—¿Estás segura de que no te quieres quedar en mi casa? —preguntó la madre de Grenor mientras la veía regresar.
—Debo irme. —Respondió ella asegura. No le cabía ahora la menor duda de que la decisión de regresar a Chicago era la mejor que podía tomar. —He regresado esta noche porque no podía tomar un avión sin despedirme de mi hijo.
—Siempre serás bienvenida en mi casa, estoy en deuda contigo, no solamente por haberte encargado de mí en el hospital, sino porque le has brindado un apoyo incondicional a mi hijo y a mi nieto, aunque me pueda verlo.
Ella no quería el favor de nadie ni tampoco que le recordaran constantemente que era buena persona. Le molestaba que el único del que habla quisiera esperar a ese sentimiento era Grenor y él ni se daba por enterado.
Toda su vida se había dicho que no
En lo que ella esperaba a que su amiga llegara a la casa, se dedicó a organizar todo lo que estaba mal, lo que había dejado descompuesto en ese mes y tantos días que había estado fuera, lo que había sido un viaje pensando que cambiaría su vida, que cuidaría a un niño y que su situación económica cambiaría drásticamente para mejor, terminó siendo un calvario. No supo en qué momento comenzó a enamorarse de Grenor, no supo por qué lo hizo. A pesar de que su amiga en incontables conversaciones le había dicho que terminaría haciéndolo, que terminaría siendo seducida por él, para ella era un imposible porque él pertenecía a una clase social bastante diferente a la suya. Se podría decir que incluso eran personas de mundos diferentes. Como si él fuera de Marte y ella apenas de la tierra.—Mira lo que te ha
Capítulo 50—¿Que se supone que me estás enseñando, mamá? —Preguntó él sentándose frente a su madre en el estudio de su padre.Su mamá normalmente no entraba allí, pero Anker estaba de viaje a Alemania por unos días y su madre se estaba encargando de las investigaciones con relación a Dara. Sin embargo, al ver los documentos no comprendió mucho.—Es lo que tengo.—¿Me estás diciendo que Dara está embarazada? — atónito, preguntó. —Eso no puede ser.—¡Ay, por favor! — su madre se levantó y se sentó cerca de él, encima del escritor
Estaba nerviosa, pero más que nada porque sería la primera vez que no iba a trabajar en una ONG. Aunque siempre había dicho que le encantaría ayudar a las personas, llegado el momento se dio cuenta que de la única forma en que podía ayudarse a sí mismo era cambiando de trabajo. Luego buscaría la manera de apoyar a todas aquellas personas que la necesitaban. Pero lo principal que tenía que lograr era poder encontrar la forma de ayudar a su hijo y de ayudarse a sí misma.—¿Estás segura de que vas a poder desarrollar la función? —Le preguntó la entrevistadora. Una mujer de unos 30 años con Corte Punk. —Exijo bastante, debes llegar a tiempo, por lo menos treinta minutos antes de tu hora, es muy probable que muchos días te vayas tarde y también es probable que te necesite a mitad de la noche en caso de que sea necesario cambiar una cita. Va
Capítulo 52—¿Te estas comiendo todos tus vegetales? — le preguntó a Peter mientras se hacía un sándwich. —Quiero que crezcas fuerte y sano.—Estoy bien, mamá, pero te extraño. —Respondió el niño dejándola fría. —¿cuándo vienes a verme?—No lo sé, cariño. — había transcurrido una semana completa desde su regreso a Chicago, pero para ella, era toda una eternidad.Jamás había pasado tanto tiempo sin ver a su hijo, sin abrazarlo, sin darle su desayuno, sin contarle un cuento antes de dormir.La espera iba a hacérsele eterna.
Capítulo 53Él había evaluado todos los pro y contra que podía tener aquí el encuentro. Su madre le dijo que estaba cometiendo un error, que era muy impulsivo y desesperado al visitarla tan temprano. Era algo tonto, pues ella misma había incitado a que fuera a verla una semana antes. Él solo estaba acelerando un poco el proceso después del fiasco que había tenido al ir a verla al día siguiente de ella irse. Los viajes en jet comenzaban a cansarlo. Estaba agotado, poco había dormido esos días. Su vida se estaba volviendo un caos, incluso en la oficina, Herna se había comenzado a preocupar por él.Luego de pasar la tarde con su madre y llegar cansado, Descubrió que Dara se había ido.
Capítulo 54Ella no pensaba sucumbir ante la tentación, por más que él pudiera disculparse, gritarle que había cometido un error y que deseaba enmendarlo todo.Lo cierto es que ella había sanado.Era una falacia que se decía diariamente mientras soñaba con el día en que él fuera rogándole por su perdón. Nala sabía que no se había curado del todo. Es más, en lo absoluto. Ella seguía sufriendo por las cosas que Grenor le hizo estando en Grecia, por todas las mentiras, por todas las malas intenciones que él había tenido para con ella, ante el primer atisbo de debilidad él había arremetido sin escuchar su versión de los hechos y eso era lo que más le dolía, que él creía en cualquier persona antes que en ella, aunque Nala no había he
Capítulo 55Listo, pensó. Lo había dicho de la mejor forma posible, lanzándose de cabeza sin importar si ella iba a rechazarlo o no.Observó los ojos verdes esmeralda de ella completamente confundidos y de un momento a otro. Estos pasaron de estar curiosos a sentirse furiosos.Temió haber cometido una equivocación al vestirle las cosas de aquella forma, pero era la simple verdad, él quería volverla a tener en Grecia.—¿Aún crees que puedes manejar a las personas a tu antojo? —Preguntó ella. Y lo que hizo fue sorprenderlo. Él estaba buscando la manera de convencerla de que estaba en Grecia junto a Peter y él era la mejor alternativa.<
—Creo que empeoré las cosas. — le dijo Michael nada más entrar al apartamento vacío. —No creo que tu plan esté saliendo tan bien. Vamos a evaluar la situación.Grenor estaba mirando por el balcón con la vista perdida, el apartamento estaba ubicado en el último piso, desde donde podía ver casi la ciudad completa de Chicago. Siempre le habían gustado las alturas y el mar. Es por eso que cada vez que podía, se iba al puerto y dejaba que el salitre inundara sus fosas nasales. Estaba acostumbrado a viajar solo, a estar solo, por eso le incomodaba la presión que sentía en el pecho al estar alejado de Nala. Necesitaba imperativamente solucionar todo con ella, para volver a sentirse el mismo.—¿A qué te refieres? —Grenor se giró hacia su amigo y cruzó los brazos sobre su pecho. —¿Qué le