Rebecca apretaba las sábanas en sus puños como si con eso encontrara un poco de soporte, su espalda se arqueaba por lo delicioso que se sentía eso que le hacía su esposo. Ella misma empezó a masajearse los pechos y pellizcar sus pezones duros para alcanzar más placer, estaba tan cerca. Casi grita cuando Charles dejó de torturarla con su lengua, pero antes de poder reclamar, sintió el glande húmedo y caliente recorrer todas sus partes como si quisiera recoger los jugos que se estaban derramando.—Por favor… Por favor no me tortures más…—¿Qué es lo que quieres?—A ti… Dentro de mí haciéndome gritar…—Vaya, supongo que es mi deber…Charles se introdujo en ella de una sola estocada arrancándole el primer grito de éxtasis, pero no el último. Nunca podría cansarse de esa cálida estrechez que abrazaba su miembro como si no quisiera dejarlo escapar. El dulce aroma de su esposa era tan embriagador que casi lo mareaba, le costaba contenerse más que cualquier cosa en el mundo, la amaba con locu
Los días siguientes estuvieron cargados de una tensión increíble. Las cosas parecían en calma en la superficie, pero los dos sabían que había una tormenta cocinándose debajo. Rebecca asistió al juzgado más resguardada que un político y dio su declaración sobre lo sucedido con Ruby, con eso y el video era suficiente para condenarla por agresión e intento de homicidio, así que la fiscalía prepararía el trato. Con toda la conmoción, Rebecca había olvidado los demás archivos que guardó en su computador. Johanna había eliminado las fotos, pero no se percató del archivo de audio y, lamentablemente, la curiosidad fue más grande que la sensatez y la chica buscó el momento de encontrarse a solas para escucharlos. “—Pensé que eras más lista que eso, ¿crees que una chica simplona como ella iba a conseguir lo que no pudieron las mejores mujeres de este país? Por favor, Sandra, me conoces bien, ya sabes que esa noche estaba drogado y no recordaba nada, fue una estupidez por culpa de Ryan, lo adm
Cuando Rebecca despertó de nuevo, estaba acostada en la cama de la habitación principal, alguien la había llevado, le había quitado los zapatos y la arropó. Seguramente Charles, no podía pensar que alguien más se atreviera a hacerlo. Su mente era un caos cuando llegaron los recuerdos, pero su determinación flaqueó, irse no parecía una buena idea, si se iba sola estaría exponiendo a los niños y si llevaba guardias iba a complicarle la visa a sus padres. ¿Por qué la vida no podía ser más sencilla? ¿Por qué a ella le tocaban todos los problemas? No tuvo mucho tiempo de pensar porque Johanna llegó a la habitación y le informó que harían un viaje. —¿Sabías del audio? —No, lo hubiera eliminado de haberlo sabido. —¿Para seguirme engañando? ¿No te parece que ha sido suficiente? —Porque es falso y deberías saberlo, no puedo entender que a estas alturas no le tengas la suficiente confianza a tu esposo para saber que él no diría esas cosas, que esa grabación está editada. —¿Confianza? ¿Me
─¿Qué sucede? ¿Se trata de Donna? ¿Hay alguna novedad?─Sí, señor. Se me hizo muy extraño que la señorita Donna no saliera, ella necesitaba viajar a dónde sus padres. Así que entré a ver si todo estaba en orden y me encontré su auto aquí en el estacionamiento, la puerta está abierta y hay varias cosas regadas, pero ella no está. Hay un poco de sangre salpicada en la ventana trasera, señor.La voz lúgubre de Matías y la información que le estaba dando preocuparon demasiado a Julian.─Voy para allá, no te muevas.Julian colgó esa llamada y le marcó de inmediato a Charles para informarle y pedirle que enviara a Xavier con un grupo de seguridad, no estaba seguro de informar a la policía hasta no tener una mayor certeza de la situación. Mientras esperaba en la línea a que Charles le confirmara quiénes irían, revisó la ubicación del rastreador y estaba en el mismo lugar, en el edificio. Si Donna no estaba ahí, significaba que se había quitado su anillo y ella jamás hacía eso.─La cámara que
—Johanna, ¿quieres decirme qué está pasando?—¿Por qué lo preguntas?—Porque te conozco, estás demasiado nerviosa y se supone que vinimos aquí para tener paz.—Son cosas de mi padre, no te preocupes.—¡Johanna! Me pediste que actuara con madurez y eres tú la que sigue escondiéndome las cosas. ¿Pasa algo con Charles?Johanna suspiró rendida y las lágrimas volvieron a sus ojos, había sido demasiado difícil mantenerse entera durante esos días y no salir corriendo de regreso a Seúl. Charles le había pedido que no le dijera nada a Rebecca, estaban seguros de que ella se sentiría culpable de lo que sucedía y también querría regresar.—Es Donna. Ella fue secuestrada.—¡¿Qué?! ¿Cuándo? ¿Dónde?—Hace una semana.—¡¿Y no me dijiste nada?!—¡Yo tampoco lo sabía! Me enteré apenas hace dos días cuando me cansé de esperar a que se comunicara conmigo. Cristian tuvo que decirme la verdad.—¿Y saben quién la tiene? ¿Es por dinero? —la realización cayó sobre Rebecca como un edificio pesado y aplastante
Los días se volvieron grises y se sumergieron en una rutina que ninguno de los tres amigos quería vivir.El más afectado de todos era Julian, ya completaba varias semanas sin Donna y estaba perdiendo poco a poco la razón. Había bajado considerablemente de peso, el trabajo estaba abandonado por completo y su rostro evidenciaba las ojeras marcadas y oscuras, señal de su lenta agonía.Todo fue a peor cuando el padre de Donna comenzó a buscar insistentemente a su hija y en medio de su desesperación por dinero, terminó por contarle acerca de los chantajes y el supuesto compromiso de su hija. La furia descontrolada lo llevó a golpearlo y si no fuera por Ryan que lo detuvo, la cosa hubiera escalado. Él de verdad quería matarlo.Le estaba echando toda la culpa a ese asqueroso hombre, porque esa fue la razón de que Donna terminara con él y se alejara de su cuidado, además de que también fue debido a eso que ella no viajó con Johanna y Rebecca ese día, si lo hubiera hecho, su preciosa chica est
Charles se había cansado de discutir con sus amigos, a veces, se preguntaba si realmente él era el jefe. Ese par nunca le obedecía, pero, después de todo, eran los únicos amigos sinceros que tenía.Julian prácticamente creció con él, y ahora era el Asesor Jurídico de su empresa, ya que manejaba su propio Bufete de abogados. Por otro lado, a Ryan lo conoció en la empresa, llegó hace casi veinte años como un joven pasante lleno de sueños y aspiraciones; congenió rápido con el joven Charles de esa época y se convirtieron en grandes amigos. Trabajaron hombro a hombro para hacer de la pequeña empresa de su familia, el gigante comercial que es hoy en día, razón suficiente para ser su mano derecha y tener su entera confianza. Siendo las cosas de esa manera, por más que quisiera, Charles no podía enojarse con ellos, y menos cuando el motivo de discusión era el plan que ellos tenían para celebrar su cumpleaños número cuarenta. Claro, Charles no podía reconocer frente a sus amigos que le abrum
Seis personas recorrían el aeropuerto esa fría mañana de noviembre; tres amigos iban escoltados hacia sus asientos de primera clase, sin la menor preocupación por su equipaje o los trámites requeridos, para eso estaban sus asistentes. Mientras tanto, otras tres amigas corrían registrando sus maletas y todo lo demás que debían hacer para su primer viaje internacional, tal vez el destino fuera el mismo, pero todo lo demás en ellos era un abismo de diferencia.Luego de dieciséis horas, por fin arribaron a su destino, y de la misma manera, mientras el grupo de ejecutivos era recibido por un chofer privado y una limusina, el otro grupo, el de las chicas, batallaba con sus valijas para conseguir un taxi.Ya en sus respectivos hoteles, un merecido baño y algo de descanso era lo más anhelado. Para las mujeres, tantas horas de vuelo en sillas de clase turista tenían sus cuerpos adoloridos, habían previsto eso, tenían programada esa noche de descanso, iniciarían su aventura al día siguiente.As