Hola hola! ¿Será que Lisa se empodera? ¿Qué piensan de la historia hasta el momento? Los leo! Bso Kika
—¿Cansada?— me pregunta, pero es obvio que sabe la respuesta. Ha sido una noche de grandes emociones, celos, rabia, discusiones; pero que había terminado de la mejor manera. Él me había dicho que quería estar conmigo y solo conmigo, que Flavia no era nada, que nunca lo sería y que formaba solo parte de un pasado gris. Que yo era para él. Oliver Wagner era mío, la idea me parecía loca y a la vez… lo mejor que me han dicho en la vida. Me había dicho mi amor tantas veces, y yo recordaba una y cada vez. Y a partir de ahí yo me sentía desbocada.La noche continuaba yo seduciéndolo como nunca imaginé, acorralándolo, apoderándome de él como si no hubiese mañana. Lo había besado, tocado y tomado como siempre quise. Lo controlaba y hacía lo que quería con él y nunca me había sentido tan poderosa. Oliver no se quejaba ni mucho menos. Me miraba con deseo y pasión, atento a cada uno de mis movimientos, yo me deleitaba viendo cómo sus músculos se tensaban, como él respondía a mi seducción, com
—¡Oh Lisa! Estamos tan emocionados de que simplemente vengas a escuchar nuestra propuesta. Sabemos que has pasado por mucho y por eso agradecemos tanto que nos des un poco de tu tiempo a nosotros— me decía Emilia, totalmente deleitada. La reunión la habíamos pospuesto lo suficiente. Oliver y yo lo habíamos hablado hasta el cansancio y él no me presionaba. Decía que tenía que decidir lo que era bien para mí, para mi carrera, lo que yo quería. —Es realmente un placer como siempre estar con ustedes... no solo por el trabajo de Oliver, y todas las veces que nos hemos visto... ustedes saben que yo les aprecio, son personas importantes en mi vida— les confieso y es verdad. Oliver me toma la cintura y me acerca a él con cariño. Cada vez estos sutiles gestos son lo más común del mundo, cómo si nuestros cuerpos supieran casi inconscientemente los pasos de un baile, y lo siguieran a todo el momento, desde que nos levantamos, hasta que dormimos. Usualmente, me encuentro despierta, acostada m
Lisa creo que casi no durmió de la emoción hace dos días. Reconozco que yo ya hace días me había empezado a sentir culpable. Mi vida era fantástica, se había dado todo lo que yo había soñado desde hace mucho tiempo: un excelente trabajo, renombre en mi profesión, una maravillosa oportunidad profesional, un lujoso departamento en otra ciudad lejos de Alemania... y una esposa perfecta para mí, en todo sentido. Mi pareja ideal, mi compañera, mi confidente.En cambio, ya habíamos pasado varios meses, y si bien habíamos tenido varias reuniones y encuentros para el proceso de adopción... todo iba extremadamente lento y yo sentía que los avances eran realmente, escasos. Yo la veía ella relativamente tranquila, pues era completamente consciente de que esto era así. Eliot también me había dicho que había que armarse de paciencia, así que todas estas pequeñas noticias eran celebradas como grandes victorias. Yo necesitaba que ella tuviera lo que deseaba, cada día que pasaba, francamente no sé c
La noche de navidad había sido fabulosa. Cenar con mis amigos y junto a mi esposo parecía como de película. Habíamos hablado y reído, compartidos momentos tan felices, parecía que cada uno estaba en un momento increíble de su vida. La relación de Mara y Eliot, se fortalecía cada vez más y era claro que eran el uno para el otro. Nunca había visto a mi amiga tan complacida y Eliot era perfecto para ella, un hombre amable, inteligente, y que no se asustaba con el poder y la personalidad de mi amiga, más bien todo lo contrario. Era evidente para todos que estaba completamente enamorado de ella. ¿Quién iba a imaginar que mi amiga del alma y yo y vamos a estar con dos hombres maravillosos celebrando un día especial sabiendo que el futuro iba a ser grandioso? Ella tenía ya todo lo que siempre había deseado y más, el éxito nos sonreía, y ahora es que faltaban triunfos. Cerrábamos, celebrando el curso de un año, que parecía estar destinado a la catástrofe y terminó muchísimo mejor de lo q
—Aún no puedo creer que Mara y Eliot, estén comprometidos, ¡siento que recién se acaban de conocer!— decía Oliver, y ya era como la quinta vez que lo decía. Justamente después de navidad nos habían llamado para darnos la buena noticia, y a la pequeña celebración de fin de año que hicimos vimos a mi amiga completamente radiante con un anillo en su dedo. Decir que estaba completamente emocionada y casi delirante, era quedarse corto. El pelirrojo escocés se había colocado sobre una rodilla justo después de navidad. Muy romántico. —Lo sé... yo Jamás imaginé a mi amiga enamorada, ¡mucho menos casada! Honestamente, nunca le vi mucha intención de casarse. Aunque debo de decir que Eliot realmente parece perfecto para ella. Me gusta que siempre la apoye y realmente la admire en su trabajo— le digo a él. —Y tan rápido… aunque nosotros no podemos juzgar— dice él sonriente y me besa. Estamos haciendo los últimos arreglos en el departamento, haciendo espacio para las cosas del bebé. Primero lo
Lisa Marie no había comido nada en prácticamente lo que iba de día, no había palabras, breves oraciones de aliento, ni alguna idea que la hiciera que recobrara la esperanza. Yo la abrazaba e intentaba que hablara conmigo, pero ella solo lloraba como si el mundo se hubiese acabado. Me había quedado con ella abrazándola durante toda la noche mientras escuchaba como ella lloraba. Ella no podía ni hablar, mientras yo acariciaba las mejillas, lloraba de forma callada o quizás ya no le habían quedado lágrimas de todo lo que había experimentado en los últimas horas. Se había quedado rendida, dormida, exhausta mientras yo me quede despierto, con insomnio, dándole vueltas a mi cabeza, pensando en qué hacer. Temía dormirme y que ella me necesitara, así que no pegué un ojo. Yo acariciaba su cabello, intentaba que comiera y le infundía motivación de que esta situación se podía cambiar, de que yo me iba a encargar de averiguar qué demonios había sucedido, de que había esperanzas y de que ella
Había pocas cosas que me habían enseñado mi padre que eran de real utilidad. Me había enseñado a ser ambicioso, a imponerme sobre los demás, a tomar iniciativa, a aprender cada vez más y más. Pero también me había dicho que si habíamos metido la pata, si habíamos cometido un gran error, si teníamos que enfrentar algo que no nos gustaba hacer, y que ocurría muchas veces en la vida... teníamos que dar la cara. Él al menos me lo decía en el terreno de la medicina, todos cometemos errores, pero era importante reconocerlos y evitarlos. Pero para mí ese consejo se aplicaba para todo, en cualquier aspecto de nuestras vidas. Aunque él, precisamente, no se hiciera cargo de sus errores. Eliot me ha dicho mil veces que no era mi culpa. Que Hans había llevado este odio irracional, esta oposición sin sentido a mi matrimonio a unos niveles imposibles. Había el tema del dinero y la herencia, pero para él era una cuestión de orgullo, tenía que decirme qué hacer, quería controlarme, tenía todo que t
Yo me sentía sin fuerzas y como si hubiese caído una pesada manta sobre mí que me impedía moverme. Sabía que me estaba comportando de la manera más irracional posible, esta no era yo, yo había pasado tantas cosas en mi vida, y jamás me había quedado así. Cuando había muerto mi abuela, yo estaba preparando un funeral y estaba atendiendo todas las personas que me dieron el pésame, me enfrasqué en el trabajo para distraerme. Cuando me enfermé, tuve mis etapas oscuras, pero yo siempre volví a levantarme, una y otra vez. Entonces... ¿Por qué esta vez iba a ser distinta? No solamente porque siempre había una oportunidad, siempre había algo por hacer, decía mi abuela. Lo único que no tiene solución es la muerte, solía mencionar ella. Yo estaba viva, y además no estaba sola. Mara había venido ya varias veces a hablar conmigo, inclusive Emilia Pascal también. Pero era Oliver quien más me cuidaba, me consolaba y me abrazaba, y quizás él creía que yo no me daba cuenta, pero sabía que se qued