—¿Entonces eres el líder de tu manada? —pregunto sorprendida, mientras recogíamos nuestro campamento.

—Sí, desde el año pasado cuando murió mi padre.

—Vaya lo lamento mucho…

—No tienes por qué, era un bastardo, merecía morir —responde Jason con calma, como si de verdad no le importara.

No sé mucho de dinámicas familiares, pero cuando Jason me dijo eso no pude evitar sentirme algo extraña, ¿Es normal hablar así de tu propio padre?

Desde esa noche cuando me habló de esa cosa del destino, Jason no ha vuelto a intentar nada conmigo, creo que de verdad piensa que no tiene que enamorarme y que vamos a tener sexo por magia, así que me trata con indiferencia.

Pero esto no es del todo malo, ya que los dos tenemos que convivir juntos de forma obligada, eso nos ha llevado a conocernos más, como buenos amigos.

—No tenía idea de que los orfanatos eran tan terribles —comenta él cuando termino de contarle la historia de mi infancia.

—Sí, bueno… Supongo que no todos tenemos suerte en la vida —respond