Voy de camino al coche de mi nuera. Erika no está segura de celebrar la boda, por culpa del incidente con mi hijo Beltrán. Tiene miedo que nos sintamos mal.
La he pedido que venga conmigo, la quiero a mi lado, para lo que tengo pensado. Le dije que íbamos de compras para la boda, no quiero que nadie sepa nada.
-Hola querida, bueno días. Te ha sentado bien, estos días en la cabaña –su sonrisa es espectacular, ya están tranquilos y relajados, me alegra que sean felices por fin.
-Gracias Enma. Me vas a decir donde vamos? –la sonrío, sé que ella me va a entender.
-Erika, necesito que me acompañes a…no me juzgues –me mira con cara asustada –voy a visitar a Beltrán, he pedido que tú estés en la sala contigua, sin que te vea.
-No te juzgo, es tu hijo. Los dos lo son. Es una situación triste y delicada. De verdad que quiere
-Giovanni, nos vamos el fin de semana, no hacía falta traer tanta ropa –le digo mientras saco mis bikinis de la maleta –y menos, tendremos tiempo de ir a la playa.-No sabemos lo que vamos a hacer Erika, eres desesperante nena –le miro y le doy un puñetazo en el brazo, hace amago de que le duele –salvas porque te quiero –me dice cogiéndome la cara con sus manos suaves y acercando sus labios a los míos.-El hotel es precioso, muy pijo para mi gusto, pero increíble –mis brazos le rodean la cintura –y la habitación, sin palabras. Hacía falta tanto lujo? –asiente, me da un beso en la punta de la nariz.-Sí, para ti lo mejor siempre. Te lo dije una vez y no te lo repito, quiero gastar mi dinero en ti, además, es nuestra despedida de solteros, quería que fuera inolvidable –me abraza fuerte, me gusta oir su latido, le doy un beso por encima
Mientras bajamos en el ascensor, pienso en los últimos acontecimientos de estos días. Ahora entiendo, que no me dejara hablar con el organizador de la boda, tanta ropa en la maleta, estar separados todo el día de hoy…todos son cómplices.-Os volvió locos, verdad? –pregunto a mi suegro, pone los ojos en blanco sonriendo, me empiezo a reir –lo estoy imaginando.-Te quiere muchísimo, quiere lo mejor para ti –hace una pausa, pero estoy segura que esta conversación no ha terminado –te considero una hija, te voy a llevar al altar como tal. Os merecéis esto y más. No os preocupéis por los negocios, tus hermanos y yo, nos encargamos de todo, hasta vuestra vuelta.-Gracias, me hubiera gustado ir del brazo de mi padre, pero encontré un buen sustituto –le doy un beso en la mejilla, a la vez que la campanilla del ascensor suena.Esta zona del hotel, est&a
Siguen llegando furgonetas del catering, las consuegras se encargan de todo. Nada tiene que estar fuera de su sitio. Gritan a los camareros, a la gente de cocina…incluso diría, que han gritado a mi padre, sólo porque les dijo, que estaban algo nerviosas.Desde el primer momento en que me dijeron, con quien tenía que casarme, les gritaba que era un error, que no iba a funcionar, no con alguien a quien le precede un historial de faldas, demasiado largo.Las portadas de las revistas del corazón, hablan del enlace entre las familias Ricci y De Luca, comentan lo que significa esta boda, para la economía de la familia y sus negocios. No hablan de amor, no hablan de pareja, sino negocios. No hace mucho, no debían de tener para publicar, que se dedicaron a poner fotos de todas las conquistas del novio, estoy segura que alguna se han olvidado.Las damas de honor, miran embelesadas con sus vestidos. Me dicen lo guapa que voy a estar, que soy la envidia de muchas, que tengo suerte…y ninguna de e
Antes de que la locura se haga con esta casa, salgo a caminar. Mi madre no se debe de fiar de mí, tengo detrás a dos chicos de seguridad. Intento darles esquinazo, pero están bien entrenados y amenazados por la Sra De Luca.Subo a la Castel de San Pietro, para mí, el sitio más bonito de Verona. Mi lugar favorito, para pensar y estar sola. Desde aquí, tengo una vista increíble de mi ciudad. Me siento en el muro, con los pies colgando, como hacía cuando venía con mi hermano Carlo. Veníamos aquí, cuando salíamos de fiesta y mientras mirábamos el paisaje, hablamos de la mierda de la vida que nos ha tocado vivir. No le gustan los negocios,. Se describía como un bohemio, un anti trajes y corbatas, le gusta pintar, escribir poemas, sacar su guitarra y deleitarnos con alguna canción. Pero mis padres, le obligaron a estudiar derecho, según ellos, alguien tiene que llevar la
Hace una semana de mi gran boda. Y aquí estoy, en nuestro apartamento, sola y sin nada que hacer un lunes de noche. Beltrán tenía una cena de negocios, que en su idioma significa, que terminará la noche en la cama de alguna de sus putillas. No dudo que tenga dicha cena, sé que es verdad, lo habló con uno de mis hermanos. Pero que terminarán en el club, con algunas tipas, eso seguro, según dice mi maridito, un buen negocio se cierra con alcohol y unas putas.Tocan al timbre, el portero me dice que es el Señorito Ricci, que viene a verme. Le doy permiso, para que le deje subir, ya que hizo el camino, por lo menos . Vendrá a ver a su hermano, pero éste debe de estar en su club.Oigo las campanillas de las puertas del ascensor, eso me avisa de la llegada de mi invitado. Aparece Giovanni con su impecable traje. Es guapo a rabiar, el condenado. Me quedo mirando como se acerca a mí, llevo una
Las cosas no van muy bien en mi matrimonio, tampoco es que esperase algo bueno. Paso los días sola, aquí en esta casa, las noches ya lo daba por sentado. Para entretenerme y que el tiempo pase más rápido, he decidido ponerme a estudiar. El problema es, que mis padres controlan mi cuenta, aunque ya esté casada, creen que con esa nimiedad, me tendrán en sus manos. Y mi marido…bueno, es un caso aparte. Viene a casa a altas horas de la madrugada, eso cuando viene. Si le contara mis planes de estudios, se reiría de mí a la cara.Veo a mis hermanos una vez a la semana, es el mejor día. Comemos juntos y luego alargamos la sobremesa con chismes y cotilleos de la alta sociedad. Carlo también se casó por negocios, lo que le salva, es que se está enamorando de su mujer. A Salvatore le pasó igual, me encanta verlos juntos, da envidia sana. Enzo, fue el único que se salvó,
Los meses pasan, sin pena ni gloria. Gracias a dios, que tengo mis clases, las cuales me van genial, tengo buenos profesores y saco buenas notas. Nueve meses de casados, nueve meses tirados por la borda. Seguimos aparentando lo que no somos, la gente dice, que tenemos un matrimonio perfecto, habría que preguntarles, que clase de vida llevan ellos. Giovanni, me ha conseguido un abogado, si las cosas se ponen feas, dice que me saca del país y bien lejos. Mi querido marido, está encantado de lo que supone nuestro enlace. Le ha abierto la puerta de muchos negocios, aunque me da la impresión que no es de agrado de muchos de sus nuevos socios. Todavía no sé que beneficios le dio a mi familia este enlace, nuestros hoteles son de los mejores de Italia, las sucursales que tenemos alrededor del mundo, están mejor que nunca, tampoco es que me cuenten mucho, ya saben que para ellos, las mujeres no valen para los negocios. Me veo con Vanni a escondidas, cuando Beltrán está
Llego a casa agotada. El día fue largo, mucho trabajo, pero es lo que necesito, estar ocupada. Después de un baño, me preparo algo de cenar y me echo una copa de vino. Es el peor momento del día, cada vez llego más tarde a mi casa, estoy sola y los recuerdos se agolpan en mi cabeza. Mañana vienen mis hermanos, su avión aterriza a primera hora. Este día, siempre lo pasan conmigo. Han sido un gran apoyo y mis cuñadas merecen un monumento, por aguantarme. El día que le pedí a Carlo desaparecer…lo hice, no iba a dejar que nadie mangonease mi vida, orgullosa estoy de todo lo que conseguí en este tiempo, pero triste por todo lo pasado. Durante unos días, me quedé en el apartamento de mi hermano, escondida. Cuando Giovanni dejó de ser un incordio y mis padres dejaron mi búsqueda, consiguieron sacarme de Italia. Me vine a parar a Londres. Nueva ciudad, nueva vida, nueva Erika. Vivo en Notting Hill, una de las zonas más caras de esta ciudad, mis hermanos como