El auto donde estaba Lowell se detuvo en uno de los territorios más fríos de Suiza, el pueblo de Juf en el cantón de Graubunden. El lugar era hermoso y al tener el título del lugar más frio de su país, comenzó su búsqueda en dicho lugar.
Pero, por más que convertido en lobo, busca algún rastro de Charlotte o Zaid, no había alguna señal de ellos. Las horas pasan y convirtiéndose en un versión más pequeña, comienza a buscar por el pueblo algún rastro de Charlotte, llamando la atención de las personas.— Qué bonito lobo siberiano — dice uno de los ciudadanos locales en su idioma.Lowell se veía bonito y majestuoso en su tamaño real, pero, cuando usaba su versión más pequeña, se veía demasiado tierno para ser ignorado. Eso era lo que había convencido a Charlotte de llevarlo a su casa.Pero, los lobos territoriales del pueblo, miraron con desagrado al extranjero y de inmediato, el hijo del alfa de esa región, llamó a sus amigos y siguió al pequeño lobo de ojos azules. LCharlotte empezaba a sentirse desorientada. En el mes que había estado en manos de Gustav, había recibido todo tipo de insultos y malos tratos, solo para que le diera información relevante de la manada.Eso había impedido que la matara, pero el costo había sigo grande. Al punto que tenía fiebre y la piel con ampollas sobre las heridas de cigarrillo no tratadas. Pero, lo que más le preocupaba a Charlotte, era que todo ello lo había escuchado su sobrino.El mismo al que solo pudo defenderlo, recibiendo el dolor que quería darle Gustav, mientras le pedía a Zaid que cerrara sus ojos. Ello, la tenía preocupada y le hacía sentir culpable.— Mamá, no te preocupes. Papá va a venir por nosotros. Él no va a darse por vencido por nosotros, ni tampoco Lowell y su papá. — dice Zaid intentando cubrir a Charlotte, con las sábanas sucias de la cama donde había estado él todo un mes.— Cariño… Vamos a estar bien y ese hombre malo va a pagar por lo que nos ha hecho, te lo prometo. — dice Zaid y Charlot
La búsqueda se había extendido hasta la madrugada, mientras Lowell dormía, Curthwulf buscaba a la mujer que lo había rechazado, por todas partes. Pero, seguía sin sentir su aroma. Lo que, si podía sentir, era la culpa.Se sentía decepcionado de no haber notado que había desaparecido hasta que su hijo desapareciera. Por no tener el valor de buscarla, después de su rotundo rechazo, se había hecho a un lado, para aceptar su muerte, sin pensar que había desaparecido tan bien, porque estaba secuestrada.El enojo le hizo salir del auto donde estaba su hijo y dejando que el chofer condujera hasra un hotel, él se transformó en lobo y corrió anhelando conseguir el aroma de Charlotte. Pero, en sí, era no olerlo nunca más lo que le preocupaba.“Debes estar bien, Charlotte. Si algo te sucede, no podría perdonármelo — dice Curthwulf mentalmente”Sabiendo que estaba con vida, porque él aun lo estaba, siguió corriendo por varios kilómetros hasta que sus piernas comenzaron a flaquear. Era un dolor fu
La angustia invadía por completo a Charlotte, quien sabía que la mentira de que estaba bañando a Zaid u otra mentira, desaparecería si Gustav veía que su cadena hacía falta. Pero, debía esforzarse en darle tiempo al pequeño que sin saber hacia dónde se dirigía, se movía con cuidado de no hacer ruido.— ¿Estás en el baño, Charlotte?— Estamos los dos aquí, estoy dándole una ducha al pequeño — comenta Charlotte mientras deja caer el agua.— Necesito que salgan rápido, tengo que hablar algo contigo. — dice Gustav notando la mentira casi de inmediato, por la ausencia de la cadena en el pie de la cama que no fue movida a su puesto del todo.— Espera un momento, ya salgo. — dice Charlotte a Gustav, para después hablarle al supuesto Zaid que esta con ella — Ve bañándote tu solo, yo después regreso.Charlotte sale y Gustav le da una larga calada a su cigarrillo a punto de terminar. Ella, quien sabía que así era como se mostraba antes de torturarla. Por ello, fue que se alejó lo más que pudo d
Curthwulf corría rápidamente, pero, el rastro que se sentía más fuerte, comenzaba a disiparse. Por lo que, se detuvo y con su hijo, buscaron ese aroma tan característico de Charlotte.Mientras lo hacían, corrían uno al lado del otro, mostrando lo majestuoso que eran sus pelajes cuando los copos de nieves caían en su cuerpo. Ningún animal se cruzaba en su camino, aunque fuera tan grande y fuerte como un oso, porque en ese momento del invierno, descansaban del frio viento y la nieve que caía.Era ese clima el que hacía que incluso, los lobos que tienen tan alta temperatura corporal y mucho pelaje, sintiesen frio. Pero, Curthwulf no estaba dispuesto a darse por vencido con la búsqueda.Por otra parte, Charlotte miraba con enojo al hombre que le había causado tanto dolor el último mes de su vida. Nunca había odiado tanto a una persona, como él y era
El corazón de Curthwulf golpeaba con fuerza al punto de sentirse como un ataque al corazón. El desgaste de energía que estaba sufriendo, más el deterioro de salud que estaba experimentando por el rechazo de Charlotte, le estaban pasando factura y fue por ello por lo que rodó por varios metros al caer y haber estado corriendo con tanta rapidez.“Padre, ¿estas bien? ¿te duele algo? — pregunta Lowell angustiado, corriendo hasta donde su padre se encuentra”“Estoy bien — responde su padre, aunque su corazón aun duele”“No, no puedes seguir así. Si el rechazo de Charlotte no te mata, buscarla sin descanso te va a matar de verdad — responde gruñendo Lowell”“Ya no le dices mamá. — susurra Curthwulf”“La quiero, creía que ella tenía la fragancia de mi madre, pero lo que tiene es su mismo coraz&oacut
Charlotte, quería recibir ayuda de eso que en su cuerpo esta y desconoce, pero, esto no despertó y cuando como pudo, intentó levantarse del suelo y buscar algo más con que lastimarlo, Gustav ya se había levantado y con fuerza, le dio una bofetada que la aturdió por varios segundos.A Gustav, ya no le importaba en lo absoluto el plan que tenia de hacer sufrir a la amada de Curthwulf y entregarla siendo prácticamente un cuerpo completamente dañado y sin ganas de seguir viviendo.Fue eso lo que impidió que la matara todo este tiempo como lo había hecho con la esposa de Curthwulf. No tenía prisa, quería disfrutar causándole dolor, sabiendo que no había manera de ella mostrarse más fuerte y por eso, protegerla de él era una responsabilidad que Curthwulf no supo ejercer. Ese era su pensamiento.Pero ahora, con su cabeza sangrando y cegado por el enojo, no podía pensar en tomar su venganza de una manera lenta y placentera, sino que, iba a acabar con ella de una vez y lanzarla a la mansión de
El desespero por encontrar el leve aroma de Zaid, los había hecho separarse para poder cubrir lo más que podían del territorio en el menor tiempo. Pero, aun así, la nieve que caía complicaba todo.Por ello, se esforzaban en oler con más fuerza, esa aroma que con desespero buscaban. El niño, quien ya no sentía las piernas que tenía enterradas en la nieve y ya solo podía arrastrarlas, ya no sentía las piernas. Pero, no se daba por vencido.— Debo ser fuerte por mi mamá y mi tía. Yo soy el hombre para ambas, debo ser fuerte — dice Zaid temblando del frio.Los lobos corrían sin encontrar algún rastro de Zaid y es que, por la fuerte nieve que caía, no había alguna huella que ver, porque incluso los rastros de como arrastraba los pies, se llenaban a los cinco minutos de haber pasado.Pero, ninguno se daba por vencido, por eso, teniend
Curthwulf corría con fuerzas, incluso cuando su salud era para que estuviera acostado todo el tiempo, esperando la hora de su muerte. Pero, encontrar a Charlotte era lo que motivaba a Curthwulf a moverse y por ello, se encontraba buscando con desespero a la mujer que amaba en medio de una noche fría. Para él, era como una especie de deja vu, su esposa, había desaparecido y el día que estaba buscándola, llovía tanto que hacía frio. Esta vez, no llovía, sino que caiga nieve y aunque hacía frío, no era el mismo.Además, en aquel momento, tenía a su equipo respaldándolo y ahora, estaba solo. Se encontraba solo buscando a la mujer que hacía latir su corazón y aunque la muerte de su esposa y mejor amiga, lo había impactado, nada de eso se compararía a perder a su alma gemela. “Debes estar bien, Charlotte. Necesito que te encuentres bien, por favor — dice Curthwulf mentalmente mientras siente el aroma de Charlotte con fuerza. Emocionado por haber encontrado su aroma, corre con fuerza, has