Llevaba varias semanas durmiendo lejos de Eva, por lo que despertara a su lado por primera vez en tantos días lo hacía, no solo feliz, sino que también lo tenía irremediablemente caliente.Su cuerpo contra el de ella durante toda la noche, ese calor que terminó con su frío con solo pegarse, pero sobre todo el recuerdo de cada una de las veces que se había removido bajo él, gimiendo su nombre, llena de placer, joder, que ganas tenía de volver a verla así.Se escabulló de sus brazos con mucho cuidado de no despertarla, quería llevarla a la locura de un modo distinto, quería despertar su cuerpo y sentidos sin que ni siquiera fuera capaz de tocarlo, la necesitaba a su merced.Cuando consiguió apartarse de ella y que no se despertara se acercó al armario y tornó varias corbatas de este, con mucho cuidado ató cada una de las muñecas de su esposa contra los barrotes de la cama y luego procedió a hacer lo mismo con los tobillos quedando completamente abierta para él.El único problema que vio
Internó dos dedos en el sexo de su esposa, penetrándola con ellas, disfrutando la forma en que sus paredes los apretaban mientras seguía lamiendo y succionando su clítoris endurecido, lo que más disfrutaba de todo era ver como esa zona estaba cada vez más enrojecida toma como la sangre de su cuerpo se dirigía ahí a causa de la sobre estimulación y eso significaba que cada vez era más sensible y más receptiva de cada uno de sus avances.Su polla protestaba muy dura dentro de su bóxer, parecía pedirle que cediera a las exigencias de Eva que deseaba sustituir esos míseros dedos y poder disfrutar del calor de sus paredes, pero él tenía muy claro lo que pretendía y no cedería a sus impulsos.Cada nuevo avance hacía que Eva se mordiera los labios, ya que de no hacerlo gritaría, llena de frustración y de placer, ya no sabía qué era lo que deseaba, por un lado, moria porque cediera y por el otro, que no parara, que siguiera torturándola provocando todo ese deseo creciente en ella.— Gime más
Jeremy no podía ser tierno, tampoco podía desatarla, no por el momento cuando lo que pretendía es que le quedara claro que no podía dejarlo, que jamás le iba a permitir abandonarlo.Ella gimió cuando sus cuerpos empezaron esa danza, no había delicadeza en Jeremy y realmente no la deseaba, lo único que quería ella era sentirlo de la manera más cruda que pudiera existir.— Y estoy seguro de que en el fondo te excita que no te deje tocarme — bajó a morder su pecho izquierdo y luego lamió hasta llegar al pezón, duro, deseoso de ser tocado, como si apuntará en dirección a su boca.— Que impida tu movimiento y lo frustre mientras despierto tu cuerpo.Jeremy le mordió el pezón apretando levemente sin llegar a herirla, aunque si provocando un poco de dolor y tiró de él hasta escucharla gemir de nuevo, quería escucharla eternamente.—Si, si maldita sea, no puedo dejar de humedecerme, ante mi deseo frustrado de tocarte— reconoció ella, apretando sus paredes internas.Eso hizo que su esposo gimie
Aquella mañana Anahí había vuelto a amanecer con marcas que no recordaba que Alexander le hubiera hecho ¿Había bebido aquella noche durante la cena? Intentaba recordar, pero estaba segura de que no había bebido lo suficiente, y además tenía toda su noche muy borrosa. ¿Cómo había llegado a la cama?Pero bueno, era mejor no pensar en ello, era feliz con él, al fin y al cabo aquel hombre si era cierto que se ponía agresivo de vez en cuando, pero le estaba demostrando lo mucho que la quería.O eso creía ella, quien no estaba muy acostumbrada a que los hombres se quedaran con ella después de utilizarla y allí estaba Alexander sin que ella tuviera nada que ofrecerle.¿O tal vez si lo tenía? Sonrió a su imagen en el espejo mientras observaba el test de embarazo que Alexander le trajo aquella mañana, después de los dos días que llevaba de retraso.Lo sacó del envoltorio y se sentó en el váter para hacer lo que tenía que hacer, estaba nerviosa aunque ya no quería casarse con Jeremy, su sueño a
Diddier se levantó temprano aquella mañana, le gustaba disfrutar de los desayunos que Lupe le preparaba como, pero sobre todo le gustaba observarla, cocinar, tan abstraída en lo que hacía sin darse cuenta de que la observaban.En ese momento, cuando la latina no era consciente de que la estaban mirando, su belleza era todavía más palpable y Diddier disfrutaba de cómo se mordía levemente el labio mientras pensaba a saber que.«Ojalá pudiera leer la mente en este instante»Se dijo esperando pegado en el marco de la puerta sin atreverse a avanzar para no romper ese instante, hasta que minutos más tarde fue imposible ya de ocultar su posición y ella lo recibió con esa enorme y bonita sonrisa que hacía sus días mejores.— Buenos días, Diddier, llegas justo para desayunar.Lupe solía darse cuenta de que el abogado gustaba de observarle, era entrar él a su rango y ella sentir su presencia; no obstante, siempre se quedaba en silencio, siempre le permitía hacerlo, solo hasta que ella sentía la
Amanda llevaba un par de semanas esperando a que Diddier le hablara, después del último viaje que hicieron juntos a París él ya no se había vuelto a comunicar con ella, pero sabía que así era él, se pasaba unas semanas desaparecido como entreteniéndose con cualquiera y luego volvía a llamarla, siempre había sido así llevaban tres años así como allí esperaba pacientemente a que él estuviera preparado para tener algo serio.— Seguramente solo seas una empleada, es lo único para lo que él se fijaría en alguien como tú — observo lo mucho que había cambiado aquel lugar como a ciertamente estaba reluciente, la asistenta debía ser muy eficiente, aunque Amanda esperaba que solo lo fuera para la casa y no también para su cama.No le pasó por alto que en la mesa había dos cubiertos ¿Qué empleada comía con su jefe?Así que la extraña no dudó en sentarse en una de las sillas y observar a aquella mujer con una sonrisa malvada.— Trae vino. ¿No te dijo Diddier que me invitó a almorzar?Lupe tenía u
Por fin, Eva empezaba a sentir que todo estaba volviendo a su cauce. Jeremy y ella se encontraban en el mejor momento, entre ellos las sombras de las dudas y las desconfianzas se habían disipado rápidamente al sincerarse y decirle la verdad de lo ocurrido con Anahí.Los días al lado del padre de sus hijos eran siempre brillantes, así en el exterior hubiera una gran tormenta, ahí en su casa todo era paz, alegría. Aun así, ella sentía que le hacía falta algo.—¿Eva, qué te pasa?—pregunto Jeremy a su esposa parando de pronto los mimos entre ellos —no me mientas, aunque me digas que no pasa nada, te conozco, puedo sentirlo.Eva se tensó creyendo que su esposo se enojaría, pero no fue así, todo lo contrario se acomodó en la cama y la atrajo hacia sus brazos.—Por favor dímelo mi amor ¿Qué es lo que te tiene tan abstraída?Eva se mordió los labios, jugó con sus dedos en el torso de su marido, enredando la punta de estos con los vellos que cubrían la parte central de su torso y que dibujaba
Alguien que odiaba a Jeremy y deseaba verlo caer, por tener todo lo que él hubiera deseado, sobre todo por robarle a la mujer que amaba y haberla dejado morir solo para que él pudiera ser feliz con la mujer que en ese momento se encontraba a su lado.Eva sintió un fuerte escalofrío al recorrer del brazo de Jeremy, el salón donde se estaba llevando la cena benéfica esa noche saludando a los invitados más importantes y los socios de Jeremy, era una maldita opresión en su pecho que no podía dejar de sentir, por lo que se disculpó con Jeremy para ir un momento al baño, necesitaba refrescar un poco su cabeza, y alejar de ella esa sensación de estar siendo observada.Jeremy estaba tan orgulloso de los logros de su esposa, llevaba tiempo queriendo aquello, todavía recordaba la época en que su madre invertía parte de los beneficios de su empresa en obras benéficas como la de Eva, pero jamás había formado una organización para esa causa.Y ahí estaba su esposa haciéndose cargo de eso, sabía qu