Después de un par de mañanas de verano frías por lluvias estacionales, finalmente sale el sol y el clima aparenta ser caluroso, el mejor momento para continuar con nuestro viaje.

—¿Estás seguro de que vas a estar bien de pie? —pregunto preocupada, viendo como Jason se pone de pie detrás de mí.

—Estoy bien, aun duele un poco, pero ya no aguanto estar acostado en la tierra, es desesperante —responde Jason con su usual voz fría.

Después de 10 días las heridas en el cuello y las extremidades del lobo sanaron por completo, pero la profunda herida en su abdomen aun no cicatriza por completo, así que no estoy tan segura de que debamos viajar ahora. Preferiría que las heridas de Jason cicatrizaran más antes de seguir adelante, temo que sus heridas se abran y vuelvan a sangrar si se esfuerza mucho, y si vuelve a sangrar tanto como cuando lo atacaron probablemente muera, estoy asustada de que él me deje…

—No pongas esa cara —me pide Jason, acercándose a mí para acariciar mi mejilla con suavidad