Varias semanas después.
—¿Está segura de no querer irte conmigo a Grecia? — preguntó mientras la marcha Nupcial comenzaba.
—Creo que lo mejor es quedarme aquí.
—Allá también hay universidades donde puedes terminar la carrera. —Refutó Grenor sin convencerse y le dio un beso en el cuello. —Conozco a muchas personas, allá puedo ayudarte a…
—No necesito tu ayuda. —Le interrumpió. —Quiero terminar la carrera aquí. Además, sabes muy bien que tengo mi trabajo, aun me estoy acoplando.
—Es un capricho. — murmuró. —El trabajo es lo de menos.
—¿Capricho? ¿Cómo le llamas al apartamento pent-house que compraste en la mejor zona de Chicago?
Él se quedó callado. No tenía forma de refutar eso.
—¡
—Debes estar super nerviosa. —le dijo su suegra. —Una boda en camino. ¡Estoy tan emocionada!Anielly, finalmente era su familia, la madre de su prometido. No pudo creer la suerte que tenía de finalmente compartir con la persona con la que amaba. Grey finalmente estaba aceptando sus sentimientos por ella. Las semanas posteriores a la pedida de matrimonio habían sido magníficas, extremadamente llenas de amor, aunque él había estado en Grecia, no había parado de enviarle flores todos los días, un ramo de 12 rosas blancas, diciéndole cuánto esperaba y añoraba verla de nuevo.—Estoy que me muero de los nervios. —Murmuró sentándose frente a su suegra y tomándose un trago de su copa de vino tinto.—Creí que jamás regresarías a Grecia. —Confesó ella, tomando también del vino. —Me
Los días pasaron deprisa. Ella sintió que con mariposas en el estómago y dolor de cabeza las cosas iban fluyendo demasiado rápido. Se sentía ametrallada por pensamientos que involucraban perdonar a su hermana. Las cosas que su suegra le había dicho en el restaurante se repetían en su cabeza una y otra vez. Ella sabía que tarde o temprano terminaría perdonándole. Sabía que lo correcto por el bien de Peter era que llevaran una buena relación. Pero su hermana había hecho tantas cosas que por más que lo analizaba no veía una forma en la que su relación quedara bien.—Te noto triste. — dijo Sanda el domingo al mediodía, luego de haber almorzado pizza a leña con Peter.—Estoy bien. — Se tomó el último sorbo de café que había en su taza de porcelana y colocó la misma en la bandeja. —Deben
Nala miró por el cristal de la ventana del restaurante del Greek Montaine. Un hotel de cuatro estrellas de color blanco colonial, cuatro pisos de lujo y cristal. EL lugar se veía hermoso desde fuera. Grenor le había hecho el favor de llamar a Dara y decirle que se verían en el restaurante a las cuatro de la tarde. Nala estaba allí, aunque no veía a su hermana.Quiso ir sola, aunque Frank, por órdenes de Grenor le había acompañado y esperaba por ella en el auto.Nala volvió a mirar por el cristal y creyó reconocer a su hermana mayor sentada en una esquina.—Aquí voy. —dijo soltando un suspiro y entrando al lugar.Sin cartera, sin móvil, todo lo dejó en el vehículo, lo único que deseaba era entrar y escuchar lo que su hermana tenía para decirle.—Hermanita. — escuchó la voz de su hermana llamarle.<
EpílogoUn año después.—Te ves hermosa. — le dijo Ghita mientras le hacía dar una vuelta sobre sí misma para que la toga danzara a su alrededor. — Estoy tan orgullosa de ti. Es como si yo misma me estuviera graduando otra vez.— No exageres. — le dijo aunque estaba sonrojada y ella también se sentía pletórica.—¿Exageración? ¡Nala, te estás graduando hoy de la universidad! ¡Finalmente has cumplido tu sueño! —chilló Ghita super emocionada. —¡Es que no puedo creer que lo lograras!—Vaya, gracias por el voto de confianza y honestidad.—No me jodas, Nala. Sabes muy bien porque lo digo. — su voz se tornó amargada y triste.—No te pongas así. Lo que me ha sucedido, lo que nos sucedió a todos e
El día estaba soleado. Las olas del mar vibraban con fuerza, chocándose unas con otras llegando hasta la orilla y arrastrando los pequeños caracoles que se quedaban en la arena. Como el sol, afuera, las nubes despejadas, el cielo tan azul como el color de los ojos de su pequeña hija, Greg supo que era un hombre afortunado.Todo comenzó con el recibimiento de una carta sin nombre, sin postal, sin nada que pudiera significar que su vida cambiaría en un abrir y cerrar de ojos.Cuando recibió aquella carta, lo cierto es que hizo hasta lo imposible por alejar a su esposa. De su vida en aquel entonces. Para él, ella solo era un incordio, era lo que tenía que él estuviera en la vida de su hijo de una vez y por todas. Aún conociendo a la her
Disfrutando de su vida de soltero, Grenor Constantine se quedó mudo la enterarse que tenía un hijo.Una aventura con su secretaria de aquel entonces Dana Prescok, una americana efusiva, ardiente y de cuerpo escultural, dio como resultado ese pequeño que ahora necesita un padre.Él, CEO de Melandros Construction y ella, una asistente muy dispuesta a complacer.Ahora, Grenor tenía una sola tarea: que su hijo no creciera sin un padre.Nala Prescok, hermana de Dara es quien tiene la custodia de él pequeño Peter, jamás se imaginó que su hermana mayor la dejaría a cargo de un pequeño tan hermoso e inteligente, para irse a disfrutar la vida que ella c
Grenor Constantine miró todo a su alrededor mientras leía concienzudamente cada una de las palabras escritas en la carta.''Tienes un hijo. Sabes muy bien lo que hiciste con Dara hace 5 años. Ve a buscarlo. Él te necesita''.¿Quién pudo ser capaz de jugar tan cruelmente con su cerebro?Demasiado tiempo atrás tuvo una aventura de un par de meses con su secretaria.Bueno.Mas bien la secretaria suplente de su padre. Una mujer norteamericana oriunda de chicago que su padre contrato de manera temporal cuando su secretaria, Herna, tomo licencia por una dermatitis alérgica.¿Por qué ahora?¿Por qué justo cuando iba a asumir el cargo como CEO de la empresa que durante años había luchado por una posición de renombre?Ahora que la tenía, no iba a detenerse ante nadie, ni s
—¿Directo al grano, no padre?Anker Alexandro no se andaba por las ramas, era un tipo franco y siempre le hablaba a su hijo como a un igual.Parte de los problemas matrimoniales de él y su madre, era que su padre lo educó y le dio la crianza como si de un hermano se tratara.El matrimonio de Anker Constantine y Anielly Calendre se dio cuando ambos eran apenas unos adolescentes cruzando a la etapa de adulto. Un error que les obligó a ser adultos antes de tiempo. Cuando Anker tenía apenas diecinueve años dejó embarazada a su madre Anielly, su novia de toda la secundaria y con la que pretendía casarse.Pero no cuando ella aún tenía 18 años.Pero un embarazo en la familia Constantine era algo que no se tomaba a la ligera.Un mes después ambos estaban ante el altar jurándose amor eterno.Ocho meses después nació Grenor.Lo