Narra CharlotteLa angustia me invade por completo. El temor que lo que sucedió en el barco se repita, me preocupa y de inmediato, tomo al pequeño Zaid y angustiada, me levanto con él, lista para marcharme. Pero uno de los lobos, salta y queda frente a mí impidiendo que avance.Asustada, tomo a Lowell y con los dos pequeños, retrocedo, mientras el lobo blanco se transforma en un chico con cabello del mismo color. La sonrisa cuadrada y su aura encantadora, resulta un contraste fuerte al lobo que gruñía hace pocos segundos.— Pero mira que tenemos aquí, la hermosa chica cuyo aroma es tan… embriagador — dice respirando profundo cerca de Charlotte.— Aléjate de nosotros — digo decidida.— Vaya, sí que eres muy valiente al hablarme así, siendo solo una humana. — dice el hombre de cabello blanco, mientras intenta acercarse a mí.— Deja de jugar con ella, Corneth. Vas a asustarla — dice un lobo que se trasforma en un chico de más de dos metros.— Es que me resulta curioso, Brashley. ¿Cómo es
Sabía que ser la Luna de una manada, no debía ser fácil. No tenía punto de referencia para saber ello, pero, lo sospechaba. Después de todo, no era normal ser la esposa del lobo más fuerte de la manada y quedarse en casa a tejer.Pero, la tensión del señor Holftmann, no era algo normal. Lo que decía ese lobo era algo delicado, tan delicado que me ha mantenido en la ignorancia. Dios, más normas que asfixian.— ¿A qué te refieres? — pregunto confundida.— ¿No te lo ha dicho? — pregunta el chico en tono burlón.— ¿Qué sucede? ¿Qué no me ha dicho?— Entra a la mansión, Charlotte. Yo me haré cargo. — dice el señor Holftmann.— ¿Qué sucede, Curthwulf? ¿Tienes miedo de que se vaya con uno de nosotros después de saber la verdad?— En tus sueños pasará eso — dice el señor Holftmann y yo me alejo de su protección para ver al lobo ajeno a mi aroma.— ¿Qué es lo que no me ha dicho?— Como Luna, solo tú puedes traer nuevos miembros a la manada básicamente, en cada temporada fértil, tendrás la obli
Sabía que el pequeño no tenía la culpa de lo que su padre había hecho, pero, apenas había podido sobrevivir criando a mi sobrino, tener a otro niño, seria complicado. Sobre todo, cuando quiero olvidarme de la existencia de los hombres lobos.— No puedo llevarte, lo siento — digo para después mirar a Zaid — ¿Estas listo? —pregunto y Zaid asiente.— Estoy listo, mamá. — Vamos — digo tomando su mano y saliendo de la habitación.Es allí, cuando veo al señor Holftmann con su ropa llena de sangre y su pecho agitado, por cuan rápido respira y transpira. Su camisa rasgada, me muestra varios tatuajes nuevos y yo sonrío con amargura por saber la causa de ellos.— Charlotte…— ¿Qué sucede? — pregunto molesta y es allí cuando él ve el bolso que llevo.— ¿Vas a algún lugar?— Papá, ¿Por qué debemos separarnos? Yo no quiero que mamá y mi hermano se vayan. Haz algo, por favor, padre. — dice Lowell y el señor Holftmann me observa con dolor.El señor Holftmann me mira fijamente, pero, yo no me amedra
Narrador omnipresenteEn la revelación de una verdad, muchos corazones habían salido lastimados. Charlotte, se sentía herida por haber sido marcada por seres que destruían la vida normal de humanos que no escogían ser lobos. Había visto niños y bebés lobos, pero era eso lo que la perturbaba. Porque, al saber la probabilidad de convertirse, hablando matemáticamente, por cada hombre lobo que se haya transformado, ¿Cuántos niños habían muerto en el proceso?Curthwulf sabia la cifra exacta: mil quinientos trece personas habían muerto intentando transformarse en lobos. Sus antepasados, llevaban la contabilidad como único respeto por la atrocidad que hacía para seguir existiendo. Por eso, no tenía el valor de ir detrás de ella. Había matado muchos de su especie.— ¿Por qué te quedas allí de pie y no vas detrás de ella? Acabas de golpearnos tan fuerte sin decirnos algo al respecto, solo para acabar con los cuatro y correr a verlo, para que solo la mires marcharse. — dice Freddom.— No se me
Curthwulf caminaba por los pasillos de la casa, con sangre por todo el cuerpo, el caos que había dejado en la entrada de su casa, solo podía relacionarse a una masacre. Pero, ello no le importaba, tenía muchas cosas más de las que preocuparse. Habiendo ganado a los lobos con los que se había enfrentado, no podía saborear la victoria, porque había perdido demasiado por omitir información importante, era por eso por lo que, ahora se encontraba en una gran casa, completamente solo y aunque en el pasado estaba acostumbrado a la soledad, ahora ya no era así.— Sabía que esto pasaría si ella se enteraba. Pero, ¿no fue peor que lo supiera por boca de otro? — se pregunta mientras de sus manos salen sangre.Estaba agotado. Tan agotado por ocultar ser bueno cuando tenía antecedentes de hombre cruel. Los más de cincuenta tatuajes en su cuerpo, le recordaban eso.— Si la llego a volver a ver, reafirmará que soy un monstruo al ver mis tatuajes — murmura frustrado y después sonríe — ¿Realmente pod
Charlotte sabía que estaba en graves problemas. Era evidente que no podía enfrentar a un cambia formas siendo una humana y aunque había comprobado que, en ciertos momentos, sus manos quemaban al tocar a alguien, no sabía como lo hacía, ni si podría realizar otra cosa. Así que, básicamente estaba en graves problemas y sin saber cómo solucionarlo.— No necesitas hacer esto. Si quieres vengarte por algo que te parece injusto, deberías ir contra él y no contra personas inocentes que no tienen alago que ver con lo que sea que te tiene molesto.— ¿Crees que no lo he intentado ya? A Curthwulf no le dicen lucifer porque le gusta su serie, sino, porque realmente es un desgraciado que solo siente placer haciendo daño. >> Él no es un lobo común, supo cómo explotar las habilidades de un alfa y es por eso que matarlo es bastante difícil incluso para mí, por eso debo recurrir a esto y aunque no me enorgullece porque no me estoy vengando como quiero, por lo menos, le estoy haciendo daño.— ¿Realmen
Un mes despuésCurthwulf había buscado por todas partes y seguía sin conseguir la más mínima pista de su ubicación. Eso lo tenía demasiado desesperado, sobre todo, porque los ataques hacia él seguían pasando, aunque ya Charlotte no tuviera su marca. — No es posible que sigamos sin obtener una respuesta. Debe haber algo, siquiera una pista mínima no me importa. Lo que necesito es algo que, aunque sea mínimo. No me importa.— Señor, estamos haciendo todo lo posible… — dice Retmus— No me interesa la cantidad de sus esfuerzos, lo que necesito son resultados. ¿Ha aparecido Gustav o alguna información de él?— Nada, es como si todo lo relacionado a él fuera un secreto del que nadie puede tener acceso.— Si hay un secreto es porque alguien lo sabe y dudo que sea solo Gustav. No me importa a quien deban buscar, necesito saber qué es lo que tiene tan enojado a ese desgraciado.— Lo entiendo, pero señor, la manada está preocupada por los ataques que han sucedido en las afueras de los estados.
Las puertas de la nueva mansión Holftmann, estaban abiertas de par en par. Fue en ese momento que Roth, aprovechando el caos de la mansión, llamó a Gustav. Curthwulf estaba ansioso por el tiempo que corría y molesto por tanto ruido en su hogar, por eso, salió por la puerta trasera, donde caminando cerca de donde estaba Roth, escucho su conversación.— Les he dicho que todo esto es un caos, es normal que tarde en dar mi reporte.Un silencio se escucha y Curthwulf se acerca a uno de sus hombres curioso sobre la persona a la que le está dando el reporte.— Aun no es prudente que lo ataque. Aunque el señor Holftmann no se sienta bien, sigue estando demasiado fuerte. Así que, lo mejor es que esperemos más tiempo. Además, la mejor forma de vengarse antes de matarlo, es matar a su hijo y esa mujer.Curthwulf no espera más y antes que siga hablando su subordinado, aclara su ga