—¿Adónde está Helena? — Pregunta airado.—En su habitación, ¿por qué?, ¿qué está pasando? — Pregunta inquieta.—Iré con ella, te pido el favor mamá que no interfieras, esto es algo que tengo que resolver yo con esa mujer.— Responde y su vena en la frente se brota a punto de explotar.—¿Qué?, ¿por favor, hijo, dime qué está sucediendo?, ¿qué descubriste? — Betty, nerviosa intenta entender porque Edward está actuando de esa manera.—Solo te pido que me dejes hacer lo que debo hacer. —Hijo, solo cálmate un poco, no puedes hablar así con ella, estás tomado, además de furioso, ven acá, te tomas un café, respiras y ya más tranquilo hablas con ella. — Repite con nerviosismo en sus palabras.—No madre, esto es algo que debo hacer ahora mismo, no puede pasar más tiempo, ella se tiene que largar de aquí ahora mismo. — Habla decidido.—Pero ya es tarde, no se puede ir a esta hora, es peligroso, ¿dime qué está pasando por favor?— Ella insiste.—Madre, esta vez no puedo hacerte caso, tengo que ha
—Edward, Edward, Edward, El feo y horroroso Edward, ¿recuerdas el contrato que hiciste que firmará el día de nuestro matrimonio falso? — Le dice en tono triunfante.—Por supuesto y eso que tiene que ver ahora en este momento, sabes perfectamente que por ese documento es que debes irte ahora mismo de mi mansión. — Habla seguro.—Siento contradecirte Edward, estás más que equivocado. — Le muestra una risa burlona.—Yo no me equivoqué, en ese momento no confiaba en ti y tenía toda la bendita razón, resultaste ser peor de lo que imaginé, ahora vete, no hagas las cosas más difíciles por favor. — Sentencia furioso.—Creó que olvidaste un pequeño detalle, uno pequeñito mi amado esposó. — Insiste Helena.—No lo repitas, mañana mismo firmaremos los papeles del divorcio, no quiero estar casado contigo ni un minuto más, me estás provocando el peor sentimiento que jamás he sentido por alguien. — Le dice dolido.—¿Me odias? — Pregunta riendo.—Sí, te aborrezco Helena, nunca imaginé sentirme así re
A la mañana siguiente.—Buenos días, hijo, ¿cómo te sientes?—Buen día, madre, la verdad tengo un enojo que no puedo evitar, Helena ha destruido mi buen humor. — Exclama con un nudo en la garganta.—Te entiendo hijo mío, también me ha dejado con un muy mal sabor todas sus actitudes y actuaciones, pero tenemos que ser más fuertes que ella y recordar quienes somos aquí, ella no puede salirse con la suya. — Se lleva una mano al pecho con inquietud.—Familia Fuller, qué alegría verlos a los dos aquí desayunando porque debo decirles algo muy importante. — Sonríe satisfecha.—Buenos días, Helena, al menos ten la decencia de saludar. — Betty respira profundo.—Como sea, da igual Betty. — Le habla en tono de burla.—¿Que es lo que quieres Helena?, habla que debo irme a la oficina en diez minutos. — Le dice mirando el reloj.—Edward, mi esposo feo.—Te voy a pedir que no le faltes al respeto a mi hijo, suficiente ha tenido que pasar para que vengas tú… — Ella intenta hablar, pero Edward la int
Más tarde en la oficina.—¿Cómo van las cosas Edward, ya solucionaste todo lo relacionado con lo de tu matrimonio con esa mujer? — Pregunta Stan.—Stan, mi amigo, lo intenté, pero no sé si esta noticia debería alegrarme o hacerme sentir mal, por todo lo que tú descubriste. —Responde pensativo.—¿Qué pasa?—Ella está embarazada, dice estar esperando un hijo mío. — Le dice en tono de suspenso.—Edward, no te tomes esto tan a la ligera, no sé si ese hijo sea tuyo, pero lo que debemos hacer es seguir con la investigación, hacer una prueba de ADN apenas, ¿cuántos meses de embarazo dices que tiene? — Expone él.—Apenas son algunas semanas. — Añade con desdén.—Entonces debemos esperar a que ella tenga los meses adecuados y procederás a salir de dudas, ¿pero tú qué supones respecto a ese embarazo?—No lo sé, ella es mala, es terrible, no sabes sus comportamientos me sacan de quicio, es como tener a tu enemigo viviendo en tu propia casa, quizás esto suene duro, pero no quisiera que ella fuera
—Así es, Edward me ha invitado a la cena, espero no les incomode.— Responde él.—Es un placer conocerte Stan, no sabía que Edward tenía amigos como tú, tan atractivos, supuse que todos eran como él, feos y estúpidos. — Habla en tono de burla.—Increíble Helena, eres insoportable, como puedes seguirte expresándote así de tu esposo, el supuesto padre de tu hijo y aún mas delante de los demás, no tienes un poquito de vergüenza cierto.Jamás debimos hacerte entrar aqui y mucho menos casarte con mi hijo. — Arruga el ceño en señal de enojo.—Ay ya por favor Betty pareces una máquina repetidora, solo dices lo mismo y lo mismo, ya estoy aquí, soy la esposa, madre y futura dueña de todo lo que nos rodea, creo que con saber que estoy esperando a tu nieto debería bastar para dejarme en paz no. — Pone los ojos en blanco.—Siento mucho que tengas que presenciar estás escenas tan bajas Stan, discúlpanos. — Su rostro enrojece visiblemente.—No te inquietes por mi Betty, Edward ya me había comentado
Al otro día. —Mamá no te parece que las cosas se están saliendo de control en la mansión Fuller, ahora todos odian a Helena, yo siento pudor de volver allá. — Le dice inquieta. —Ya Leonor, tampoco es para tanto, al fin todo está mejor, al menos ellos ya saben cómo es Helena, lo que ella quiere y que no van a poder contra ella. — Habla relajada, maquillando su rostro. —Pero madre, qué sentimiento tan feo vivir en un lugar donde nadie te quiere, eso debe ser demasiado desagradable. — Declara ella. —Hija, tú únicamente debes pensar que de todo esto va a salir algo increíblemente bueno y ya, seguramente tu hermana sabrá cómo sobrellevar la situación, ella es lo bastante fuerte como para que el drama o los reclamos la hagan sentir mal, ya la conoces. — Sonríe ligeramente. —Es verdad, sé cómo es Helena, y ella es demasiado sagaz pero… —Pero nada, hay que pensar en positivo, tu hermana logró lo que nadie más, es muy astuta, esa hija mía es grandiosa, ahora sí seremos otra vez mult
Mansión Fuller.—Buenos días, familia, ¿durmieron bien?— Pregunta sonriente.—Buenos… serán cuando te vayas de esta mansión y nos des el placer de quitar tu presencia de nuestras vidas. — Confiesa Betty.—Betty, yo creo que debes cambiar esa actitud tan tajante que tienes hacia mí, déjame decirte que una mujer refinada como tú le queda muy mal esos comportamientos tan bajos. — Confirma con tono de seguridad.—Yo te hablo como a mi se me de la gana, actuaré acorde a mí despreció hacia ti, nada de lo que me digas me hará cambiar mi forma de pensar y actuar. — Contesta enojada.—Deberías cambiar Betty y no solo lo digo por mí, sino también por mi bebé, tu nieto, acaso no sientes pena de hacerlo sentir mal, leí que todo lo que le ocurre a la madre, le afecta al nene. — Reclama Helena.—Buenos días, madre.—Buenos días, hijo, ¿ya te vas?—Sí, no quiero tener que estar aquí delante de la presencia de esta mujer. — Le dice apurado.—¿Pero por qué no desayunas Edwuard?, ¿acaso me tienes miedo
—¿Qué te pasa Leonor?, ¿por qué vienes así toda roja y apurada? —Señora Betty, tengo que hablar con usted, hay algo muy grave de lo que tengo que hablarle. —Sea lo que sea que quieras decirme tendrá que esperar Leonor, estamos resolviendo un inconveniente que acaba de suceder. —¿Qué está pasando? —Leonor tenemos que irnos, tú no dirás nada, ¿me escuchas? — Kristel acaba de entrar a la mansión Fuller con prisa. —No mamá, no voy a irme sin antes decir la verdad. —Ya viene el doctor. —¿Qué sucede?, ¿Acaso le pasó algo malo a mi hija?, ¿Se puso mal? —Si, Kristel, Helena está arriba, ayúdame por favor a qué se controle hasta que llegue el doctor. —No puede ser, ¿qué le hicieron a mi hija? —¡¡Helena!!, ¡¡Helena!! — Ella sube las escaleras gritando con fuerza el nombre de su hija. —¿Qué le pasa a mi hermana señora Betty? —Hija tu hermana se cayó en la ducha y está culpando a Maty de todo. —¿¡Que!? —Así es señorita Leonor, pero eso no es verdad, le juro por lo más s