Un mes despuésCurthwulf había buscado por todas partes y seguía sin conseguir la más mínima pista de su ubicación. Eso lo tenía demasiado desesperado, sobre todo, porque los ataques hacia él seguían pasando, aunque ya Charlotte no tuviera su marca. — No es posible que sigamos sin obtener una respuesta. Debe haber algo, siquiera una pista mínima no me importa. Lo que necesito es algo que, aunque sea mínimo. No me importa.— Señor, estamos haciendo todo lo posible… — dice Retmus— No me interesa la cantidad de sus esfuerzos, lo que necesito son resultados. ¿Ha aparecido Gustav o alguna información de él?— Nada, es como si todo lo relacionado a él fuera un secreto del que nadie puede tener acceso.— Si hay un secreto es porque alguien lo sabe y dudo que sea solo Gustav. No me importa a quien deban buscar, necesito saber qué es lo que tiene tan enojado a ese desgraciado.— Lo entiendo, pero señor, la manada está preocupada por los ataques que han sucedido en las afueras de los estados.
Las puertas de la nueva mansión Holftmann, estaban abiertas de par en par. Fue en ese momento que Roth, aprovechando el caos de la mansión, llamó a Gustav. Curthwulf estaba ansioso por el tiempo que corría y molesto por tanto ruido en su hogar, por eso, salió por la puerta trasera, donde caminando cerca de donde estaba Roth, escucho su conversación.— Les he dicho que todo esto es un caos, es normal que tarde en dar mi reporte.Un silencio se escucha y Curthwulf se acerca a uno de sus hombres curioso sobre la persona a la que le está dando el reporte.— Aun no es prudente que lo ataque. Aunque el señor Holftmann no se sienta bien, sigue estando demasiado fuerte. Así que, lo mejor es que esperemos más tiempo. Además, la mejor forma de vengarse antes de matarlo, es matar a su hijo y esa mujer.Curthwulf no espera más y antes que siga hablando su subordinado, aclara su ga
El auto donde estaba Lowell se detuvo en uno de los territorios más fríos de Suiza, el pueblo de Juf en el cantón de Graubunden. El lugar era hermoso y al tener el título del lugar más frio de su país, comenzó su búsqueda en dicho lugar.Pero, por más que convertido en lobo, busca algún rastro de Charlotte o Zaid, no había alguna señal de ellos. Las horas pasan y convirtiéndose en un versión más pequeña, comienza a buscar por el pueblo algún rastro de Charlotte, llamando la atención de las personas.— Qué bonito lobo siberiano — dice uno de los ciudadanos locales en su idioma.Lowell se veía bonito y majestuoso en su tamaño real, pero, cuando usaba su versión más pequeña, se veía demasiado tierno para ser ignorado. Eso era lo que había convencido a Charlotte de llevarlo a su casa.Pero, los lobos territoriales del pueblo, miraron con desagrado al extranjero y de inmediato, el hijo del alfa de esa región, llamó a sus amigos y siguió al pequeño lobo de ojos azules. L
Charlotte empezaba a sentirse desorientada. En el mes que había estado en manos de Gustav, había recibido todo tipo de insultos y malos tratos, solo para que le diera información relevante de la manada.Eso había impedido que la matara, pero el costo había sigo grande. Al punto que tenía fiebre y la piel con ampollas sobre las heridas de cigarrillo no tratadas. Pero, lo que más le preocupaba a Charlotte, era que todo ello lo había escuchado su sobrino.El mismo al que solo pudo defenderlo, recibiendo el dolor que quería darle Gustav, mientras le pedía a Zaid que cerrara sus ojos. Ello, la tenía preocupada y le hacía sentir culpable.— Mamá, no te preocupes. Papá va a venir por nosotros. Él no va a darse por vencido por nosotros, ni tampoco Lowell y su papá. — dice Zaid intentando cubrir a Charlotte, con las sábanas sucias de la cama donde había estado él todo un mes.— Cariño… Vamos a estar bien y ese hombre malo va a pagar por lo que nos ha hecho, te lo prometo. — dice Zaid y Charlot
La búsqueda se había extendido hasta la madrugada, mientras Lowell dormía, Curthwulf buscaba a la mujer que lo había rechazado, por todas partes. Pero, seguía sin sentir su aroma. Lo que, si podía sentir, era la culpa.Se sentía decepcionado de no haber notado que había desaparecido hasta que su hijo desapareciera. Por no tener el valor de buscarla, después de su rotundo rechazo, se había hecho a un lado, para aceptar su muerte, sin pensar que había desaparecido tan bien, porque estaba secuestrada.El enojo le hizo salir del auto donde estaba su hijo y dejando que el chofer condujera hasra un hotel, él se transformó en lobo y corrió anhelando conseguir el aroma de Charlotte. Pero, en sí, era no olerlo nunca más lo que le preocupaba.“Debes estar bien, Charlotte. Si algo te sucede, no podría perdonármelo — dice Curthwulf mentalmente”Sabiendo que estaba con vida, porque él aun lo estaba, siguió corriendo por varios kilómetros hasta que sus piernas comenzaron a flaquear. Era un dolor fu
La angustia invadía por completo a Charlotte, quien sabía que la mentira de que estaba bañando a Zaid u otra mentira, desaparecería si Gustav veía que su cadena hacía falta. Pero, debía esforzarse en darle tiempo al pequeño que sin saber hacia dónde se dirigía, se movía con cuidado de no hacer ruido.— ¿Estás en el baño, Charlotte?— Estamos los dos aquí, estoy dándole una ducha al pequeño — comenta Charlotte mientras deja caer el agua.— Necesito que salgan rápido, tengo que hablar algo contigo. — dice Gustav notando la mentira casi de inmediato, por la ausencia de la cadena en el pie de la cama que no fue movida a su puesto del todo.— Espera un momento, ya salgo. — dice Charlotte a Gustav, para después hablarle al supuesto Zaid que esta con ella — Ve bañándote tu solo, yo después regreso.Charlotte sale y Gustav le da una larga calada a su cigarrillo a punto de terminar. Ella, quien sabía que así era como se mostraba antes de torturarla. Por ello, fue que se alejó lo más que pudo d
Curthwulf corría rápidamente, pero, el rastro que se sentía más fuerte, comenzaba a disiparse. Por lo que, se detuvo y con su hijo, buscaron ese aroma tan característico de Charlotte.Mientras lo hacían, corrían uno al lado del otro, mostrando lo majestuoso que eran sus pelajes cuando los copos de nieves caían en su cuerpo. Ningún animal se cruzaba en su camino, aunque fuera tan grande y fuerte como un oso, porque en ese momento del invierno, descansaban del frio viento y la nieve que caía.Era ese clima el que hacía que incluso, los lobos que tienen tan alta temperatura corporal y mucho pelaje, sintiesen frio. Pero, Curthwulf no estaba dispuesto a darse por vencido con la búsqueda.Por otra parte, Charlotte miraba con enojo al hombre que le había causado tanto dolor el último mes de su vida. Nunca había odiado tanto a una persona, como él y era
El corazón de Curthwulf golpeaba con fuerza al punto de sentirse como un ataque al corazón. El desgaste de energía que estaba sufriendo, más el deterioro de salud que estaba experimentando por el rechazo de Charlotte, le estaban pasando factura y fue por ello por lo que rodó por varios metros al caer y haber estado corriendo con tanta rapidez.“Padre, ¿estas bien? ¿te duele algo? — pregunta Lowell angustiado, corriendo hasta donde su padre se encuentra”“Estoy bien — responde su padre, aunque su corazón aun duele”“No, no puedes seguir así. Si el rechazo de Charlotte no te mata, buscarla sin descanso te va a matar de verdad — responde gruñendo Lowell”“Ya no le dices mamá. — susurra Curthwulf”“La quiero, creía que ella tenía la fragancia de mi madre, pero lo que tiene es su mismo coraz&oacut