¡Este es el fin! ¡Muchas gracias por haber leído toda la historia de la nueva oportunidad de amor de Demetrius y Noel! Espero que les haya gustado mucho y que hayan disfrutado de cada capítulo. Por otro lado, les comento que "Maximiliano Fisterra", la historia de Merlí y Bayá, estará disponible en unos días, así que espero que se animen a darle una checada. ¡Gracias infinitas otra vez por acompañarme a lo largo de esta historia de amor! ¡Y espero que nos leamos muy pronto!
Pov Noel—¡Aaaaaaaaahhhhhh!—Una vez más, una vez más, ¡ya lo va a lograr! —lloro de dolor.—Aaaaahhhh aaaaaaaaaaaaahhhhh por favor…., por favor…—Vamos, vamos, ya falta poco. Solo una vez más, usted puede.—Ah ah ah —sujeto la mano del enfermero y la aprieto con todas mis fuerzas mientras siento mi cuerpo quebrarse— No puedo, ya no puedo, no puedo—Tranquila, tranquila, ya está a punto de lograrlo.—No…, no puedo —sentía desvanecerme.—No se duerma, no se duerma, míreme…—No… no pue…—¡Venga! ¡Venga aquí! ¡No se duerma! ¡Vamos! ¡Una vez más! —escuchaba gritos en la sala de partos mientras mis ojos me pesaban cada vez más y ya solo quería cerrarlos por completo para no sentir más dolor.—No…—¡Su nombre! ¡Dígame su nombre!—Mi…—¡Vamos! ¡No duerma! ¡Usted puede! ¡Ya falta casi nada! ¡SU NOMBRE! ¡GRITE SU NOMBRE!«¿Mi nombre?», me pregunto en silencio al mirar los rostros de preocupación de todos aquellos que me rodeaban.—¡VENGA! ¡GRITE EL NOMBRE! ¡USTED PUEDE!«Su nombre…, su nombre…
POV NOELMis ojos me pesan, pero hago el esfuerzo por abrirlos hasta que lo logro y me encuentro con un hermoso paisaje. Era un bello jardín, lleno de flores, arbustos y un árbol.—¿Do… dónde estoy?—No, señorita. Por favor, no —escucho la voz de una mujer; y me desconcierta verla con un impecable uniforme blanco.—¿Dónde estoy?—No se levante aún. Usted está muy débil; debe permanecer en cama.—Mi hija…, mi hija…, dónde está mi hija —comienzo a llorar.—Necesito que se tranquilice por favor.—Mi hija. ¿Dónde está mi hija?—Señora, debe tranquilizarse. En un momento, el médico vendrá—¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi hija?—Señorita—¿Qué pasó? —escucho una muy seria voz.—Se levantó y pregunta por su hija —explica quien parecía ser una enfermera.«¿Un hospital?», me pregunto en silencio.—Vaya por su esposo —escucho que le responde el médico; y la enfermera sale.—¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi hija?—Señora, tranquilícese —me pide el médico al administrar algo en mi vía.—Mi hija…—Su esp
POV NOELYa era de noche y aún no tenía a mi bebé conmigo. Me sentía tan angustiada y temerosa que lo único que quería era salir de este lugar para ir a buscarla por mi cuenta.—No, no puedo esperar más —susurro al quitarme las vías.Me quejo del dolor que me ocasionaba quitarme todas las agujas y aparatos de mi cuerpo; no obstante, eso no me detenía.—Debo verla, debo ir a ver a mi hija…, debo ver…—¡Señora! Pero ¿qué está haciendo?—Mi hija, debo ir a ver a mi hija. Suélteme, suélteme—Señora, cálmese. No debe moverse—¡Mi hija! ¡Debo ir a ver a mi hija! ¡Ese tipo puede hacerle daño! ¡No puedo dejar…—¡QUÉ PASA AQUÍ? —escucho una demandante voz.Era él; el hombre que me salvó.—ACUÉSTESE —me ordena.—Mi hija. Debo ir a verla—Parte del trato es que me obedezca. ACUÉSTESE.—Aún no hay trato. Sin mi hija, no hay trato—TRAIGAN A LA NIÑA —ordena de pronto; y yo me paralizo mientras lo miro.De repente, entra una enfermera más con…—Va… Valentina —musito al mirarla; y siento mis ojos ag
POV NOELLos días se pasan muy rápido y yo ya me sentía muchísimo mejor. También me alegraba saber que mi Valentina estaba sanita y, sobre todo, que estaba bien cuidada. No había pasado por frío, ay que la casa era muy cálida y tampoco pasaba por hambre, puesto que aquí me alimentaban muy bien y yo la alimentaba a ella como se debía.—¿Quién es la niña más linda? ¿Quién? Siiii… tú, mi amor. Tú eres la niña más hermosa en toda la historia —susurro al tenerla entre mis brazos.Yo ya me encontraba vestida y lista para salir al jardín trasero de la enorme mansión en la que me encontraba. Aún no la conocía bien, ya que no había decidido explorarla, pero de seguro muy pronto lo haría. Claro, solo debía recordar la cláusula de no pasar a su lado de la casa y tampoco me acercaría al salón que unía ambas partes.—Ah… y tampoco el piano —me recuerdo—. Sí, el hombre es muy extraño, mi amor, pero nos ayudó, así que… debemos cumplir con nuestra parte del trato.—Señora—¿Sí?—Ya es hora.—Gracias.
POV DEMETRIUSMe levanto a correr, como siempre, muy temprano. Esta mañana corría para controlar la ira y molestia que me causaba tener a esa mujer y su hija en la casa que compartí con mi familia alguna vez.«Fabiano…, Luca…», pienso en ellos y la rabia por obtener venganza cuanto antes me invade, así que solo me limito a correr más rápido bajo la intensa lluvia de la mañana.—Temprano como siempre ¿eh? —escucho de pronto; y me detengo en seco—. Pero esta vez más temprano que cualquier otro día—¿Qué haces aquí? —pregunto con molestia.—¿Podríamos regresar a tu casa y hablar?—¿Qué quieres?—Por favor, Demetrius, nos estamos empapando. ¿Podemos hablar en tu casa?—NO—Por fa…—NO —interrumpo tajante; y Maximun resopla.—¿Cómo estuvo la boda? —pregunta de repente—¿Me interrumpes para preguntar eso?—Te interrumpo para pedirte que saques a esa mujer de tu casa.—Eso es algo que no haré jamás y lo sabes—Por favor, Demetrius. Es una joven de 25 años y su hija recién nacida. Sea hija de
POV DEMETRIUS Termino de trabajar y, como siempre, empieza mi tormento. El tormento que me ha acompañado los últimos cinco años: el saber que volveré a mi casa y no encontraré jamás a las personas que le daban sentido a mi vida. El saber que no volvería a ver a Sophia, en la sala, esperándome para acercarse a mí y besarme. El saber que no volvería a ver a mis hijos bajar por las escaleras, muy felices, por mi regreso para poder jugar. El saber que nunca más iba a poder compartir una cena en familia, entre risas y bromas, sino que, por el contrario, solo tendría una enorme mesa vacía para mí solo. Ya no iba a volver a ver, JAMÁS, ninguno de sus rostros; no iba a poder admirar sus ojos, no iba a poder acariciarlos, no iba a poder hablarles ni escuchar sus voces, NO IBA A PODER ENCONTRAR NADA, ¡NADA! ¡ABSOLUTAMENTE NADA! Y todo eso era culpa de una sola persona: Yadiel Varksov. —¿Señor? —me distrae una voz. —PASE Y TOME ASIENTO —ordeno a mi secretaria; y ella obedece. —Señor, le pre
POV NOEL «El Levriant», pienso con tristeza y decepción al recordar las innumerables cenas románticas que tuve, en este lugar, con… Mezz —¿Pasamos? —escucho la voz del hombre de ojos grises que me acompañaba en esta ocasión; y dirijo mi mirada hacia él. —Sí, claro —respondo cortés; y empezamos a caminar hacia el interior. Dentro de aquel, el anfitrión nos empieza a dirigir a nuestra mesa. Yo voy observando el restaurante y este, al igual que siempre, se mantenía hermoso; no obstante, el ser el centro de atención de muchas personas curiosas, quienes me regalaban miradas de desprecio, hizo que me sintiera muy incómoda al instante. —¿Todo bien? —escucho la grave voz de mi acompañante. —Sí, todo bien —contesto; y le sonrío gentil. Lo último que deseaba, en este momento, era arruinar la noche del hombre que nos mantenía protegidas a mi hija y a mí. —Sabe mentir —¿Qué dice? —pregunto cuando de repente, él se detiene intempestivamente—, pero… ¿qué pasa? —Solo guarde silencio —mencio
POV NOEL —Si intenta hacerle algo a mi hija; si tan solo le pone un solo dedo encima, yo no des… —Yo no le haré nada a su hija. AHORA CIERRE ESA BOCA Y ESCÚCHEME —A MÍ NADIE ME DA ÓRDENES. —Y A MÍ NO ME INTIMIDA LA PATALETA DE UNA MUJER DE 25 QUE SE COMPORTA COMO UNA ESTUDIANTE DE BACHILLERATO. Guarde silencio porque la poca paciencia que aún me queda se está terminando. —Desáteme —NO HARÉ ESO; y ahora escúcheme —¿Por qué nos rescató? ¿Qué es lo que verdaderamente busca de nosotras? —Nada en especial. —¿Ah no? ¿Cómo es eso de que me investigó? ¿Cómo es que afirma saber que yo no tengo nada que ver en los negocios de mi padre? ¿Por qué me estaba siguiendo? —¿Qué es lo que dice? —Es demasiada casualidad que haya estado en el preciso instante en el que esos tipos me encontraron y se llevaron a mi hija. ¿QUIÉN ES USTED? ¿QUÉ BUSCA…, señor Hills? —Primero, que guarde silencio —precisa muy serio al ponerse de pie e ir hacia donde estaba una barra para servirse… whiskey. —HABLE Y