Mientras Carlos se hacía cargo del traslado de Charlotte, Curthwulf camina hacia los calabozos dónde están los traidores, muchos de ellos están atados porque intentaron atacarse entre sí para matarseNinguno quería recibir el castigo de Curthwulf, porque sabía que el monstruo despiadado del pasado, había regresado y con más fuerzas. Se sentía en el ambiente, su aroma había regresado a la que era antes, tan mezclada de sangre que causaba temor.— He llegado — dice el hombre con mirada roja y todos se arrodillan con miedo de lo que pueda decirles.— Señor...— Entonces, no están de acuerdo con mis decisiones. — dice Curthwulf entrando a la celda, con una mirada que paralizaba a los hombres lobos.— Señor, sucede que…— Oh, entonces tienes energía para responderme — murmura Curthwulf y todo queda en absoluto silencio.En el lugar solo se escucha el ruido de los dientes de los lobos que tiemblan y la respiración bestial del hombre que no tiene intención de ser piadoso. Pero, nadie se atre
Todos se movían rápidamente. Era como un ejército bien formado, desplegándose por todo el país. No tenían idea de donde buscar, si habían salido del país o no, pero, para eso estaban consiguiendo gente en cada parte del país.Desesperados por encontrar su paradero, buscaban propiedades privadas con radares o vigilancia que hubiesen visto el helicóptero en el que se habían marchado y con ese rastro, estaban buscando. — En total fueron cinco helicópteros que se movieron por la misma dirección. Dos de ellos aterrizaron en aeropuertos privados, uno se fue al sur y los otros dos tomaron el oeste. — informan a Bratt y Curthwulf. — Eso debió ser plan de ese malnacido. Sabía cada uno de mis movimientos y por eso, se adelantó para enredar el rastro. — dice Curthwulf molesto.— Es una persona mala que quiere dañar, claramente debe pensar anticipado.— Lo que me molesta es que yo hice todo lo que él pensó que haría. No había un solo momento en que algo saliera bien, porque yo estaba jugando el
No había manera de calmar a Curthwulf o interceder por los empresarios que le habían mentido. Curthwulf, ya estaba lo suficientemente molesto por la traición de sus hombres, por lo que, una nueva solo llenaba más el vaso que ya había empezado a rebosar. Bratt, como antes ni siquiera intentó detener a su hermano, sabía que eso solo iba a causarle unos huesos rotos que estaban bien así completos como estaban ahora. Por lo que, solo se agachó hasta el hombre que agonizaba.— Te contaré un secreto. En el mundo, no sólo están los humanos, platas y animales. También hay hombres mitad lobos, bestias, brujas, vampiros y todo lo que ustedes clasifican en fantasía.>> En mi caso, solo soy un hombre lobo. Pero, mi hermano, es una mezcla bastante terrible de humano, lobo y cambia formas. Eso, cuando se enoja, se combina de tal forma que da miedo. Se vuelve tan brutal que rompe huesos como si fuera pasta cruda. Eso hace que sea alguien que no quieras cruzar en su camino y tú, mi amigo, acabas de
El tiempo corría tan rápido como los autos en los que estaba Curthwulf y Bratt. Ya eran las cinco de la mañana y aún no encontraban un solo rastro de Lowell o los demás que habían sido secuestrados.Los refuerzos, ya habían llegado al país y se movían rápidamente para poder encontrar el lugar donde ellos se encontraban secuestrados. Pero, ni con más de cien personas desplegándose, era posible encontrarlos. — Ya está por amanecer. — dice Curthwulf golpeando el volante.— Esto no es una tarea fácil, pero, recuerda que estamos siguiendo el rastro de ellos. Pronto vamos a encontrar algo. No debes darte por vencido. — El tiempo corre, Gustav puede estar cortándole un brazo a alguno de los niños o a mi cuñada, solo para sentir placer y yo estoy aquí, perdiendo el maldito tiempo. — Estamos haciendo lo posible — dice Bratt.— Eso no es suficiente. No puedo regocijarme en esta excusa absurda, simplemente no puedo. — se queja Curthwulf mientras Bratt recibe una llamada.— Es Carlos.— Ponlo
El malestar invadió a Curthwulf, los recuerdos de la mujer que había conocido frente a frente cuando fue a la empresa. Como ella había defendido a Lowell de su jefe y había salido lastimada. Cuando ella fue mordida para que Lowell no lo mordiera a él, la vez que se escondió en la ropa sucia para verlo, cuando le suplicaba que no peleara por ella, las veces que protegió a Lowell como su hijo. Todos los momentos angustiantes, felices y tristes pasaron por su mente y como si no fuera suficiente dolor, su mente hizo una balanza donde los momentos felices no pesaban lo suficiente para equilibrar la balanza.Todas las promesas que le había hecho a ella y así mismo para protegerla, el mundo que se profesaban en sus miradas apenas ayer trepados en un árbol y la muerte de su hijo, hizo que él se sintiera tan mal que saliera del auto a vomitar sangre. — Curthwulf…Era como si los recuerdos lo hubiesen arañado desde adentro. Porque su corazón no dejaba de doler, mientras vomitaba sin deteners
Bratt no sabía que decir o hacer para calmar a su hermano. Nada podía hacer con lo que sucedía y las buenas noticias al parecer, estaban lejos de escucharse. Por lo que, solo podía mirar a su hermano destruyéndose por completo.— Debe haber una manera, no es posible que solo exista la posibilidad de sacrificar su vida y esperar que ocurra lo menos peor.— Lo siento, pero, es lo que tenemos. Es todo en lo que podemos ayudar.— ¿Qué pasa si la borramos su memoria y…?— Eso no tiene nada que ver con lo que sucede, señor Holftmann. El momento de seguir su camino lejos de ella, para que esto no sucediera, pasó hace rato. — dice el hombre y Curthwulf maldice.— No nos queda mucho tiempo, necesitamos hacer algo para que pueda despertar o los daños serán irreversibles. — dice la mujer en el cuerpo de Charlotte.— ¿Qué pasa si te quedas en su cuerpo? — pregunta Curthwulf.— No voy a ser su prisionera. — dice Angela de inmediato. — Puedo darte todo lo que necesites, solo… quédate en su cue
Narra CharlotteNo tenía idea de que era lo que sucedía, pero, era evidente que algo malo había pasado desde que apenas me despertaba, me decían que iban a impedir que muriera. Respiro profundo, necesito calmarme y salir de aquí pronto.— ¿De verdad ha despertado? — pregunta alguien que entra y me sonríe — Hola, Charlotte, ¿Cómo te sientes?— Extraña, ¿Dónde está Curthwulf? — pregunto de inmediato y Carlos lleva su mirada al suelo.— Debes descansar primero, después, podrás ver a tu esposo.— No tengo tiempo para descansar, necesito buscar a mis hijos y mi hermana. — digo de inmediato y tanto Carlos como el hombre llamado Terry, se acercan rápidamente a mí, para que no me baje de la cama.— No, no puedes.— Carlos, creo que me has conocido por algunas semanas para saber que no soy de las que se quedan acostadas en una cama sin hacer algo, mucho menos cuando han secuestrado a mis niños y mi hermana. — Pero, debes calmarte. Necesitas descansar.— No sé qué pasó, pero, estoy bien. Me si
Dos semanas despuésRealmente estaba por volverme loca. La semana que me habían dicho, se había extendido a dos y apenas hoy me habían permitido salir de la habitación. Estaba molesta, quería saber cómo estaba mi familia, pero, no tenía respuesta de ningún tipo.Estaba por maldecir a Curthwulf quien ni siquiera se atrevía a hablarme. Es como si me culpara por lo que sucedió y no sé si hablaría del secuestro o el hecho de que casi muero.— ¿Ya estas conforme?— Carlos, no me digas que no enloquecerías estando encerrada.— Necesitabas descansar. Ahora, ponte esto en la cabeza — dice Carlos dándome un gorro de lana.— Carlos, hace calor, ¿Por qué me pondría algo así en la cabeza? — Es por prevención, por si la brisa te golpea muy fuerte. Además, hay muchos gatos aquí, no sabemos si eso es bueno o no. Así que, también usa bufanda y chaqueta.— ¿Quieres que quede como un pollo asado? — pregunto indignada.— Bueno, por lo menos usa el gorro por favor.— Dijiste que serias un mal anfitrión