Un profundo silencio se extendió por la amplia oficina, parecía que ninguno de los presentes era capaz de respirar mientras procesaban las palabras dichas por Julian.
—¡¿Qué dijiste?! —Ryan, que se había mantenido expectante, escupió su trago.
—Pensé que era algo serio, Julian, esa broma es de muy mal gusto.
—No es una broma, Charles. Cuando me enteré empecé a hacer las investigaciones del caso porque no lo podía entender, hasta que recordé nuestras vacaciones en las vegas de hace dos meses.
Tanto Ryan como Charles palidecieron al ver el rumbo que tomaba la conversación. Julian mantenía su rostro angustiado, pero siguió con su explicación.
—Resulta que ese matrimonio oficiado por Elvis en esa iglesia ficticia es completamente válido y legal; tanto que la misma Oficina de Registro de Las Vegas se encargó de enviar copia del Certificado de Matrimonio a la embajada de Corea, y ellos, a su vez, legalizaron el documento en el Registro Civil de aquí. Legalmente estás casado con esa chica, y como no se registró ningún tipo de acuerdo prenupcial, en este momento, esa desconocida es dueña de la mitad de toda tu fortuna, no puedes realizar ninguna clase de movimiento de tus bienes o propiedades sin su firma de autorización.
—Esto no puede ser posible. —Charles estaba completamente en shock, hundió su rostro entre sus manos sin poder creerlo.
—No, no puede ser, Julian, tenemos que hacer algo, eso fue una estupidez de ebrios, todo era una actuación ridícula, eso no fue un matrimonio real. —Ryan estaba desesperado, esa noticia era terrible.
—Lo mismo pensaba yo, pero estábamos equivocados, te repito, yo revisé personalmente todos los registros buscando un error y no hay ninguno, están legalmente casados en Estados Unidos y en Corea del Sur.
—Esto no me puede pasar a mí, ni siquiera recuerdo lo que pasó esa noche —Charles miró a Ryan totalmente enojado y lo señaló acusador—. ¡Todo es tu m*****a culpa, Ryan! Si no hubieras tenido la genial idea de drogarme, nada de esto hubiera pasado, por más ebrio que estuviera no habría cometido semejante locura, y tú no te salvas, Julian, ¿cómo permitiste que esto pasara?
—Charlie, todos estábamos ebrios, nosotros y esas chicas también, yo no sabía que estabas drogado y pensé que solo te divertías, parecías muy a gusto con esa mujer y no le vi nada de malo, te juro que yo también creí que todo ese escenario montado dentro del hotel era una farsa, vamos, ¿quién puede casarse de esa manera?
—Aparentemente yo.
—Lo siento mucho, Charles, de verdad lo lamento, no pensé que nada de esto pudiera suceder, jamás haría algo que te perjudicara, yo solo quería que te divirtieras. —Ryan estaba en total angustia, la culpa lo carcomía por dentro.
—Y mira en lo que terminó la diversión, ni siquiera recuerdo a mi supuesta esposa, no sé quién es, cómo se llama, qué hace, dónde vive, nada, puede ser una delincuente y yo no lo sé.
—Era una chica joven y muy hermosa, pero no hablé casi nada con ella, aunque recuerdo que su amiga, con la que pasé la noche, se llama Johanna.
—Se llama Rebecca Evans, en el certificado de matrimonio solo aparece su nombre pero no sé dónde empezar a buscarla, necesitamos que acepte firmar el divorcio y encontrar la manera de que no se entere de que tiene derecho a la mitad de todo lo tuyo, si es ambiciosa no dejará pasar una oportunidad tan grande, se convertiría en millonaria de la noche a la mañana.
—Dios, esto es un desastre. ¿Qué voy a hacer?
Los amigos se miraban entre ellos llenos de angustia y culpabilidad, la situación era realmente grave, no sabían con qué clase de persona se había unido Charles y tampoco dónde encontrarla, solo sabían que todos sus planes y proyectos estaban frenados hasta que solucionaran este lío.
Lo bueno de tener tanto dinero e influencia, era que Charles podía hacer posible lo imposible, Ryan se encargó de contratar los mejores investigadores privados para dar con el paradero de la chica misteriosa. Habían sobornado a la seguridad del hotel en Las Vegas y consiguieron, de manera clandestina, los videos de esa noche. Ahora tenían las imágenes claras de lo que ellos habían hecho mientras estaban en el casino y el bar del hotel.
Charles vio como una película todo lo sucedido, no recordaba nada, al parecer era un efecto secundario de la droga que le habían suministrado, estaba completamente en blanco, pero pudo ver en los videos cómo bailaba con la chica y Julian tenía razón, aparentemente, él disfrutó mucho de la velada. Las seis personas bebían, se reían, bailaban y gozaban de la fiesta sin reparos.
Charles se vio a sí mismo siendo bastante osado con la chica, que no podía negar que era muy linda, le resultaba sumamente extraño ver cómo él la buscaba, la abrazaba, la besaba, prácticamente no se despegaba ni un centímetro de ella mientras estaban en el bar; también aparecieron juntos en el casino jugando varias cosas, Charles estaba sentado con la chica sobre sus piernas mientras jugaba las cartas como un jefe mafioso, la imagen era completamente irreal, no se lo podía creer.
De igual manera, estaba registrado el dichoso matrimonio, oficiado en una de las capillas del hotel, la de temática de Elvis, con los otros cuatro como testigos y ellos dos tomados de la mano, sonriéndose, aparentemente muy felices, besándose con pasión, incluso después de terminada la ceremonia, Charles la levantaba en sus brazos como una princesa para salir de la capilla y dirigirse a su suite, donde, seguramente, "consumaron" el matrimonio.
Todo era una completa locura y si él no estuviera viéndose a sí mismo en los videos, no creería que eso realmente sucedió, si alguien se lo dijera, no le creería nada.
De todas maneras, no consiguieron más información de la chica, no era huésped del hotel, simplemente había llegado al bar como muchos otros clientes, pero ahora tenían su nombre y su rostro, así que los expertos pudieron rastrearla. Antes de que transcurriera una semana, las investigaciones dieron frutos y los expertos le entregaron a Charles un expediente completo con toda información disponible de Rebecca.
Charles se dedicó a revisar en detalle todos los datos que recopilaron para él. Ahora ya sabía que Rebecca estudiaba Diseño Gráfico en la Universidad Nacional de Seúl, que estaba becada y era en verdad brillante, que su familia era de bajos recursos y vivía en una pequeña ciudad costera, que trabajaba de mesera en una conocida pastelería junto con sus amigas, al parecer, las tres hacían todo juntas ya que también compartían su residencia.
El dato más impactante de todos fue que ella solamente tenía veintiún años, eso fue completamente desconcertante para Charles.
—¡Soy un pedófilo! —Un abatido Charles dejó caer los documentos sobre el escritorio y se desplomó rendido hacia atrás en su silla.
—Charles, no seas exagerado, ella tiene veintiún años, no once, es completamente legal en cualquier lugar del mundo.
—Es demasiado joven.
—Lo es, pero eso no parecía molestarte esa noche.
—Ni siquiera te atrevas a mencionar esa noche, Ryan, todavía no te lo perdono.
—Está bien, lo siento, solo digo que no exageres el tema, sí es verdad que casi le doblas la edad, pero ahora, ese es el menor de nuestros problemas, por lo que veo es un buena chica, es bastante lista y trabajadora, aunque no sé si eso influya en que quiera sacarte dinero, se ve que lo necesita.
—Julian está preparando los papeles del divorcio, estoy dispuesto a darle una suma bastante considerable para que los firme sin hacer reclamaciones, de todas maneras, si quiere pasarse de lista y pelear por más, iremos a juicio, y ahí tengo maneras de aplastarla, no creo que ni siquiera pueda pagar un buen abogado.
—Es una chica universitaria, Charles, no es un rival de negocios para que vayas con tu arsenal contra ella, es una jovencita que vivió una aventura en Las Vegas y nada más, si tuviera algún tipo de interés económico seguramente ya te hubiera buscado, a mí no me parece una mala persona, la verdad.
—¡Porque no eres tú el que está casado con ella, Ryan! Si estuvieras en mis zapatos estarías buscando la manera de enviudar.
—En serio que estás exagerado hoy.
Ryan se reía ante la actitud de su amigo, pero sabía que el asunto era muy serio, muchas cosas estaban en juego en ese momento y si no solucionaban eso antes de dos semanas, perderían el trato con la empresa china que estuvieron buscando por más de un año, sin mencionar el escándalo que estallaría si la prensa se enteraba
—¿Vas a hablar directamente con ella?
—No, Julian se va a encargar de todo como mi abogado, me dijo que pasaría a buscarla a su trabajo esta tarde, yo no quiero tener nada que ver con ella, es mejor si no hay contacto entre nosotros.
—¿De verdad no te gusta?
—¿Estas bromeando, Ryan? Es una chica realmente hermosa, no lo voy a negar, con solo verla puedo entender porqué perdí la cabeza esa noche, es demasiado atractiva, pero no es la clase de persona con la que yo tendría una relación; le doblo la edad, somos de diferentes clases sociales y, ciertamente, no es con quien esperaba casarme. Lo mejor para los dos es que este trago amargo quede atrás y sigamos con nuestras vidas como si nunca nos hubiéramos cruzado.
—No voy a opinar al respecto, Charlie, solo digo que al menos deberías darle la cara, al final de cuentas, la chica no tuvo la culpa de nada, como bien dices, aquí el mayor eres tú, quien debe comportarse como un adulto maduro y sensato eres tú.
—No voy a verla, Ryan, no quiero estar cerca de esa mujer.
—Bien, como tú digas.
El rubio podía ver a través de la coraza de su amigo y sabía que él tenía miedo, las implicaciones de una relación de ese tipo, con tanta diferencia de edad, eran muchas en una sociedad como la suya; pero la forma en que revisaba esos videos una y otra vez, luchando por recordar, y el brillo en sus ojos al quedarse observando a la chica, le decían a Ryan que algo más estaba pasando ahí, algo que Charles pretendía ocultar sin mucho éxito.
Ya estaba anocheciendo cuando Julian se acercó a la cafetería en la que trabajaba Rebecca, consideró que era un lugar más apropiado para hablar que en la universidad, pero tan pronto como ingresó, se encontró con su conquista de esa noche, no recordaba su nombre, pero sí tenía muy claro el recuerdo de su cuerpo desnudo y todo lo que habían hecho; así que tan pronto la vio, no pudo evitar sonreírle de manera coqueta.La pelinegra, por su parte, quedó congelada cuando lo vio y cuando pudo reaccionar corrió a esconderse en la cocina, buscando a sus amigas para que la cubrieran, lo reconoció de inmediato y la vergüenza la abrumó, no esperaba volver a verlo, no sabía si era algo bueno o malo, y la verdad, no quería averiguarlo. Pero, cuando estaba por contarles, su supervisor se acercó llamando a Rebecca, diciéndole que un cliente la solicitaba directamente a ella y que se tomara su tiempo, al parecer era algo importante.Julian le había ofrecido al jefe del lugar una suma equivalente a la
Charles estaba a punto de empezar a comerse las uñas, había estado llamando a Julian sin obtener respuesta y su mente se imaginaba los peores escenarios. El alma le volvió al cuerpo cuando su amigo se presentó.—Qué bueno que llegas, estaba preocupado. ¿Qué pasó? —exclamó tan pronto como Julian atravesó la puerta de su oficina.—Todo salió mejor de lo que esperaba, Rebecca firmó sin problemas. —respondió Julian con una gran sonrisa de satisfacción.—¿De verdad? ¡Eso es estupendo! Imagino que esa suma de dinero es más de lo que ha visto en su vida.—Tal vez, pero no lo aceptó. —Julian hizo mala cara, no le gustaba la actitud de Charles con la chica.—¿Qué quieres decir? ¿No dijiste que había firmado? —Charles se tensó y frunció el ceño, la idea de tener líos legales con esa mujer lo estresaba mucho.—Sí, ella firmó, pero no aceptó el dinero, incluso me pidió que te dijera que lo sentía mucho, que nunca fue su intención ocasionarte problemas, ella también estaba ebria; aunque sí recuerd
Mientras que Julian intentaba lidiar con un Charles furioso, Ryan llegó tras escuchar los gritos que lo inquietaron y se sorprendió al ver a su amigo caminar de un lado a otro como una fiera enjaulada. Julian le resumió el terrible panorama y él se sintió más culpable que nunca.—Tranquilo, Charlie —Ryan estaba realmente preocupado, pocas veces había visto a su amigo tan descontrolado y nada bueno quedaba de eso—. Buscaremos la forma de que funcione, tendremos que hablar con la chica y explicarle, por lo que ha dicho Julian, es alguien bastante razonable, tal vez puedan llegar a un acuerdo para fingir el matrimonio por un año, solo tienen que vivir bajo el mismo techo y superar las visitas, nadie los obliga a relacionarse de ninguna otra manera.—¡Esto es una mierda! ¿Cómo diablos voy a vivir con ella? Ni siquiera la conozco, me piden que lleve a una completa extraña a vivir en mi casa. ¡Mi casa! No quiero ni volverla a ver por el resto de mi vida, mucho menos quiero compartir mi espa
Todos los escenarios posibles aparecieron a toda velocidad en la cabeza de Charles. ¿Rebecca estaba enferma? ¿Le había pasado algo? O peor, ¿estaba embarazada? Esa última duda lo hizo palidecer y se clavó como una espina en su corazón, él sí quería un hijo, más que nada en el mundo, pero no así, no con ella, no en esas circunstancias.Mientras hacían el recorrido se dedicó a observarla, en esa condición parecía un ángel dormido, él veía su cabello desordenado, la perfecta forma de su cara, su blanca piel de porcelana, sus ojos cerrados adornados de esas largas y oscuras pestañas, su nariz pequeñita, su boca entreabierta con esos labios rosados tan jugosos que le provocaba besar en ese mismo instante.Ella era absolutamente perfecta y ese pensamiento lo asustó demasiado, la chica irradiaba inocencia, pureza y ternura, el último de los sentimientos que él debería experimentar hacia ella, era el deseo, pero ahí estaba, contemplándola y deleitándose con la idea de que esa preciosa mujer h
—Deja de disculparte, no es necesario, en todo caso, soy yo quien debería disculparse contigo, evidentemente yo soy mayor que tú y debí comportarme de una manera más sensata, lo lamento, Rebecca; pero en este momento me parece más importante que hablemos de la situación en la que estamos involucrados.—Tiene razón, lo sien... Lo escucho.—Hay varias cosas que quiero aclarar contigo, la primera de ellas es que me gustaría presentarme, algo me dice que ni siquiera sabes quién soy —la chica asintió suavemente—. Bien, mi nombre es Charles Taylor, soy el dueño de Taylor Corp., tengo cuarenta años y también estaba en Las Vegas celebrando mi cumpleaños, aunque la fecha ya había pasado. Como podrás deducir, soy un hombre de negocios y tengo bastante dinero, es por eso que necesito que hablemos muy claro y con total honestidad respecto a este asunto.La cara sorprendida de la chica le hizo darse cuenta de que Julian tenía razón, no era alguien que lo hubiera buscado con intenciones ocultas, to
Las tres amigas salieron del hospital y caminaron hacia la estación de autobuses en el mismo silencio, una vez dentro del autobús Rebecca empezó a llorar de nuevo, y esta vez, fue acompañada por Johanna que no podía contenerse más, Donna también quería llorar, pero alguna de las tres debía ser fuerte en ese momento y le había correspondido el turno de serlo a ella.El recorrido hasta su hogar se les hizo eterno, cada una iba sumergida en sus propios pensamientos. Cuando llegaron a su pequeño departamento, se sentaron las tres en el diminuto sofá de la sala y Rebecca hizo la pregunta más difícil del mundo en ese momento.—¿Qué voy a hacer? —Ella tenía la mirada fija en la alfombra, ya había calmado su llanto, pero el desastre en su interior seguía como un huracán que arrasaba con todo a su paso.—¿Qué quieres hacer, Becca? Vamos a estar contigo en lo que sea que decidas, cariño, cualquier cosa ¿entiendes? Si quieres terminar con el embarazo, te vamos a acompañar y te vamos a apoyar en
Charles necesitaba tener las cosas muy claras, cerrar cualquier posibilidad de que la situación se le fuera de las manos, todavía más, y la única persona que podía ayudarle con eso, era Julian.—¿Qué pasa, Charlie? ¿Para qué me necesitas?—Necesito varias cosas, Julian, para empezar, que prepares los documentos para Rebecca, el poder para realizar todos los movimientos que yo necesite sin requerir su firma y un acuerdo donde se establezca que vamos a convivir por lo que resta del año y las condiciones que sean necesarias para que al finalizar, ella firme el divorcio sin trabas y sin hacer reclamaciones sobre mi dinero. Quiero que establezcas una recompensa generosa para ella, algunas propiedades, acciones, dinero, lo que consideres pertinente, incluso un diez por ciento de mis bienes, creo que eso sería un pago más que adecuado por un año de su vida.—Me sorprende que seas tan generoso, voy a alistar todo, pero no sé qué tan fácil sea que ella acepte, tendría que dejar a sus amigas, t
—El señor Taylor tiene razón —Rebecca tragó el nudo que se formaba en su garganta y reunió todo el coraje que tenía, no podía mostrarse débil frente a ese hombre, no podía dejar que la afectara cada maldita palabra que saliera de su boca, tenía que despertar y asumir que ya no iba a escuchar elogios tontos ni palabras dulces nunca más, este era el verdadero Charles Taylor y no le estaba gustando para nada—. Tengo entendido que vine a firmar unos documentos que necesitan.—Así es, pero me gustaría explicarte algunas cosas primero.Julian le habló amablemente y le dio una sonrisa cálida para suavizar el ambiente inesperadamente gélido de esa oficina, no entendía qué diablos le pasaba a su amigo, se suponía que iba a disculparse y solo estaba empeorando las cosas. Claro, ese gesto amable de Julian que fue correspondido con una tímida sonrisa de la chica, causó una nueva explosión de rabia en Charles, él se levantó de golpe de la silla y miró muy enojado a su amigo.—Me avisas cuando term