido en un padre amoroso y dedicado, siempre dispuesto a brindarles todo su amor y apoyo. Rose reía a carcajadas mientras su padre la empujaba en el columpio cada vez más alto, y Mika aplaudía emocionado, pidiendo a su papá que lo hiciera volar igual de alto. Jason, con su característica sonrisa traviesa, aceptaba la pe
Jason La mansión de la familia Thompson está llena de luz y alegría. Los adornos navideños brillan y el árbol de Navidad es el centro de atención en el salón principal. Nuestros hijos y Chris juegan con los hijos de Alex y Steph. Es una mágica noche de Navidad, y todos estamos esperando la llegada de Santa Claus. A mi lado, el abuelo Mikail y Alex se encuentran disfrutando de la escena. Observamos cómo los niños se divierten y cómo la emoción llena el aire. Mi padre junto a mamá decidieron irse de viaje estas navidades, al parecer mi padre está tratando de compensar todos los años que arruinó en su matrimonio. Llevo mis ojos hacia mi mejor amigo que está embobado viendo a la castaña y le pregunto: —¿Te imaginabas que estaríamos así hace 7 años?" Alex me da una sonrisa y niega con la cabeza. —No, pero lo cierto es que esa mujer puso mi mundo de cabeza, así como sé que Hanna cambió el tuyo", dice, mirando hacia donde nuestras esposas juegan con los niños. El abuelo asiente con