El tiempo corría tan rápido como los autos en los que estaba Curthwulf y Bratt. Ya eran las cinco de la mañana y aún no encontraban un solo rastro de Lowell o los demás que habían sido secuestrados.Los refuerzos, ya habían llegado al país y se movían rápidamente para poder encontrar el lugar donde ellos se encontraban secuestrados. Pero, ni con más de cien personas desplegándose, era posible encontrarlos. — Ya está por amanecer. — dice Curthwulf golpeando el volante.— Esto no es una tarea fácil, pero, recuerda que estamos siguiendo el rastro de ellos. Pronto vamos a encontrar algo. No debes darte por vencido. — El tiempo corre, Gustav puede estar cortándole un brazo a alguno de los niños o a mi cuñada, solo para sentir placer y yo estoy aquí, perdiendo el maldito tiempo. — Estamos haciendo lo posible — dice Bratt.— Eso no es suficiente. No puedo regocijarme en esta excusa absurda, simplemente no puedo. — se queja Curthwulf mientras Bratt recibe una llamada.— Es Carlos.— Ponlo
El malestar invadió a Curthwulf, los recuerdos de la mujer que había conocido frente a frente cuando fue a la empresa. Como ella había defendido a Lowell de su jefe y había salido lastimada. Cuando ella fue mordida para que Lowell no lo mordiera a él, la vez que se escondió en la ropa sucia para verlo, cuando le suplicaba que no peleara por ella, las veces que protegió a Lowell como su hijo. Todos los momentos angustiantes, felices y tristes pasaron por su mente y como si no fuera suficiente dolor, su mente hizo una balanza donde los momentos felices no pesaban lo suficiente para equilibrar la balanza.Todas las promesas que le había hecho a ella y así mismo para protegerla, el mundo que se profesaban en sus miradas apenas ayer trepados en un árbol y la muerte de su hijo, hizo que él se sintiera tan mal que saliera del auto a vomitar sangre. — Curthwulf…Era como si los recuerdos lo hubiesen arañado desde adentro. Porque su corazón no dejaba de doler, mientras vomitaba sin deteners
Bratt no sabía que decir o hacer para calmar a su hermano. Nada podía hacer con lo que sucedía y las buenas noticias al parecer, estaban lejos de escucharse. Por lo que, solo podía mirar a su hermano destruyéndose por completo.— Debe haber una manera, no es posible que solo exista la posibilidad de sacrificar su vida y esperar que ocurra lo menos peor.— Lo siento, pero, es lo que tenemos. Es todo en lo que podemos ayudar.— ¿Qué pasa si la borramos su memoria y…?— Eso no tiene nada que ver con lo que sucede, señor Holftmann. El momento de seguir su camino lejos de ella, para que esto no sucediera, pasó hace rato. — dice el hombre y Curthwulf maldice.— No nos queda mucho tiempo, necesitamos hacer algo para que pueda despertar o los daños serán irreversibles. — dice la mujer en el cuerpo de Charlotte.— ¿Qué pasa si te quedas en su cuerpo? — pregunta Curthwulf.— No voy a ser su prisionera. — dice Angela de inmediato. — Puedo darte todo lo que necesites, solo… quédate en su cue
Narra CharlotteNo tenía idea de que era lo que sucedía, pero, era evidente que algo malo había pasado desde que apenas me despertaba, me decían que iban a impedir que muriera. Respiro profundo, necesito calmarme y salir de aquí pronto.— ¿De verdad ha despertado? — pregunta alguien que entra y me sonríe — Hola, Charlotte, ¿Cómo te sientes?— Extraña, ¿Dónde está Curthwulf? — pregunto de inmediato y Carlos lleva su mirada al suelo.— Debes descansar primero, después, podrás ver a tu esposo.— No tengo tiempo para descansar, necesito buscar a mis hijos y mi hermana. — digo de inmediato y tanto Carlos como el hombre llamado Terry, se acercan rápidamente a mí, para que no me baje de la cama.— No, no puedes.— Carlos, creo que me has conocido por algunas semanas para saber que no soy de las que se quedan acostadas en una cama sin hacer algo, mucho menos cuando han secuestrado a mis niños y mi hermana. — Pero, debes calmarte. Necesitas descansar.— No sé qué pasó, pero, estoy bien. Me si
Dos semanas despuésRealmente estaba por volverme loca. La semana que me habían dicho, se había extendido a dos y apenas hoy me habían permitido salir de la habitación. Estaba molesta, quería saber cómo estaba mi familia, pero, no tenía respuesta de ningún tipo.Estaba por maldecir a Curthwulf quien ni siquiera se atrevía a hablarme. Es como si me culpara por lo que sucedió y no sé si hablaría del secuestro o el hecho de que casi muero.— ¿Ya estas conforme?— Carlos, no me digas que no enloquecerías estando encerrada.— Necesitabas descansar. Ahora, ponte esto en la cabeza — dice Carlos dándome un gorro de lana.— Carlos, hace calor, ¿Por qué me pondría algo así en la cabeza? — Es por prevención, por si la brisa te golpea muy fuerte. Además, hay muchos gatos aquí, no sabemos si eso es bueno o no. Así que, también usa bufanda y chaqueta.— ¿Quieres que quede como un pollo asado? — pregunto indignada.— Bueno, por lo menos usa el gorro por favor.— Dijiste que serias un mal anfitrión
El tiempo pasa y la angustia me invade por no saber que sucede. También me siento molesta porque me mantengan ignorante de lo que sucede, como todo lo que ha pasado estas últimas semanas. Sin embargo, espero, porque no quiero ser una molestia, cuando deben centrarse en Curthwulf. Al borde de perder mi calma e implorando que esta vez todo salga bien, alguien abre la puerta y suspira profundo.— Charlotte — dice la voz fuerte de alguien y yo levanto mi mirada notando que es Bratt.— ¿Cómo esta Curthwulf?— Si seguimos así, alguno de los dos o más bien, los dos van a morir. — murmura Bratt y yo suspiró aliviada porque se encuentre bien.— Me alegra que este estable.— No, no está estable. Apenas su cuerpo se mantiene vivo. Charlotte, necesito hablar contigo de algo importante. Curthwulf, ha pasado semanas donde ni siquiera en su versión más terrible, lo he visto así. — ¿Es por lo del secuestro de los chicos?— Por eso y por ti. — dice Bratt suspirando profundo, como si le costara segui
Deseaba calmarme, pero, sentía como si hubiese estado buscando una salida a mi vida agitada y esta me apareciera con un cartel sin salida. ¿Cómo puede afectarme tanto la muerte de alguien que no llegué a conocer?No lo sé, pero, duele. La calma que tanto me había costado conseguir estas semanas, la preocupación por el secuestro en el que había intentado no pensar y controlar, golpeaba con fuerzas mientras el dolor de haber perdido a mi hijo, se acentúa en cada fibra de mi cuerpo.— Charlotte, necesitas calmarte, por favor.— ¿Por qué? ¿Por qué su sangre era demasiado para mí si él es… era el padre de mi bebé? — pregunto en un hilo de voz.— Es…— Es suficiente, necesitas calmarte un poco, antes de pedir más respuestas — dice Carlos.— ¡¿Cómo demonios voy a calmarme si acabo de saber que estaba embarazada y solo supe ello para descubrir que perdí a mi bebé?! — grito enojada.— Fue un error decirle ello. — dice Bratt mortificado.— No, ella debía saberlo. — dice Carlos, mientras camino
No me miraba, solo seguía intentando abrir la puerta y por ello, me acerque tanto a él que cuando quiso retroceder para golpear la puerta, chocó conmigo. Sabiendo que no iba a prestarme atención, caí al suelo con un quejido, que lo hizo transformarse en humano y correr a socorrerme.— Esposa, ¿estas bien? — pregunta preocupado y yo sonrío.— Había deseado tanto escucharte decir eso. Por fin lo escucho. Pensé que moriría y no me llamarías así. — murmuro y él intenta levantarse y alejarse de mí, pero, yo no lo permito.— Debo marcharme. Tengo cosas que hacer.— Lo siento, esposo. — murmuro y él suspira profundo.— ¿Qué es lo que lamentas? — pregunta Curthwulf agotado.— Lamento no haber estado para ti en estas semanas difíciles.— Estabas donde debías estar. Es importante tu recuperación, que te sientas mejor y puedas seguir adelante. — murmura Curthwulf.— También es importante que estes mejor para seguir adelante.— Yo estoy bien. Ahora, voy a llevarte a tu habitación, para que descan