Mansión Fuller.—Buenos días, familia, ¿durmieron bien?— Pregunta sonriente.—Buenos… serán cuando te vayas de esta mansión y nos des el placer de quitar tu presencia de nuestras vidas. — Confiesa Betty.—Betty, yo creo que debes cambiar esa actitud tan tajante que tienes hacia mí, déjame decirte que una mujer refinada como tú le queda muy mal esos comportamientos tan bajos. — Confirma con tono de seguridad.—Yo te hablo como a mi se me de la gana, actuaré acorde a mí despreció hacia ti, nada de lo que me digas me hará cambiar mi forma de pensar y actuar. — Contesta enojada.—Deberías cambiar Betty y no solo lo digo por mí, sino también por mi bebé, tu nieto, acaso no sientes pena de hacerlo sentir mal, leí que todo lo que le ocurre a la madre, le afecta al nene. — Reclama Helena.—Buenos días, madre.—Buenos días, hijo, ¿ya te vas?—Sí, no quiero tener que estar aquí delante de la presencia de esta mujer. — Le dice apurado.—¿Pero por qué no desayunas Edwuard?, ¿acaso me tienes miedo
—¿Qué te pasa Leonor?, ¿por qué vienes así toda roja y apurada? —Señora Betty, tengo que hablar con usted, hay algo muy grave de lo que tengo que hablarle. —Sea lo que sea que quieras decirme tendrá que esperar Leonor, estamos resolviendo un inconveniente que acaba de suceder. —¿Qué está pasando? —Leonor tenemos que irnos, tú no dirás nada, ¿me escuchas? — Kristel acaba de entrar a la mansión Fuller con prisa. —No mamá, no voy a irme sin antes decir la verdad. —Ya viene el doctor. —¿Qué sucede?, ¿Acaso le pasó algo malo a mi hija?, ¿Se puso mal? —Si, Kristel, Helena está arriba, ayúdame por favor a qué se controle hasta que llegue el doctor. —No puede ser, ¿qué le hicieron a mi hija? —¡¡Helena!!, ¡¡Helena!! — Ella sube las escaleras gritando con fuerza el nombre de su hija. —¿Qué le pasa a mi hermana señora Betty? —Hija tu hermana se cayó en la ducha y está culpando a Maty de todo. —¿¡Que!? —Así es señorita Leonor, pero eso no es verdad, le juro por lo más s
—¿Seguro preguntaron por mí?, ¿y sus nombres?, ¿cómo se llaman estos dos apuestos hombres? —Si, señora, el más guapo dice que se llama Nicholas, dijeron que están buscando a Betty de Fuller. —Bueno, si saben mi nombre debe ser que me conocen, déjalos pasar. —Como ordené señora. —Es muy extraño, no comprendo quien podrán ser. —Seguramente los conoce de alguna parte señora Betty. —Supongo que si Leonor. Veremos. —Buenas tardes, Betty. —Buenas tardes, ¿quiénes son ustedes y de dónde me conocen? —Podemos hablar en privado, es un tema delicado. —No, pueden hablar aquí, Leonor es de la familia, ¿qué quieren decirme? —Señora, no queremos molestarla, pero hay algo que usted tiene que saber, es algo delicado. —¿De qué se trata?, ¿qué está pasando?, le pasó algo a mi hijo Edward?, ¿Ustedes quienes son? —Señora es mejor que tome asiento, está noticia es demasiado fuerte de digerir. —¿No entiendo?, ¿de qué se trata?— Betty toma asiento y respira profundo. —¿Que es lo
—No creo que sea adecuado que usted coquetee conmigo. — Se sonroja de vergüenza.—Disculpa Leonor, no fue mi intención molestarte, no sabía que estabas comprometida. — Responde él mirándola fijamente.—No lo estoy. — Le dice sin mirarlo.—¿Entonces porque no puedo cortejar a una mujer bella y soltera como tú? — Pregunta honestamente.—Por qué…— El silencio paraliza la habitación, ella sabe que no puede decir la verdad respecto a lo que siente por el esposo de su hermana.—Entonces, solo te quedarás callada. — Exclama con seriedad.—Es solo que no… — La interrumpen.—¿Quién es este hombre tan apuesto? — Pregunta Helena bajando las últimas escaleras sonriendo apresurada.—Sí, es demasiado guapo, mucho gusto yo soy Kristel. — Lo mira de arriba abajo sin disimulo.—¿Hola, un placer, soy Helena y tú? — Ella abre sus ojos grandemente mientras sonríe.—Mucho gusto, señoritas, mi nombre es Nicholas Madison. — Responde agradable.—Qué muñeco tan interesante, ¿y de dónde saliste?, ¿acaso te esc
—¿Por qué te quedas en silencio?—Dices muchas cosas, pero no me conoces realmente. — Se sonroja.—Dime entonces, quiero conocerte, quiero saber quién es la mujer que me encanta. — Los interrumpen.—Señorita Leonor el almuerzo está listo, —¿Deseas pasar almorzar Edward?—Si es contigo, por supuesto.—Está bien, vamos, avisa a Helena a mi madre y al señor Thomas que vamos a almorzar por favor, gracias Lu.—Con gusto señorita.—Adelante hermosa.— No cabe duda de que Nicholas es un caballero con Leonor, al parecer le ha flechado su corazón, que pasará ahora, si ella solo ve por los ojos de Edward.—Gracias eres muy amable.—Tú lo mereces.—¿Pero qué este almuerzo tan poco sofisticado y pobre?, pastas insípidas de pollo con salsa de champiñones. — Helena ha soltado su veneno.—Si señora, es lo que la señora Betty pidió para el almuerzo, no sabíamos que venían visitas y … — No la deja terminar la oración.—No lo puedo creer, es una verdadera vergüenza este almuerzo, lo siento mucho Thomas
—Debemos hacer algo por ti Helena.—Gracias Thomas por tus lindas intenciones.Horas más tarde.—¡¡Niños llegaron!!—¿Adónde está mi madre? — Felipe pregunta ansioso.—Felipe, Betty está descansando.—¿Descansado?, ¿a esta hora?, ¿por qué?, ¿qué le paso? — Impaciente.—¿Quién son estos señores y que hacen contigo helena?— Lorenzo pregunta firme.—Es una historia un poquito larga, solo deben saber que su madre está bien, necesita reposar unas cuantas horas, ¿no son adorables los niños?— Helena sonríe entre dientes.—¿Y ustedes quiénes son? — Felipe pregunta con seriedad.—Mucho gusto, Yo soy Nicholas Madison y él es mi amigo Thomas Macallister es un placer conocerlos.—Yo soy Felipe y él es mi hermano Lorenzo.— Estrechan sus manos.—Ellos son tus hermanitos menores Nicholas. — Helena se sienta cómodamente mirando la escena.—¿Hermanitos?—Si, como dice Helena, es una historia un poco larga, pero ustedes y Edward son mis hermanos, bueno hermanastros.—A ver no entiendo, como que hermana
—Nada, Leonor está un poco alterada por todo lo que está pasando. — Ella desvía rápidamente la conservación.—No te pregunté a ti Helena, estoy hablando con Leonor. — Edward se impone.Di lo que tengas que decir.—Eres un grosero Edward, nada de caballeroso tienes, eres de lo peor. — Ella quiere explotar.—Ya cállate Helena, tu voz es tan irritante y sin gracia, acaso no te das cuenta de que sobras aquí en esta familia. — Se enoja—Como es posible que me trates de esa manera tan horrible, soy la madre de tu hijo, no lo olvides y por lo mismo me debes respeto. — Discutiendo.—Yo no te debo nada, para mí no existes, no vales nada, y puede que estés esperando a mi hijo o quizás no, de igual manera a él si lo voy a querer porque lleva mi sangre, pero a ti, por ti lo único que siento es asco y repudio, nada más que eso. — Habla alterado.—Bueno vamos a calmarnos. — Leonor intenta tranquilizar la situación. — Es mejor que intentemos llevarnos bien por el bienestar del bebé, él no tiene la c
—Me alegra mucho que mis hijos estén aquí conmigo.Por favor perdóname Nicholas, por qué jamás imaginé que estuvieras vivo, no me pasó por la cabeza que mis padres te hicieran eso a ti, eres su nieto, son tan despreciables, odio que no me hayan dejado cuidarte como mi pequeño niño. —Encoge sus palabras —No tengo nada que perdonarte Betty, tú no tienes la culpa de que ellos hayan hecho algo tan grave como los es, el alejarte de mí cuando apenas era un recién nacido, no pienses más, ahora estoy aquí contigo y es lo importante.—Nicholas tiene razón madre, tú no tienes la culpa de lo que pasó, en ese tiempo tú eras una muchacha inocente, ellos fueron los culpables en todo caso.—No puedo creer el corazón tan horrible que deben tener para cometer un acto tan vil.—Ya paso Betty, ya estoy aquí contigo, sé que no eres mala y que poco a poco podremos tener un poco de madre e hijo que nunca vivimos.—Gracias hijo, estás en mi corazón, te amo igual que a tus hermanos o quizás un poco más por