Bueno cariñitos, acá les dejo el segundo capítulo del día, ¡¡¡tal como les prometí!!! Espero que lo hayan disfrutado, parece que el cerdo ha vuelto para dar problemas :( Muchas gracias por leer, y ya saben, super atentas a la nueva historia!! BESOOOOOOS
Hanna Los últimos días Jason y yo hemos estado disfrutando como si fuéramos dos adolescentes que están cortejando. Las cosas no han ido a mayores entre nosotros y aunque me muero por volver a estar con él y sentirlo, creo que necesitábamos este tiempo. Sin embargo, él no ha sido él mismo, y es que aunque no tengo ningún tipo de queja sobre la atención y los detalles que Jason ha tenido conmigo, porque todo ha sido más que perfecto, no puedo sacarme de la cabeza la sensación de que él pelinegro por momentos actúa extraño. Casi pareciera como si estuviera en tensión y paranoico todo el tiempo, por eso ahora mientras él me entrega mi copa de vino en la sala de su apartamento, luego de lo que ha sido una velada increíble, no puedo contenerme más y simplemente dejo salir la pregunta. —Jay ¿Ocurre algo? Tal como ha venido ocurriendo desde hace días, veo cómo todo su cuerpo se tensa antes de volver a relajarse y que en su rostro se forme una sonrisa, que no se ve tan honesta como las de
Jason Desde que dejé a Hanna en su casa he estado buscando el mejor lugar para irnos, un sitió que esté lo suficientemente camuflado para que el infeliz no nos encuentre con facilidad. Además tengo a Alex contratando nueva seguridad para evitar que algo como el panfleto vuelva a pasar. De hecho estoy a punto de llamarlo cuando el celular suena en mis manos, mostrando un número desconocido y estoy a punto de rechazarlo cuando se me ocurre que puede tratarse del pedazo de m****a esa, así que me apresuro a contestar, pero me quedo de piedra cuando la voz del otro lado es de mujer. —¡JASON! Oh Dios, Jason…—Steph, la mejor amiga de Hanna, está llorando desconsolada desde el otro lado de la línea y eso solo hace que mi cuerpo entero entre en tensión. —Stephany, ¿Qué ha pasado? ¿Está Hanna bien? La chica llora con más fuerza al escucharme y yo ya me estoy poniendo en pie y buscando desesperado las llaves de mi auto, porque el hecho de que sea ella la que me llame y no Hanna solo puede si
Hanna Me duele horrible la cabeza, eso es lo primero que pienso cuando despierto. Los ojos me pesan al intentar abrirlos y siento todo el cuerpo adolorido como si hubiera dormido en una mala posición. Lo intento, una, dos… tres veces hasta que finalmente consigo abrir los ojos y entonces todo mi cuerpo se tensa al no ver nada. Por un instante pienso que he quedado ciega hasta que consigo diferenciar formas y caigo en cuenta que todo está oscuro a mi alrededor. Intento moverme y solo entonces me doy cuenta de que estoy en el suelo y que mis manos están cruelmente atadas a una cadena sujeta a la pared de lo que creo es un sótano. Puedo sentir mis latidos comenzar a latir frenéticos mientras que los recuerdos comienzan a llegar uno a uno a mi. Me ha llevado… Intento ponerme en pie pero las cadenas me lo impiden, entonces el lugar entero se llena de luz haciendo que por un instante piense que han venido a rescatarme, pero ese pensamiento desaparece cuando me encuentro viendo de fren
Jason La desesperación y la rabia me está matando. Han pasado más de ocho horas desde que se llevaron a Hanna y la m*****a policía solo habla de operativos y planear movimientos. Me puedo pasar sus movimientos por los huevos. Nada más en pensar que ese hijo de puta se atrevió a enviarme una foto de Hanna… Dios, de Hanna en el suelo, golpeada, hace que la sangre me hierva y las ganas de matarlo se multipliquen. Escucho como el detective vuelve a rectificar el número de personas que harán parte del rescate y decido que he escuchado suficiente. —¡ES SUFICIENTE! Mi grito enmudece de inmediato el lugar. El detective impidió que me fuera directo a la ubicación de Hanna cuando la conseguí y ahora me tiene aqui perdiendo el tiempo cuándo ese maldito puede estar haciendo quien sabe que cosas a la gatita. —Señor Thompson debe… —¡Cierra la m*****a boca!— La policía se remueve incomoda al escucharme, pero me vale madre—No voy a esperar un maldito segundo más, ¡¿ACASO NO ESCUCHASTE LA LLAMA
Hanna (Antes de la llegada de Jason) No se cuanto tiempo ha pasado, pero mis ojos se abren de repente, ni quiera me di cuenta en qué momento me he quedado dormida. Miro a mi alrededor solo para darme cuenta que ya hay luz en la habitación. Mis brazos se sienten acalambrados por estar levantados debido a los amarres que Roger me ha puesto y el ardor en las heridas es insoportable. Cómo puedo trato de ponerme en una posición sentada y cuando lo consigo intento mirar el lugar en que me encuentro tratando de buscar alguna vía de escape. Sin embargo, la única ventana que hay tiene una reja del lado de afuera que hace imposible que pueda salir, mis ojos se desvían entonces hacia la puerta justo cuando escucho como lo que parece ser una cerradura es abierta desde la parte de afuera. Segundos después mi verdugo entra en la habitación esbozando la misma sonrisa perversa que me ha dado desde el primer momento en que lo ví, veo que en sus manos trae lo que parece ser un vestido blanco y eso
Jason Las cosas se fueron al carajo muy rápido. En el instante en que la policía entra en la casa partiendo las ventanas y gritando, el hijo de puta de Roger apunta en su dirección y comienza a disparar como loco a diestra y siniestra haciendo que la respuesta de los oficiales sea inmediata. La casa se ha convertido rápidamente en un campo de guerra y yo en lo único que puedo pensar es que Hanna está en medio de toda esta locura. Roger está utilizando a la rubia como si fuera un maldito escudo humano, lo que hace mucho más difícil la situación. Me acerco lentamente a Roger, con las manos en alto para mostrar que no represento una amenaza. Intento razonar con él, convencerlo de que libere a Hanna y que yo garantizaré su libertad. —Roger solo tienes que dejarla ir y todo esto habrá acabado, nadie va a capturarte— le digo, ignorando por completo la mirada que me lanza el detective. Ahora mismo me importa una m****a la ley, yo lo único que vine a hacer aquí es recuperar a mi muje
Hanna El sonido de un pitido es lo primero que escucho al despertar. Mis pestañas revolotean ansiosas y la luz que se filtra entre mis párpados me hace volver a cerrar los ojos, antes de que lentamente vaya abriendolos otra vez. Lo primero que noto es que no sé dónde estoy, el pitido sigue escuchándose con fuerza y cuando giro mi cabeza me encuentro viendo que se trata del monitor que controla los latidos, lo que hace que mi ceño se frunza de inmediato. Miro a mi alrededor y reconozco el ambiente estéril y las máquinas que indican que estoy en el hospital. Pero ¿Cómo he llegado aquí? ¿Qué ha pasado? Los nervios comienzan a hacerse presentes al igual que la angustia, justo cuando la puerta de la habitación en la que estoy se abre de repente y por ella entra Steph acompañada de un médico. Los ojos de mi amiga se abren en sorpresa al verme y veo como sus manos cubren su boca antes de que ella corre hacia mí con todas sus fuerzas sollozando. En el momento en que llega hasta la camil
Hanna Finalmente, luego de mucho discutir y de tener que dar la m*****a declaración a la policía, estoy yendo a ver a Jason. Por ordenes del hospital han hecho que use una silla de ruedas y a regañadientes tuve que aceptar. Alex es quien está empujando mi silla mientras que Steph se encarga de pedir que me den el alta, pues ella sabe que odio los hospitales. Cuando llegamos a la puerta de la habitación siento que el corazón se me va a explotar de lo rápido que está latiendo. —¿Quieres que te acompañe? Mis ojos van de inmediato hacia los ojos oscuros de Alex y como puedo le regalo una sonrisa temblorosa al tiempo que niego con la cabeza. —No, yo puedo hacerlo desde aquí— le digo y para afirmar el punto llevo mi mano a la manija de la puerta e impulsando la silla entro en la habitación. Lo primero que veo al entrar es el cuerpo de Jason lleno de cables acostado en la camilla, y la sola visión hace que un sollozo salga de mí, antes de que, olvidando las órdenes del médico empiece a