Dos semanas despuésRealmente estaba por volverme loca. La semana que me habían dicho, se había extendido a dos y apenas hoy me habían permitido salir de la habitación. Estaba molesta, quería saber cómo estaba mi familia, pero, no tenía respuesta de ningún tipo.Estaba por maldecir a Curthwulf quien ni siquiera se atrevía a hablarme. Es como si me culpara por lo que sucedió y no sé si hablaría del secuestro o el hecho de que casi muero.— ¿Ya estas conforme?— Carlos, no me digas que no enloquecerías estando encerrada.— Necesitabas descansar. Ahora, ponte esto en la cabeza — dice Carlos dándome un gorro de lana.— Carlos, hace calor, ¿Por qué me pondría algo así en la cabeza? — Es por prevención, por si la brisa te golpea muy fuerte. Además, hay muchos gatos aquí, no sabemos si eso es bueno o no. Así que, también usa bufanda y chaqueta.— ¿Quieres que quede como un pollo asado? — pregunto indignada.— Bueno, por lo menos usa el gorro por favor.— Dijiste que serias un mal anfitrión
El tiempo pasa y la angustia me invade por no saber que sucede. También me siento molesta porque me mantengan ignorante de lo que sucede, como todo lo que ha pasado estas últimas semanas. Sin embargo, espero, porque no quiero ser una molestia, cuando deben centrarse en Curthwulf. Al borde de perder mi calma e implorando que esta vez todo salga bien, alguien abre la puerta y suspira profundo.— Charlotte — dice la voz fuerte de alguien y yo levanto mi mirada notando que es Bratt.— ¿Cómo esta Curthwulf?— Si seguimos así, alguno de los dos o más bien, los dos van a morir. — murmura Bratt y yo suspiró aliviada porque se encuentre bien.— Me alegra que este estable.— No, no está estable. Apenas su cuerpo se mantiene vivo. Charlotte, necesito hablar contigo de algo importante. Curthwulf, ha pasado semanas donde ni siquiera en su versión más terrible, lo he visto así. — ¿Es por lo del secuestro de los chicos?— Por eso y por ti. — dice Bratt suspirando profundo, como si le costara segui
Deseaba calmarme, pero, sentía como si hubiese estado buscando una salida a mi vida agitada y esta me apareciera con un cartel sin salida. ¿Cómo puede afectarme tanto la muerte de alguien que no llegué a conocer?No lo sé, pero, duele. La calma que tanto me había costado conseguir estas semanas, la preocupación por el secuestro en el que había intentado no pensar y controlar, golpeaba con fuerzas mientras el dolor de haber perdido a mi hijo, se acentúa en cada fibra de mi cuerpo.— Charlotte, necesitas calmarte, por favor.— ¿Por qué? ¿Por qué su sangre era demasiado para mí si él es… era el padre de mi bebé? — pregunto en un hilo de voz.— Es…— Es suficiente, necesitas calmarte un poco, antes de pedir más respuestas — dice Carlos.— ¡¿Cómo demonios voy a calmarme si acabo de saber que estaba embarazada y solo supe ello para descubrir que perdí a mi bebé?! — grito enojada.— Fue un error decirle ello. — dice Bratt mortificado.— No, ella debía saberlo. — dice Carlos, mientras camino
No me miraba, solo seguía intentando abrir la puerta y por ello, me acerque tanto a él que cuando quiso retroceder para golpear la puerta, chocó conmigo. Sabiendo que no iba a prestarme atención, caí al suelo con un quejido, que lo hizo transformarse en humano y correr a socorrerme.— Esposa, ¿estas bien? — pregunta preocupado y yo sonrío.— Había deseado tanto escucharte decir eso. Por fin lo escucho. Pensé que moriría y no me llamarías así. — murmuro y él intenta levantarse y alejarse de mí, pero, yo no lo permito.— Debo marcharme. Tengo cosas que hacer.— Lo siento, esposo. — murmuro y él suspira profundo.— ¿Qué es lo que lamentas? — pregunta Curthwulf agotado.— Lamento no haber estado para ti en estas semanas difíciles.— Estabas donde debías estar. Es importante tu recuperación, que te sientas mejor y puedas seguir adelante. — murmura Curthwulf.— También es importante que estes mejor para seguir adelante.— Yo estoy bien. Ahora, voy a llevarte a tu habitación, para que descan
Sabíamos que nos necesitábamos. Sentía eso, pero, él simplemente me rechazó y de verdad, ello dolía. Ahora comprendía porque estaba muriendo cuando lo rechazaba. No exageraba, ver que quien amas te rechaza, es un dolor muy grande. — Vete, Charlotte. Cásate, ten una familia que no pueda matarte al menor rasguño. — ¿Por qué debería hacerlo? ¿Por qué tú lo dices? — Es lo mejor para ti, entiende eso.— ¿Y qué es lo mejor para ti?— Eso no importa.— No voy a dejarte ser un lobo solitario que rechaza toda muestra de afecto.— Era así, volver a lo que era no es nada.— No es así de fácil, Curthwulf. Yo no podré volver a lo que era antes de conocerte. Me has mostrado una vida distinta y no puedo fingir que no fui feliz contigo y volver a mi insípida y vacía vida.— Solo así podrás vivir, Charlotte.— Si vivir significa alejarme de mi familia, entonces, déjame morir ahora mismo. — confieso.— No digas cosas absurdas, por favor.— No voy a dejarte. Comprendería eso si no me quisieras, pero,
Sus besos, me hacían sentir en casa y por eso, me importaba poco todo el enredo en el que hemos estado las ultimas s emanas, lo necesitaba y no hablo solo de lo sexual, sino del momento intimo antes y después de este.Donde olvidamos todo por la ansiedad de tener sexo y por ello, nos damos todo el estímulo que queremos y después de este, por estar saciados sexualmente y, aun así, buscar la plenitud abrazados.Eso era lo que necesitaba y estaba por tenerlo, lo sabía porque cuando me levantó y enrollé mis piernas en su cintura, pude sentir la dureza que siempre tenía cuando estaba cerca de mí y que solo yo podía calmar.Sin importarnos donde estábamos, entramos a una de las habitaciones y cuando nos desvestimos y yo lleve mis manos a sus brazos, él se alejó, recordándome que en su hombro e inicio del brazo, tenía sangre, al igual que en su cabeza, cerca de su oreja.— No. No podemos.— Tienes razón, no podemos hacerlo así. vamos a curarte.— No puedes tocar mi sangre. Yo no puedo permit
Al día siguienteNarrador omnipresenteCarlos caminaba de un lado al otro, había escuchado el ruido fuerte ayer y no sabía cómo había terminado todo. No podía saber que pasaba dentro porque no tenía las cámaras encendidas para darles privacidad y al no haber doctores dentro, no se sabía nada de ellos.— ¿Si habrá sido buena idea dejarlos solos? Me da miedo que por el dolor hayan terminado los dos muertos y por eso tanto silencio. — susurra Carlos.— Señor, no creo que sea así de malo.— Si hubiera un lobo aquí, sabríamos si su alfa sigue respirando, pero, por prevención, solo Bratt sabe. Oh, es su hermano, seguramente siente si su hermano ha muerto, ¿no es así? voy a llamarlo.— No llames a nadie. — dice Terry con un frasco en sus manos.— Oh, me has asustado. ¿hace cuanto estas aquí?— Acabo de llegar, fui a mi hogar a buscar unos ingredientes para lo que tengo pensado hacer.— ¿Qué vas a hacer? — No soy brujo, si es lo que piensas. — dice Terry.— Ah, eso es bueno. Aunque parece qu
Horas después Gustav, estaba molesto. Había estado buscando la manera de comunicarse con Curthwulf o por lo menos, saber qué es lo que está haciendo, pero, sin aliados cerca de él, todo era complicado.Eso y que no pudieran salir porque serian descubiertos, lo tenía cabreado. Estaba encerrado en su propio escondite sin tener la posibilidad de hacer algo y lo peor, es que las cosas no estaban saliendo bien con sus rehenes.— ¿Cómo puede ser una humana tan débil? — pregunta Gustav molesto al ver que Gabriela escasamente abre sus ojos y por breves minutos donde pregunta lo mismo: ¿Cómo están los niños?— Lo siento, señor. Al parecer, hay algunas secuelas del accidente que siguen complicando todo. — dice el doctor.— Eso o que ustedes son unos ineptos. Ella pudo curarme, cosa que a ustedes se les hacía grande. Todos son unos inútiles. Estoy rodeado de inútiles.— Pero, señor, ¿no es mejor si muere? Así no tendrá que preocuparse de un rehén y le quedarían dos con el cual negociar. — dice