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4° El principal objetivo.

Rahyra no entendió lo que sucedió después, el hombre envenenado había sido retirado del banquete, el rey había comido de la fruta para averiguar qué clase de veneno era, luego la había amenazado y todo seguía como si nada hubiera pasado.

Agradeció que los violines tocaran los vientos cálidos para ponerse de pie y caminar con decisión hacia la mesa de los Leroy donde su hermano la interceptó antes de que llegara y la arrastró hasta la pista de baile.

— En esto te metiste — le dijo él — así que no te quejes.

— Lo sé — le contestó Rahyra, su hermano Raeyron era alto y atractivo, tenía el cabello rojo de los Leroy un poco más oscuro y era un hábil peleador, ella lo había visto derrotar a hombres el doble de grandes que él — solo que no pensé que me envenenarían antes de ser coronada.

— Con la corona de piedra, querrás decir, porque ya te coronaron — bromeó y Rahyra lo golpeó en el brazo — ¿Cómo estuvo? — ella miró alrededor, las personas que bailaban a su lado parecían inmersas en sus propias charlas.

— No debería hablar de esto con un hombre, mucho menos con mi hermano —Raeyron blanqueó los ojos — pero dolió menos de lo esperado —miró de nuevo alrededor —¿será tan difícil como lo imaginé? — él asintió, luego negó.

— Será peor, hermanita. Con esta boda los Leroy afirmamos que apoyaremos el reclamo al trono de Maxwell, te convertirás en la reina y principal objetivo de Valyor. Él cree que tiene derecho a la corona y por eso comenzó la guerra — Rahyra respiró, un profundo miedo la invadió, pero agradeció el haber salvado a su hermana de todo eso, de no ser así, tal vez ya estuviera muerta, solo bastaba con que Kaeira hubiera mordido la fruta antes de que el rey lo impidiera y habría sido el reinado más corto. Miró alrededor, cualquier persona ahí podría ser un aliado de Valyor e intentar matarla.

— Salvé a Kaeira de esto — le dijo y su hermano se pasó los dedos por el cobrizo cabello.

— Estoy seguro que te matará, ¿qué hiciste con ella? — Rahyra le contó como la había drogado para reemplazarla, pero no le contó como el rey la amenazó por eso — estaba muy ilusionada.

— Yo la salvé de esto.

— Ella lo entenderá, lo sé, Kaeira no sobreviviría a ser la reina, pero ella hora no me preocupa, me preocupas tu — Rahyra miró hacia la mesa del rey, el hombre la miraba fijamente, como si aún no creyera que era su esposa.

—Maxwell me protegerá, si el rey no es capaz de proteger a su reina no será capaz de ganar esta guerra.

— En eso tienes razón, hermanita — le dijo él — la mitad de una guerra son las apariencias, así que aparenta.

La canción terminó y cuando Rahyra caminó de nuevo hacia la mesa se topó con el rey, la armadura brillante reflejó la luz de la velas. La tomó de la mano sin decirle nada y la arrastró. La canción que sonó era suave y lenta, como un vals.

Comenzaron a bailar, la pista estaba completamente sola y ella se dejó llevar por los fuertes brazos del rey que la movían al son de los violines. A pesar de la armadura, Rahyra logró sentir el calor que desprendía el hombre.

— Siento haber reemplazado a mi hermana — le comentó — ¿Cómo se dio cuenta? — él se tomó un momento en contestar.

— Nada pasa en mi palacio sin que yo lo sepa — le dijo y Rahyra asintió con la cabeza, el hombre bailaba con una destreza inusual.

— ¿Qué me hará por eso? — fue la primera vez que los ojos claros de él se pusieron sobre los suyos. Ella sintió que le temblaron las rodillas, el hombre tenía un aire fuerte e intimidante y de no ser porque estaba bien agarrada de su cuello hubiera resbalado de los zapatos altos.

—¿Por qué lo hizo? — le preguntó — ¿sabe que puedo mandar a ejecutar a su padre por esto, me prometió a una y tengo a otra — los nervios que tenía Rahyra fueron reemplazados con una oleada de rabia.

— No puede — le dijo ella, él apretó el entrecejo.

— Soy el rey, yo hago lo que quiero — Rahyra se acercó , para que él pudiera escucharla mejor.

—No puede — repitió — si mata a mi padre el ejército de los Leroy se irá, al igual que los de todos nuestros aliados y ahora más que nunca necesita hombres que peleen en su nombre —él la apretó con fuerza y rabia.

— Esta guerra no es por mi — le dijo — es por el primer mundo, Valyor no puede reinar y quien pelee lo hará por salvar su propio pellejo — Rahyra no contestó, no quería hacerlo enojar más, ya tenía la cara roja. La soltó de mala gana y levantó la voz para que todo el mundo lo escuchara —¡Se acabó el banquete! ¡Lárguense! — el salón comenzó a desocuparse poco a poco. La gran mayoría de las familias habían viajado de todas partes del país para estar en la boda más importante del reino. Se marcharon a sus habitaciones.

Un par de doncellas se llevaron a Rahyra a la habitación del rey, y le ayudaron a deshacerse del vestido de novia.

Ella se metió en la cama y despachó a las doncellas, se cubrió hasta la nariz. El rey llegó una media hora después y Rahyra fingió estar dormida, pero con la luz de la única vela que había lo observó desnudarse.

Era de espalda ancha y pelo en pecho, con brazos fuertes y piernas torneadas, todo un adonis, pero tenía en el semblante una pesadez contagiosa, como si el estrés le pesara en los hombros como una carga real. Rahyra recordó la frase que se decía entre las estirpes “Pesada es la corona de piedra”

El hombre se metió entre las sábanas desnudo y cuando sopló la vela todo se sumió en una intensa oscuridad. Rahyra lo escuchó suspirar un par de veces, luego le habló .

— Puede que sobrevivas — le dijo y luego y le dio la espalda.

A Rahyra le fue imposible dormir esa noche.

Una doncella de cabello rubio de una edad parecida a Rahyra llegó en la mañana y la despertó.

— El desayuno, mi reina — le dijo. Rahyra se había dormido apenas en las dos últimas horas de la madrugada y cuando despertó el rey ya no estaba — hay mucho qué hacer — le dijo la doncella, Rahyra la miró parecía más vivás que las demás, así que lo entendió.

—No eres solo una doncella — la muchacha negó con la cabeza.

— Soy su dama de compañía, mi reina, mi nombre es Cleo — Rahyra sonrió, la dama de compañía que tenía en el palacio de los Leroy era una mujer anciana y regañona.

Cuando ya estaba vestida y lista para salir a la corte esa mañana, alguien tocó a la puerta y cuando Cleo la abrió, Kaeira, la hermana menor de Rahyra, apareció. Tenía la cara roja y entró empujando a Cleo, cuando llegó con Rahyra le dio una bofetada que la lanzó al suelo.

—¡Esto era lo que querías? — le gritó — ¿quedarte con mi esposo y mi corona? — intentó tomar el cabello de Rahyra para jalarlo, pero Cleo, la dama de compañía, la tomó con un hábil movimiento y la lanzó a la cama inmovilizándola — ¡Suéltame m*****a criada! — le gritó la menor y Rahyra se puso de pie mirando la dama de compañía, se notaba que tenía entrenamiento, tal vez era una espía.

— El rey me escogió en persona, mi reina — le dijo — Mis habilidades la protegerán — Rahyra asintió, luego señaló la puerta.

— Dejame a solas con mi hermana Kaeira, tengo mucho que hablar con ella — la mujer soltó a la menor y salió de la habitación cerrando la puerta.       

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