Horas después Gustav, estaba molesto. Había estado buscando la manera de comunicarse con Curthwulf o por lo menos, saber qué es lo que está haciendo, pero, sin aliados cerca de él, todo era complicado.Eso y que no pudieran salir porque serian descubiertos, lo tenía cabreado. Estaba encerrado en su propio escondite sin tener la posibilidad de hacer algo y lo peor, es que las cosas no estaban saliendo bien con sus rehenes.— ¿Cómo puede ser una humana tan débil? — pregunta Gustav molesto al ver que Gabriela escasamente abre sus ojos y por breves minutos donde pregunta lo mismo: ¿Cómo están los niños?— Lo siento, señor. Al parecer, hay algunas secuelas del accidente que siguen complicando todo. — dice el doctor.— Eso o que ustedes son unos ineptos. Ella pudo curarme, cosa que a ustedes se les hacía grande. Todos son unos inútiles. Estoy rodeado de inútiles.— Pero, señor, ¿no es mejor si muere? Así no tendrá que preocuparse de un rehén y le quedarían dos con el cual negociar. — dice
El tiempo corría en contra de ellos, sabía que no podía perder más el tiempo y eso desesperaba a Charlotte, quien escasamente se podía concentrar en “su luna de miel” con su esposo ansioso.— No ha pasado nada extraordinario, creo que lo ha notado, ¿Qué vamos a hacer? — pregunta Curthwulf, mientras toma café en una de las plazas del pueblo.— Debemos ser pacientes, apenas es el primer día haciendo esto, seguramente debe estar pensando que es una trampa y por eso, está siendo precavido. Esperemos solo un poco.— Aun así, no me parece buena idea esto. — ¿Por qué? Es mejor que estar buscando a alguien que no quiere aparecer, ¿no te parece? — pregunta Charlotte tomando una malteada.— Es un plan que solo formaron en una hora. Si íbamos a hacer algo así, debíamos prepararlos con días de anticipación, analizar cada punto clave, buscar cual es el sitio más seguro, realizar un…— Dime algo, Curthwulf, ¿las cosas tan planeadas si te salen como las planeas?— Bueno, antes sí.— ¿Antes de que m
Los besos apasionados seguían por parte de los esposos Holftmann, mientras el informante caminaba cerca del cuarto de aseo. Con fotografías enviadas a la gente de Gustav, había confirmado que eran ellos los que le interesaba a Gustav.Por lo que, una idea pasó por su mente. Había obtenido dinero por la información, si los entregaba o los mataba por ellos, tendría una recompensa más grande. Pensando en ello, llevó una pistola que escondió en su ropa y caminó directamente hacia puerta, ansioso por tener una jugosa recompensa.Por otra parte, Zaid temblaba del miedo mientras era sacado de la casa con los ojos vendados y atado de manos y pies. Rolf, sonreía al verlo como un pequeño cordero camino al matadero y suspiró profundo, deseando que todo saliera bien.— ¿Estás seguro de que el jefe autorizó que saliera ese niño? — pregunta uno de los chicos en la puerta.— ¿Crees que lo haría en contra de sus órdenes? No soy tonto, amigo. Sé cuan vengativo es el señor, por lo que, si hago algo com
El chico sabía que no había puertas antibalas en un pueblo olvidado incluso por el mismo alcalde. Así que, solo era, disparar al pomo y acabar con ambos si alguno ponía resistencia. Por lo que, aprieta el gatillo deseando escuchar el disparo. — ¿Phett, eres tú? — pregunta la anciana detrás del chico que de inmediato guarda su arma. — ¿Abuela? ¿Qué haces?— Sabes que trabajo como voluntaria para la limpieza de la plaza. Lo que no entiendo es, ¿Por qué estás aquí? — pregunta la anciana.— Oh, es que… venía a distraer un poco la mente y escuché un ruido raro. Así que, quise venir a ver si todo está bien. — dice Phett mirando a su abuela con una sonrisa.— Oh, que bueno es mi chico. Pensé que estabas distinto después de haber ido al ejército y que te dieran de baja, pero, me alegra que sigas siendo el chico bueno que crie. — Bueno, abuela. ¿Pasa algo dentro? — No es nada. Solo unos recién casados que no pueden separarse, aunque lo intenten. — dice la anciana sonriendo.— ¿Los conoces,
Charlotte contó cada detalle del plan, mientras manejaban lejos del pueblo, aunque a Curthwulf no le parecía buena idea, debía reconocer que por lo menos, en la puntería, su esposa era buena y él era magnífico corriendo rápido.Así que, serían un buen equipo. Debían serlo si querían que todo saliera bien y lo necesitaban o podrían perder todo lo que con ese plan arriesgaban. Aunque, quien más estaba preocupado era Carlos.— ¿Por qué debo ir yo? — pregunta Carlos preocupado. — Ya te lo dije, necesito lanzarte al auto y que tengas a Zaid para poder disparar. Yo puedo herir al conductor, pero te necesito para que salgas con Zaid o en su defecto, evites que choquen. Así que, por favor, concéntrate. Apenas te lance, debes actuar. — No me agrada la idea de ser el gato volador. — Carlos, viniste a ayudar, deja de quejarte tanto. — dice Charlotte.— Sí, pero, me estás pidiendo demasiado, aún tengo heridas del ataque de aquel animal que formó Gustav, no creo que pueda volar de un lobo a un
La sorpresa invadió a todos los hombres, Carlos había visto varias veces la puntería de Charlotte en la isla, peor, con un auto en movimiento y, aun así, dar en el ojo, era algo sorprendente.El grito desgarrador asustó a Zaid, mientras Curthwulf se movió rápido, mientras el chico en el asiento de atrás, tomaba a Zaid por orden de Rolf que se veía atrapado. Con el lobo cerca de ellos, Rolf intenta golpearlos con el auto.Por ello, Charlotte lanza a Carlos quien hiperventila cuando lo toma y vuela directamente a las piernas del hombre lleno de sangre por su herida. Rolf, intenta manejar y tomar al gato al saber que no es un gato común, pero, Carlos se transforma rápido y lo golpea, mientras avanza al asiento de atrás a tomar a Zaid. Me transforme en las piernas de un hombre que sangraba, eso es humillante — se queja Carlos mentalmente mientras golpea en la cara al hombre que tiene a Zaid. — ¿Quieren que recurra a las armas? Bien, lo voy a hacer — dice Rolf desenfundando su arma con u
Curthwulf sonrío aliviado al ver que podía incluso distraerse un poco, porque tenía a una mujer que lo respaldaba de tal forma que no parecía humana. No quería que lo protegiera como ahora, porque eso muestra que él cometió un error, pero, verla así de empoderada, era algo magnifico de ver.— No la mires así, pareces tonto además de loco. — se queja Carlos.— Deja de molestar y lleva a mi familia a un lugar seguro. — dice Curthwulf mientras camina hacia Rolf quien se ve demasiado mal.— ¿Qué vas a hacer tú?— Voy a sacarle todo lo que necesito saber a los golpes. Así que, ve con mi familia. Ellos necesitan estar en un lugar seguro, yo voy a buscar a Lowell y mi cuñada.— No creo que Charlotte acepte quedarse.— Se quedará, Zaid está muy perturbado. — dice Curthwulf y es allí cuando Charlotte corre hacia él.— Debemos irnos rápido. Lowell corre peligro.— Lo sabemos, con el loco de Gustav, todo se espera. — dice Carlos.— No, no me entiendes, ese malnacido de Rolf es quien los ha malt
Una ambulancia llega a recoger el hombre que, sin poder soportar más la tortura, dijo hasta el más mínimo detalle del lugar donde se encuentran secuestrados Gabriela y Lowell, la clave de la habitación y todo lo que les pudiera servir. Pero, ni siquiera eso lo detiene.— Ya le dije todo, por favor, suélteme. Deje de herirme. — dice Rolf agonizando.— Yo no te pregunté nada y mucho menos te dije que si me decías, me detendría. Así que, ¿Qué te hace pensar que voy a detenerme Rolf?— Señor, ya llegó la ambulancia.— Yo no he pedido ambulancia. Este hombre ni siquiera merece esto. — dice Curthwulf molesto.— Quería que no muriera aun. Si no se detiene y recibe atención médica, va a morir. Esta demasiado golpeado. Ni siquiera puede moverse y ha perdido mucha sangre. Dijo que hiciéramos lo necesario para mantenerlo con vida y esta es la mejor decisión.Curthwulf mira al hombre lleno de sangre y sudado, suspirando profundo, para después comenzar a toser, por ahogare con su propia sangre.—