Algo que he comprobado después de conocer a los Holftmann, es que mi mente no es una buena aliada. Ya que, unas pocas palabras del señor Holftmann, causan que mi mente imagine qué estoy completamente desnuda pegada a su cuerpo dentro del agua y eso, resulta demasiado excitante.— ¿Acaso desea que me bañe desnuda? — pregunto en un hilo de voz y de inmediato, cubro mi boca al tener una fuga de pensamiento que hace sonreír más al señor Holftmann, justamente de la manera en que hace latir frenéticamente mi corazón.— No, Charlotte. Aunque me gustaría tenerte completamente desnuda dentro del agua, no puedo hacer eso en la primera cita o tendrás una idea equivocada de mí. Mejor espero que pasen siquiera 90 citas.— ¡¿Tantas?! — pregunto sorprendida y de inmediato aclaró mi garganta al haber dicho ello, tan fuerte.— Necesito que tengas la idea correcta de lo que deseo contigo. Recuerda que no quiero solo una relación de noviazgo, sino que acepte ser la madre de mis hijos, la líder femenina
Aunque no quería morir, gráficamente quería morirme ahora mismo, para así escapar deesta situación tan incómoda, porque, ¿Quién además de mí, estaría envuelta en algo tanvergonzoso?¿Por qué tenía que aceptar ir a nadar si no sé nadar y tengo ropa blanca que para midesgracia, se vuelve demasiado traslúcida? Básicamente, todo lo que podía salir mal, meha salido mal.No seas tan injusta, Charlotte. Lo que has sentido, puede ser nombrado de muchasmaneras, menos como algo malo — dice mi mente y yo me ruborizo aún más.— Mamá, ¿puedo ir donde ustedes están?— ¡No! — gritó girándome tan rápido que casi trago agua salada.Pero una mano fuerte, logra sostenerme y pegarme a su cuerpo, causando que lo sientamás.— ¿No deseas que esté con ambos? — pregunta Lowell confundido por mi grito y yo aclaro mi garganta para no mostrar que realmente estoy afectada por lo que estoy sintiendo en mi trasero, por alguien que no debería interesarme de esa forma.— No es eso, cariño. Es solo q
Realmente no tenía ni la más remota idea de lo que estaba haciendo y por el latir frenético de mi corazón, no podía seguir confundiéndome. Después de todo, si lo hacía, no solo podía herir los sentimientos del señor Holftmann, sino, todos los que lo rodean.— Señor Holftmann, creí que había dicho que no quería dar una opinión equivocada al ser nuestra primera cita — murmuro al sentirme demasiado bien con sus toques.Es en ese momento que él suspira profundo y a regañadientes, aceptas alejarse de mi cuello que estaba acariciando.— Tienes tanta razón, pero si seguimos con provocaciones, no podre controlarme. Soy más animal que hombre en ese aspecto y es por ello por lo que, detenerme me resulta bastante difícil. — murmura el señor Holftmann y yo trago duro.Su mirada, cargada de deseo y como se ve bien sobre mí, con las olas refrescando nuestros cuerpos, lo hacía ver demasiado bien. Pero, debía mantenerme fuerte. No podía sucumbir a los deseos carnales de mi cuerpo traidor, por algo qu
Mi cuerpo temblaba y la sonrisa de esa persona que se acercaba a nosotros, me decía que no fue sabio de mi parte, haber decidido distraerlo. Los pequeños con temor en mis brazos, me lo decía.— Intenten huir, mamá. Yo me encargaré de él. — dice Lowell en un acto de valentía y yo niego.Sonrío agradecida y le doy un beso en la frente. — No, mi amor. Quédate con tu hermano, a él es que necesito que cuides y él te va a cuidar a ti.— Mamá…— Llévese a los niños a un lugar seguro, yo haré lo posible por ganarles tiempo — digo intentando alejar a Zaid de mi cuerpo, pero él esta tan aferrado a mi cuello, que no puedo alejarlo de mí.— Señora, no es buena idea. — dice Rolf.Exacto, ¿Cómo vas a ganar tiempo si tú eres una simple humana? — pregunta mi mente, claramente preocupada de lo que mi acto de valentía, pueda causar, — Llévese a los niños. Yo me haré cargo — digo al ver como el cuerpo del señor Holftmann, flota en la superficie sin algún movimiento.Mi corazón dolía por ello, pero, er
Su mirada, completamente azul, me observa con un deseo de derramar mi sangre y su mano en mi cuello, me confirma que quiere acabar todo rápido, mientras yo intento tomar ventaja, disparando un arma que no dispara.— Caliente — susurra sonriente, mientras yo busco algo en el arma que le impida disparar. Es allí cuando me doy cuenta de que tiene un bloqueo y al quitarlo, disparo justo en el abdomen de mi atacante. Deseando acabar con él, antes que me mate, descargo el arma en su humanidad, sin sentirme mal por acabar la vida de alguien.Sin embargo, cuando creo que me va a soltar, no lo hace, sino que aprieta más fuerte, como si estuviera molesto.— Vas a morir y no sabes cuanto voy a disfrutarlo. Mucho más que cuando mate a la estúpida esposa de Curthwulf — dice y mi corazón se encoje al recordar como conocí a Lowell y su mirada cargada de dolor por ser él el asesino de su madre.— Malnacido — digo pateando sus heridas hasta que la falta de aire comienza a darme mareo.¿Es así como vo
Confundida por lo que me habían dicho, niego ante sus palabras y ello hace que, con respeto, coloquen una de sus rodillas en el suelo y con sumo respeto me saluden al unísono, tan perfectamente que se nota que lo han hecho muchas veces.— La saludamos, jefa y le agradecemos por lo que ha hecho por nosotros — dicen todos.— Yo no…— ¡Charlotte, ven rápido! — grita el señor Holftmann y yo me marcho— Nos vemos después.— Nos despedimos de usted, jefa — dicen y yo me marcho aturdida.Salgo de la casa y busco al señor Holftmann, sin embargo, es él quien me encuentra y como un simio, baja de un gran árbol aterrizando como solo los super héroes lo hacen, solo que además de verse sexy, se ve cabreado.Debe estar molesto por lo que acabe de hacer sin pensar — digo mentalmente.Pero antes de pensar algo más, su mano se acerca a mi cabello que aleja de mi cuello y con su ceño fruncido, revisa mis heridas.— ¿Te duele? — pregunta cuando toca levemente mi cuello
Narrador omnipresenteLas palabras de Lowell habían impactado con fuerza a Curthwulf, realmente, había llegado a un punto donde no podía imaginarse a Charlotte con alguien más sin sentir dolor y por ello, en sus pensamiento s no estaban que ella se quedara con alguien más.— Lowell, no seas así con tu padre. Recuerda que debes respetarlo — dice Charlotte y Curthwulf asiente.¿Quieres que te castigue, pequeño mocoso? — pregunta Curthwulf enojado.— Tu madre tiene razón,— ¿Cómo puedes ser tan grosero con tu padre? — pregunta Curthwulf.— Mamá, me está amenazando — lo acusa Lowell.Te estas ganando un castigo fuerte, Lowell — le dice Curthwulf mentalmente.— Lowell, tu padre solo está diciendo las cosas como son. Debes ser un niño respetuoso.— Pero…Si m
Tres días después.Ginebra, Suiza.La calma había regresado en la vida de los niños y Charlotte, pero Curthwulf, vivía en constante preocupación. Seguía sin saber quién era Theodora y mucho menos Gustav, por lo que, no sabía cómo relacionar el ataque que el cambia formas le había mostrado como personal.Tampoco, había una sola señal de él y saber que ese hombre había podido escaparse de una isla de la que él tenía absoluto poder, era preocupante. Porque ya había violado los dos lugares que él creía más seguros; su casa y su isla.— ¿Por qué se me quedan mirando sin decir o pensar algo? — pregunta Curthwulf molesto.— Tenemos dos problemas grandes que enfrentar y lamentablemente, se ha escuchado rumores que lobos alfas que quieren tener a la señora, están buscando la ayuda del cambia formas — anuncia Retmus en la video llamada.— ¿Por qué meterían a un hombre que no está relacionado con la disputa que tenemos?— En el tiempo de antes, según lo que escuché, había lobos alfas que se alia