Sabía que tenía algún paquete de cigarros guardados en algún lado, pero no los encontraba, corrió a su coche para revisar allí y encontró uno. Decidió fumarlo mientras caminaba.Su padre, que había escuchado los pasos y algo de ruido, se encontraba yendo hacia ella, viendo que su hija no podía dormir. Y no era para menos, Alejandro había decidido cumplir una sentencia de quince años, antes de aceptar casarse con ella. Desde luego que eso tenía a la pequeña Abigail destrozada.—Abi…Es tarde. Pensé que lo habías dejado.—Y lo hice, pero estoy con ansiedad.—Lo siento.—No lo sientas. Cambia las condiciones, mejora la oferta y busca la manera de sacar a Alejandro de allí. Ayuda a que mi ansiedad mejore o no sabré de lo que soy capaz.— Le amenazó.Arrojó el cigarro al suelo y lo pisó varias veces, después corrió de regreso al interior de la casa en aquella fría madrugada.Odiaba pensar que Alejandro se quedaría en la cárcel, él era inocente.[…]Se sentía cruel al haberse aferrado a la id
Había encontrado el bufete de abogados del señor Clinton, aunque tuvo que esperar alrededor de una hora para que se le atendiera, dado que no tenía cita.Todo fue un poco más rápido cuando dijo su nombre y pidió que al menos se le llamara al señor Clinton, para avisar que ella estaba allí y el motivo de su visita.Su divorcio.Automáticamente el señor Clinton envió un coche a recoger a Ariel Sánchez.Al llegar a la casa, Abigail Clinton la recibió en la puerta, acercándose a ella para agredirle, dejando dos fuertes cachetadas en el fino y delgado rostro de la joven.—¡Por tu culpa Alejandro se quedará en la cárcel!— Gritó contra ella, saltándole de inmediato las lágrimas de Ariel, agachando la mirada. —¡¿Cómo te atreves a robarle su libertad de ese modo?! ¡¿Es que no sabes que él es inocente?! ¡¡ES INOCENTE!! Su vida no merece ser malgastada por alguien como tú. Hasta hace poco no me desagradabas, Ariel, aunque fueras la elección de Alejandro, ¡pero que no te importe su liberta ya es
Tomó el taxi hacia la casa de los Clinton.Aquella mañana era muy gris para Ariel.Aquel era el paso más importante, firmar el divorcio para que Alejandro estuviera un paso más cerca de ser libre.Había pasado la noche en vela pensando en con quién podría casarse, pero no conocía a nadie que estuviera dispuesto y tampoco podía tomar al primer desconocido que se interpusiera en su camino y pedirle que se casara con ella.Pensó en Dante.Había perdido todo contacto con él y…no tenía idea de cómo recuperarlo, salvo que fuera yendo hasta allí, pero no podía emprender un viaje que reduciría mucho la cantidad de dinero con la que contaba, porque ya había gastado en hotel, en aquel negocio que había empezado y si tenía que desaparecer lo mejor era ahorrar todo cuanto pudiera, realmente no quería verse en las calles otra vez. Eso ni pensarlo.Abrieron la puerta antes de que ella tocara al timbre.Nuevamente la recibió Abigail Clinton, solo que de otra manera, ya no poseía esa ira con la que a
—No podría pedirte algo así, apenas sí nos conocemos y yo no busco un esposo para que sea real. Pero estoy en medio de una situación en la que tengo que tener un esposo, ya se que suena complicado y egoísta, pero es así.— Explicó ella.Ariel se había sorprendido de que Norman se ofreciera, llevaban nada conociéndose y no era normal que él se ofreciera a algo así. Ni siquiera se podía considerar que fueran cercanos.—¿Por qué no me explicas la situación? Obviamente tampoco quiero casarme contigo para que seas mi esposa de verdad.— Ariel desvió la mirada de la suya. —Sino porque necesitas ayuda. Tampoco creas que me ando ofreciendo a cualquier persona para ser su esposo, Ariel.—Ese tipo de ayuda no se consigue de la noche a la mañana, Norman. ¿Estás seguro de eso?—Entonces aprovecha que te lo estoy ofreciendo, ¿no crees? Desde que pronuncié las palabras ya estaba muy seguro de esto..— Él no lo dudó ni un solo segundo para ofrecerse a ser su esposo, para ayudarla, pero Ariel no estaba
Blue estaba en el salón, había ido a visitarla, pero solo se terminó quejando ante Ariel porque creyó que ella los había abandonado nada más llegar. Ariel le dijo que eso no pasó de ese modo, pero que tendría que marcharse más adelante.La compañía de Blue le sirvió para ponerse al tanto con la tecnología, veía lo necesario que era eso y no siempre tendría alguien para que la ayudara o le enseñara lo que tenía que hacerlo, lo mejor era aprender desde ahora.Incluso la ayudó para que aprendiera cómo crearse una cuenta en las diversas redes sociales, pero Ariel se negó, aceptando adquirir el conocimiento pero no creándose una cuenta. De todos modos entendió que aquello también era utilizado para los negocios y las diferentes herramientas que brindaba de promoción.Todo eso le pareció de lo más interesante. Y Blue sabía explicarlo muy bien.El teléfono sobre la cama comenzó a sonar.Era el tono de una llamada entrante.Había registrado el número y al mirar la pantalla leyó el nombre allí
Norman esperaba frente a su puerta para irse al pueblo cercano. Se había vestido con un traje, pese a que Ariel le dijo que podían ir de manera normal.¡Pero era su boda!Su primera boda.Desde luego que se pondría un traje, aunque Ariel no fuera con un elegante y bello vestido blanco.Los pasos resonaron dentro de la casa, él supo que ya Ariel se acercaba, tenía un ramo de flores en sus manos, pequeño y discreto.Cuando abrió la puerta, Ariel tenía un sencillo vestido verde, todo su cabello suelto y un bolso colgando de su brazo derecho, junto con unos ojos enrojecidos que no podían faltar el día de su boda, su segunda boda, donde se casaba con un hombre que amablemente solo le estaba haciendo un favor.Sonrió de manera forzada cuando vio las flores, no era un día agradable para ella.—Ya estás aquí. Perdona, te he hecho esperar. ¿Crees que llegaremos tarde?— Intentó no mirar a Norman a los ojos, que no se diera cuenta que para ella era un día muy triste, uno de sus peores días.—No,
Se había quedado cuidando de Migo (amigo), así era como Ariel le había puesto a su nuevo compañero. Estaba a los pies de Norman, muy tranquilo y relajado, luego de ambos dar un largo paseo donde no dejó de correr de un lado a otro.Era de noche, le preocupaba que Ariel llegara muy tarde, quiso llamarla para saber si estaba bien, pues la última vez que Ariel se marchó algunas cosas no salieron bien para ella.Miró la hora, casi las once de la noche, volvió a llamarla y esta vez sonaba apagado, quizás era normal, porque salió muy temprano, seguro que se quedaba sin carga.Tirado en el sofá, escuchó el timbre en la puerta, corrió hacia allí y abrió sin pensárselo.Ariel había llegado ya.Sus hombros caídos y expresión triste dejaban claro a Norman que las cosas no habían ido bien.—Ariel— se acercó a ella y dejó sus manos en sus hombros, ella se cubrió el rostro, inmediatamente sollozando. —¿Qué ha pasado? ¿Te hicieron daño— ella solo negó con la cabeza. —Entra, fuera hace frío, ya es mu
La noche se había cerrado en torno a la residencia de los Clinton cuando Alejandro llegó. La elegancia del lugar era inconfundible, desde los jardines meticulosamente cuidados hasta el suave brillo que emanaba de las luces interiores. Entró y encontró a Abigail esperándolo en el vestíbulo, con una expresión de anticipación en su rostro.—Estás aquí. No quise llamarte para saber donde estabas porque seguro que te querías quedar a solas poniendo tus pensamientos en orden, Alejandro.—Tan pronto como él entró, ella se lanzó a sus brazos, atrayéndolo hacia ella con una pasión que Alejandro no esperaba. Sus labios buscaron los de él, y aunque Alejandro respondió al beso, su mente estaba en otra parte.—Estoy cansado.— Dijo, al ver el rumbo que tenían los labios de Abigail.El perfume de Abigail, una mezcla de jazmín y rosas, llenó sus sentidos. Pero, en su mente, todavía podía imaginar el olor suave y natural que siempre acompañaba a Ariel, y las memorias de Ariel lo atormentaban. Era un r