Jeremy se sintió aliviado al escuchar lo que su esposa le proponía, un enorme peso le fueras sacado de encima y se sentía tan ligero que parecía que podría echar a volar en cualquier instante.— Creo que sería lo mejor, mi madre cuando estuvimos en su casa no quiso dejar que Anahí cuidara a los niños.— explicó Jeremy feliz, no podía haber salido mejor la jugada porque ahora Eva creería que la idea había sido suya y no de él — Así que creo que mi madre estará encantada de cuidarlos si salimos algún día y si en algún momento debemos salir los cuatro, podríamos contratar una niñera externa.Eva se sintió aliviada y al mismo tiempo incómoda ante la alegría que percibió en su marido de sacar a Anahí de la casa, aun así no dijo nada y a lo dicho por su marido.Si Anahi y él hubiera intimado ella, ¿realmente podría dejar a Jeremy? Esa pregunta empezó a rondar por su cabeza, sin embargo, no quería pensar demasiado en ella. No ahora, no con Jeremy tan cerca de ella que lo único que deseaba era
¿Qué pensaría de este arrebato? ¿Y si él se enojaba?Lo único que le molestó de lo que su esposa hizo fue sentir como abandonaba su regazo, pero ciertamente fue para ponerlo jodidamente duro con su comportamiento.Si, su esposa estaba celosa y él no debería celebrarlo porque lo estaba con razón, pero a la vez se sentía terriblemente atraído por ella, por lo que acababa de suceder, y no era capaz de contenerse más tiempo.— Ven aquí…— pidió palmeando el espacio a su lado para que Eva se acercara de nuevo.— Yo no conocía ese carácter tuyo y debo decirte que me encanta.Eva no sabía qué pensar o creer de las palabras de Jeremy, por lo que permaneció parada justo en el mismo lugar, recargada de la puerta. Tratando de encontrar las palabras para responderle o decir algo.Al ver que no se decidía acercarse, él se levantó y caminó hasta ella, no dudó en arrebatarle aquella bata para dejar su cuerpo completamente desnudo ante sus ojos, la deseaba, la necesitaba, Anahí se marcharía y ya no hab
Jeremy se empujaba con urgencia en el interior de su esposa, adorando la forma en que sus paredes lo apretaban, deshaciéndose de placer en el roce de cada uno de sus movimientos en el interior de ella, en cómo se retorcía bajo su cuerpo como se arqueaba y se empujaba contra él para recibirlo en él mismo momento en que él embestía.Estaban sincronizados como si se tratara de una danza ensayada previamente, pero nada más lejos de la realidad, se compenetraban tanto que la perfección juntos, en cada uno de sus movimientos.— Eva…— su nombre salió ronco de los labios de Jermy mientras acariciaba los senos de su esposa y bajaba a succionar uno de sus pezones.—Jeremy…— ella respondió a su llamada sin ningún tipo de duda, mientras sus cuerpos volvían a chocar una última vez y su esposo lograba sacar un gemido ahogado de placer de sus labios.Eva se aferró a los hombros de su marido, tratando de mantenerlo pegado a su cuerpo por el mayor tiempo posible, de perderse en el placer de su contact
Jeremy estaba feliz aquella mañana había pasado todo el día anterior metido en la cama con Eva y cuidando de sus hijos, todos sus miedos se habían esfumado, ahora sabía que estando bien con su esposa, nada más importaba.Eso no quería decir que no tuvieran la intención de callar a Alexander, pero sí que era cierto que cada vez le importaba menos lo que pudiera saberse o no, ¿Qué más daba un escándalo? Al fin y al cabo a la semana siguiente alguien la cagaría otra vez y se olvidaría lo suyo si es que se llegaba a saber.Cuando llegó a su despacho ya lo estaba esperando allí, Diddier con los contratos que le haría firmar a Alexander a cambio de su silencio, tan solo faltaba la suma de dinero que le pagaría, que eso sería un acuerdo al que llegarían los dos.— Buenos días Diddier. ¿Ya está todo preparado? — preguntó mientras caminaba hasta su sillón tras la mesa para luego enfocar la vista en su amigo y abogado.— Si por supuesto ya tengo todos los contratos que le haras firmar a ese suj
— Estoy dispuesto a pagar lo que usted quiera, pero una única vez, así que piense bien en la cifra y olvídese de esto luego.— ¿Olvidarme de que mató a Marie pidiéndole un hijo? Por supuesto que no lo haré, No lo dejaré en paz, ni permitiré que me aleje de mi sobrino.Alexander se levantó exasperado de su asiento, ese hombre estaba haciéndolo perder la paciencia.Eso no lo esperaba, sobre todo porque estaba más que seguro que aquel hombre no era familiar de Marie, más bien parecía que su exesposa pretendía esconderlo de él.Aquello hacía que sintiera ciertos celos y cierta desconfianza sobre el tipo de relación que ese hombre y la difunta Marie tendrían.— Alexander no tiene forma de demostrarme que es usted familia de mi hijo — explicó levantándose también y apoyando las manos sobre la mesa e inclinándose hacia él de forma amenazadora.— Dígame entonces qué es lo que quiere, porque he investigado y no hay nada que lo una a la madre de mi hijo.Alexander no se esperaba que Jeremy lo h
Si había algo que la señora Duncan madre quería y deseaba con todas sus fuerzas, era volver a ver a sus nietos, apenas habían pasado unos días y ya moría de ganas por volver a tenerlos en sus brazos. Eran unos bebés tan hermosos y adorables que no podía dejar de pensar en que quedaba demasiado tiempo para volver a verlos y que estaban demasiado lejos.Fue por eso que en cuanto su hijo le contó el problema que había tenido y a pesar de que aquella mujer no le caía demasiado bien del todo y habría preferido otra por nuera, supuso que si ella lo dejaba y más en un caso de infidelidad que ni siquiera los contratos prematrimoniales podrían hacer nada para impedir que ella se quedara con la custodia de los bebés, sobre todo siendo tan pequeños.Quizá si no hubiera niños de por medio Agnes no habría ayudado a su hijo, al fin y al cabo los hombres eran hombres, y el destino le acababa de demostrar que Jeremy en ese aspecto era igualito a su padre, pero esa familia debía seguir unida sobre tod
— ¿Entonces estás seguro de que Anahí me drogó? — preguntó Jeremy a su abogado completamente molesto por la situación al leer el email que Diddier le acababa de reenviar donde ponía exactamente las sustancias que se habían encontrado en su sangre.— A no ser que tomaras eso por ti mismo, cosa que dudó — le respondio Diddier con los brazos cruzados y molesto con la situación, tenía ganas de hacerle pagar por eso a aquella mujer y no entendía como su amigo no era capaz de ver la gravedad de lo sucedido— podemos demandarla si quieres.— Déjame que lo piense, no quiero que Eva se entere de esto. ¿Quién iba a creer que una mujer tan hermosa me drogó para…?— Abusar de ti, Jeremy, lo que hizo Anahí es una violación, debes entenderlo y aceptar que no accediste a ello, no has hecho nada malo ni que tengas que esconder.Diddier no entendía cómo es que a Jeremy le costaba tanto creer que había sido abusado, aunque claro, no importaba que fuera el siglo XXII aún era un tabú hablar sobre los caso
Anahí no tardó en colgar el teléfono y caminar hasta el bar donde había quedado con su amante.Era un lugar extraño y oscuro en el que no había estado nunca, el camarero la miró de arriba abajo y sonrío alzando levemente una comisura más que la otra, de un modo que a la ex niñera le resultó un tanto turbio y le dio escalofríos.—¿Te pongo algo preciosa?— dijo tras unos segundos de estar observándola.— Solo una copa de vino, gracias.Tras unos minutos Alexander entró en el lugar y ni siquiera se acercó a la barra donde ella esperaba, se sentó en una mesa y le hizo una señal para que se acercara, ella tomó su copa y caminó hasta la mesa sentándose con él.—Bien hablemos, ¿Dime exactamente qué harás con las fotos y cómo las utilizarás? ¿Y qué pasa si la bella Eva Duncan no deja aun así a su marido?Ni siquiera la saludó o la besó, él fue directo al grano al preguntarle lo que quería, se notaba que aquel hombre tenía las cosas muy claras al fin y al cabo las fotos eran suyas y si ella no