¡EMPEZAMOS CON LAS ACTUALIZACIONES! Me gustaría saber qué les pareció este capítulo... Cuéntenme en los comentarios. ¡Las amo! ¡Y gracias por ser parte de esta nueva historia!
POV DEMETRIUS Termino de trabajar y, como siempre, empieza mi tormento. El tormento que me ha acompañado los últimos cinco años: el saber que volveré a mi casa y no encontraré jamás a las personas que le daban sentido a mi vida. El saber que no volvería a ver a Sophia, en la sala, esperándome para acercarse a mí y besarme. El saber que no volvería a ver a mis hijos bajar por las escaleras, muy felices, por mi regreso para poder jugar. El saber que nunca más iba a poder compartir una cena en familia, entre risas y bromas, sino que, por el contrario, solo tendría una enorme mesa vacía para mí solo. Ya no iba a volver a ver, JAMÁS, ninguno de sus rostros; no iba a poder admirar sus ojos, no iba a poder acariciarlos, no iba a poder hablarles ni escuchar sus voces, NO IBA A PODER ENCONTRAR NADA, ¡NADA! ¡ABSOLUTAMENTE NADA! Y todo eso era culpa de una sola persona: Yadiel Varksov. —¿Señor? —me distrae una voz. —PASE Y TOME ASIENTO —ordeno a mi secretaria; y ella obedece. —Señor, le pre
POV NOEL «El Levriant», pienso con tristeza y decepción al recordar las innumerables cenas románticas que tuve, en este lugar, con… Mezz —¿Pasamos? —escucho la voz del hombre de ojos grises que me acompañaba en esta ocasión; y dirijo mi mirada hacia él. —Sí, claro —respondo cortés; y empezamos a caminar hacia el interior. Dentro de aquel, el anfitrión nos empieza a dirigir a nuestra mesa. Yo voy observando el restaurante y este, al igual que siempre, se mantenía hermoso; no obstante, el ser el centro de atención de muchas personas curiosas, quienes me regalaban miradas de desprecio, hizo que me sintiera muy incómoda al instante. —¿Todo bien? —escucho la grave voz de mi acompañante. —Sí, todo bien —contesto; y le sonrío gentil. Lo último que deseaba, en este momento, era arruinar la noche del hombre que nos mantenía protegidas a mi hija y a mí. —Sabe mentir —¿Qué dice? —pregunto cuando de repente, él se detiene intempestivamente—, pero… ¿qué pasa? —Solo guarde silencio —mencio
POV NOEL —Si intenta hacerle algo a mi hija; si tan solo le pone un solo dedo encima, yo no des… —Yo no le haré nada a su hija. AHORA CIERRE ESA BOCA Y ESCÚCHEME —A MÍ NADIE ME DA ÓRDENES. —Y A MÍ NO ME INTIMIDA LA PATALETA DE UNA MUJER DE 25 QUE SE COMPORTA COMO UNA ESTUDIANTE DE BACHILLERATO. Guarde silencio porque la poca paciencia que aún me queda se está terminando. —Desáteme —NO HARÉ ESO; y ahora escúcheme —¿Por qué nos rescató? ¿Qué es lo que verdaderamente busca de nosotras? —Nada en especial. —¿Ah no? ¿Cómo es eso de que me investigó? ¿Cómo es que afirma saber que yo no tengo nada que ver en los negocios de mi padre? ¿Por qué me estaba siguiendo? —¿Qué es lo que dice? —Es demasiada casualidad que haya estado en el preciso instante en el que esos tipos me encontraron y se llevaron a mi hija. ¿QUIÉN ES USTED? ¿QUÉ BUSCA…, señor Hills? —Primero, que guarde silencio —precisa muy serio al ponerse de pie e ir hacia donde estaba una barra para servirse… whiskey. —HABLE Y
POV NOEL —Ya, mi amor, tranquila por favor. No llores…, estoy aquí, te prometo que estarás bien…, por favor, ya no llores, te lo pido —expreso suplicante cuando el amor de mi vida llevaba ya mucho tiempo llorando sin parar. Mientras tanto, yo solo sigo caminando sin rumbo alguno. —Dios… estoy agotada —expreso muy preocupada mientras me siento en la banca de un paradero y empiezo a mirar por todos lados— no pasa nadie; no hay ni un bus… «Diablos, espero no haberme equivocado yéndome de esa casa», pienso cuando de pronto, el fuerte llanto de mi hija se roba toda mi atención. —Por favor, mi amor, tranquila. Te prometo que ya encontraré un lugar —digo, pero ella continúa sollozando (lo cual logra romper mi corazón en mil y hacerme sentir culpable de haberla sacado de un buen lugar a las calles frías de las afueras de la ciudad) —. Dios… soy una mala madre, soy una mala madre, tal vez, no debí salir de ahí… —exhalo con pesadez—. Debo seguir caminando. Te prometo que encontraré un buen
POV DEMETRIUS Despierto con un infernal dolor de cabeza y lo único que hago es ir a la ducha para bañarme con agua fría. —Buenos días, Sophia —sonrío al abrir la llave—. Tomé mucho anoche… Sí, sí, sé que no te gusta que tome, pero… lo necesitaba. Lo necesitaba porque no soporto tener a esa mujer en nuestra casa —confieso con rabia contenida—. No soporto tener a alguien con la sangre de Varksov aquí. Pero todo sea por ustedes, mi amor. Por ti y por nuestros hijos —sonrío al recordar a mis niños—. Los extraño tanto, Sophia —empiezo a llorar desconsolado—. Daría lo que fuera por volverlos a tener conmigo otra vez. Daría mi vida porque ustedes estuvieran aquí y yo me hubiese ido, pero no… —lloro mucho más mientras me empapo con el agua de la regadera— ¡TUVISTE QUE SER TÚ Y MIS BEBÉS QUIENES FUERAN EN MI AUTO! ¡FUE MI CULPA TAMBIÉN SOPHIA! ¡PORQUE YO DEBÍ ESTAR AHÍ Y NO USTEDES! ¡DIOS! —me lamento al continuar llorando desgarrado mientras recuerdo a mi familia, a mis tres amores—. Ya no s
POV NOEL —Entonces, esta noche, en el Levriant nuevamente —Está bien —acepto; y sonrío. —Me hubiese gustado que fuese una cita, pero comprendo la situación claramente. —Me gustaría poder corresponderle… —Y a mí —Vaya… veo que es un nombre muy directo —Es verdad; no me gusta andar con rodeos. —Eso es muy bueno —musito al mirarlo; y nos sonreímos. —Entonces, esta noche, la iré a ver a su habitación —Bien… —Yo me retiro. Ya debo ir a trabajar. Cuídese, señorita Varksov —Noel, Demetrius —Bueno… —me mira fijamente— cuídate…, Noel —concluye al haberse inclinado hacia mí y dejarme un beso en la comisura de mis labios. Ante su acción, solo me limité a cerrar mis ojos y disfrutar de su varonil perfume mientras mi corazón, extrañamente, se había acelerado. —Hasta la noche —agrega grave; y yo abro mis ojos para encontrarme con aquella mirada de color gris y con una sonrisa perfecta asomarse. «Sí, este hombre puede volver loca a cualquier mujer con esa mirada y esa sonrisa», determ
POV DEMETRIUS—Buenas noches, señor Hills —susurra al acercarse mucho a mí.Frente a ello, tomo su cintura con una de mis manos y la atraigo por completo a mi cuerpo para besarla otra vez.—Ahora sí…, buenas noches…, Noel —concreto; y ella sonríe ampliamente, muy divertida y contenta.—Que descanse… —precisa al mirarme fijamente a los ojso mientras s eva alejando—Igual —concreto; y me giro para regresar a mi habitación.—Señor Hills…—Dígame —respondo al volver a girarme.—Gracias…—¿Por qué?—Por la canción que pidió que tocaran los músicos en el Levriant; es mi favorita…—Fue un placer verla feliz y…—¿Y?—Y me sorprendió verla tocar el piano. No creí que supiera hacerlo.—De hecho, considero que no sé hacerlo.—Pues hoy demostró que eso no es cierto.—Eso es porque nunca escuchó a mi madre tocar el piano; era una eminencia—Pues a mí me parece que usted lo es, Noel…—Le agradezco el cumplido…—Tal vez, compremos uno si así lo desea…—¿Comprar uno? ¡Pero si tiene uno enorme en la
POV NOEL —Y solo nos quedaremos por aquí, señorita, porque si salimos, nos congelaremos —bromeo con mi hija al sentarnos alrededor de la mesa blanca que estaba frente a un enorme ventanal que nos dejaba observar el jardín trasero de la casa—. Las seis… él ya debe de estar por llegar… ¿crees que sea buena idea esperarlo en la entrada?... Mmmm… no, ¿verdad?... Aunque es el hombre que nos ayudó, sería un bonito gesto de agradecimiento o… algo así —susurro al mirar a mi bebé y acomodar su ropita—. A veces, siento que Demetrius es un poco extraño… —confieso de pronto—, no sé… parece como si algo lo… molestara, o entristeciera o no sé… tal vez los dos. No sé qué es, tampoco puedo preguntar; es muy indiscreto, así como incómodo —sonrío—. Solo espero que sea lo que fuese lo que lo aqueje, se termine pronto. El hombre es una buena persona, no merece estar triste por algo y ¿sabes qué? ¡SÍ! ¡IREMOS A ESPERARLO EN LA ENTRADA! —exclamo decidida al tomar a Valentina en mis brazos—. Sí, mi amor, ir