- El abuelo prometió llevarnos a verte al teatro… ¿Por qué no nos dijiste que estabas en la ciudad? –- Lo siento, nena. Me tomé unos días para estar con mamá y la abuela… No sabía si decirles, la verdad –- ¿Por qué no, Deanna? ¿Es por papá? – Le preguntó Ethan.- No quiero causar problemas… -- ¡La única que causa problemas es Beverly! – Le dijo Naomi enojada.- Vuelve, Deanna, así ella se va – La inocencia del pequeño.- No puedo hacer eso, saltamontes. De todas maneras, Naomi, no está bien que digas esas cosas –- ¡Pero es cierto! Se la pasa aquí en la casa todo el tiempo. Ethan le preguntó a papá si eran novios y él le dijo que no. Si no lo son, no entiendo porque está aquí siempre –Deanna se miró con Ethan.- Igualmente, intenta llevarte bien con ella ¿quieres? –- No me gusta – Sentenció la niña.- ¿Cuándo vendrán? – Deanna cambió el tema.- No lo sabemos… -- ¿Qué les parece si vienen a uno de los ensayos? La obra no se estrenará hasta la próxima semana… Pero mañana tendremos
Para Leonard era más que evidente que Deanna permanecería en la vida de esos tres niños para siempre. Debería lidiar con Daniel, aunque lo evitara lo más posible, debería lidiar con todos ellos. Su vida estaba en el escenario, allí arriba era una estrella incandescente que entregaba todo su talento por el puro amor a la música, pero su corazón seguía latiendo por ese idiota y sus hijos.Estaba en su oficina esa mañana, en dos días sería el estreno de la obra, y todos, absolutamente todos, los miembros más respetados asistirían. Desde el alcalde, el jefe de policía, varios empresarios poderosos, las damas del momento; todo ese zoológico adinerado. Todos lo que creían que Deanna era su amante.Y por supuesto, los tres niños Crusher. Camila definitivamente no, Harry y Laura tampoco, pero Charles y Susan seguramente estarían. Daniel tendría que tener la sangre congelada para aparecerse allí, en la presentación de la ex esposa que lo abandonó por otro hombre. Pero si por casualidad se atre
Naomi iba y venía desde la puerta a la ventana, ansiosa. Ethan se había sentado con Jonathan y comenzaban a marearse de solo mirarla. Daniel simulaba que leía unos papeles y miraba a la niña por encima de los lentes, estaba nervioso. Por su parte, Beverly, se había parado en la escalera con los brazos cruzados y una expresión de desagrado en el rostro.-Naomi, ya basta… por Dios…- Le dijo Ethan.- ¿Cuándo va a llegar? –-Ya llegará ¿Por qué estás tan ansiosa? Es solo un vestido… --Tú no entiendes nada… -Ethan volteó los ojos. Nada de esto de ir de compras lo emocionaba en lo más mínimo, solo quería salir con Deanna y pasar el día juntos. El pequeño solo la miraba ir y venir y la seguía con la mirada, pero en su interior estaba todavía más esperanzado que ella.- ¡Ahí viene! – Dijo la niña muy emocionada.Para ella era toda una experiencia salir de compras, le encantaba. Susan solía llevarla cada tanto, pero esta era la primera vez que iría con Deanna y seguramente, con todo lo que h
Se sentía acorralada ¿Por qué de pronto la amenazaba de esa manera? Todo lo que habían hecho, lo hicieron con el mismo propósito ¿Qué había cambiado? Pero Leonard tenía razón: si le develaba a Daniel como se habían sucedido las cosas lo perdería definitivamente.- ¿Por qué haces esto ahora? –- Porque necesito saber que ocurrió con lujo de detalles… Todo… y vas a decírmelo, bebé… Recuerda que estás jugándote más que al imbécil ese, piensa en su carrera, en tus ambiciones… -- Eres un maldito… -- Lo sé, lo sé… Solo tienes que decirme lo que quiero y puedes irte tranquila. Tengo mis razones y no voy a aclarártelas… Tú entenderás… -- ¡Todo lo que haces lo haces con una intención oculta, Leonard! –- No te preocupes por eso y comienza a hablar… Tenemos toda la tarde –Beverly terminó contándole todo, absolutamente todo. Para ser una de las abogadas más exitosas y reconocidas, había “cantado” como si estuviese en el banquillo de los acusados. Definitivamente, ya no era la misma mujer que
Se supone que los amigos son seres incondicionales que la vida pone en el camino de las personas para que compartan las penas y las alegrías. Están ahí para ayudarnos a levantar el ánimo cuando peor estamos o para acompañarnos en alguna aventura, son el oído donde descargamos nuestros sueños y esperanzas, sabiendo que nos dirán la verdad por más dolorosa que sea. Algunos hasta superan la categoría de amistad y pasan a convertirse en familia: la familia que se elige.Deanna había sido así siempre: la amiga confiable que podía oírte hasta altas horas de la noche y luego abrazarte para contenerte. Ella no dudaría en acompañarte hasta el fin del mundo a buscar el caldero de las monedas de hora, aun sabiendo que no existe. Ella se casaría con tu hermano para ayudarte a que formaras una familia feliz y renunciaría a muchas cosas importantes solo por considerarte todavía más indispensable. Y nunca, pero nunca te defraudaría.- Eso es una estupidez… Lo que dices es estúpido. Beverly te tomó e
Estaba convertida en un volcán, podía sentir la lava recorrerle el cuerpo, incandescente dejando burbujas a su paso. Todo lo que Leonard le había dicho lo había procesado en ira, en furia, en ganas de gritar. Pero tenía la garganta cerrada; se habían cansado de burlarse de ella, de usarla, de mentirle, de tomarla por tonta.¿Cómo no se había dado cuenta? ¿Cómo no vio las sonrisas artificiales, las palabras intencionadas, las miradas de soslayo? Le mintió en la cara desde el día que la conoció ¿por miedo a que un hombre la dejará? Y no solo eso, la usó como a un títere llorando desconsoladamente, rogándole; la había acercado a Daniel para luego arrancárselo de las manos.Laura, la tímida e inocente, enamorada eterna de su dulce Harry. Con sus movimientos suaves y sus palabras de terciopelo; todos sus agradecimientos habían sido falsos. “Gracias, Deanna” ¿Gracias? ¿Gracias por no darte cuenta, por dejarte engañar tan fácilmente? Había corrido con ella al hospital cuando Emma nació, acas
Daniel también estaba preparándose, pero de una manera muy diferente. Para él esa noche sería dura y difícil; dura porque debería soportar verla con Leonard y difícil porque debería aguantarse las ganas de abrazarla. No sabía cuánto toleraría y estaba tratando de mentalizarse para refrenar sus impulsos. Desde que la había conocido todo había sido una vorágine de locura para él, le había puesto de cabeza la vida enamorándolo como a un niño. El hombre frío, escondido en su tristeza, imponente y duro hacía mucho que había desaparecido. Solo quedaba la fachada, el interior se había desmoronado. Había necesitado únicamente volver a verla para que todo se le tambaleara; porque para Daniel ella era una ráfaga violenta que lo volteaba nada más que con su presencia. Así de enamorado estaba y así de arrepentido por no haberla podido retener. ¿Pero cómo iba a hacerlo si esa misma potencia que lo zanjaba a su órbita también lo derribaba?A Camila casi le había dado un infarto cuando Beverly, d
La noche de la ópera ya no era como es los viejos tiempos en los que resultaba una ocasión para la ostentación y la reunión de los miembros respetados de la sociedad. Cualquiera que pudiese pagar el costo de la entrada podía acceder al mundo mágico que ofrecía el teatro; pero solo por esta vez todos los espectadores serían ostentosos miembros respetados de la sociedad. Solo por esta vez.De eso se había encargado Leonard; de que el debut en la ciudad natal de Deanna se hiciera a la antigua. Había enviado invitaciones a quienes consideraba tenían alguna influencia social, a los personajes de moda, a las autoridades políticas; todo para que la vieran cantar. Estaba orgulloso y lo quería compartir con todos aquellos que alguna vez habían susurrado por lo bajo mientras la miraban.Esa noche se pararían a aplaudirla y la felicitarían en la fiesta posterior. Porque él había planificado con Marcus que, al finalizar el inicio de la temporada, el Ambassador se convirtiera en una fiesta. Todo p