Hades:El rey de mirada púrpura colmada de estrellas soltó un largo y profundo suspiro, mientras caminaba por los corredores del castillo rumbo a su despacho.Quería hacer las cosas bien, necesitaba hacer las cosas bien, sin embargo, una oscura parte dentro de él le gritaba que debía ejecutar públicamente a Rhen por intento de secuestro, después de todo, Lyra era de su propiedad al ser seleccionada.Pero el no podría hacerlo, jamás se atrevería a hacer algo para dañar a la hermosa mujer de mirada azul y dorada, los cuales le recordaban a algo que el no comprendía, igual que sus florecientes sentimientos.—¿A dónde vas tan apurado?—ronroneo la hermosa y sensual voz de Edith desde la arcada de una puerta.Hades se detuvo en seco, volviendo su rostro hacia la hermosa mujer que se asomaba perezosamente por la arcada vistiendo un ceñido salto de cama del mismo color que sus ojos. Rojo.El rey tragó duro, mientras comenzaba su batalla interna por mantener sus apetitos y deseos a raya. El te
—Entonces ¿Tú viniste solo por el bosque?—pregunto Peter nuevamente, incrédulo ante las palabras que salían de los labios del chico a su lado.Ambos habían llegado al lugar hacia varios minutos, tiempo que el teniente había aprovechado para hablar con Rhen a solas.Peter tenía la intención de obtener un poco más de información sobre Lyra, sus gustos y pasatiempos, pero conforme conocía al casi gemelo de ella, más se interesaba por su vida y la de su familia.Ahora, el teniente de mirada verde esmeralda ya no quería solo conocer a Lyra, también necesitaba descubrir todo sobre su vida pasada y su familia, comenzando con Rhen.—Si, solo, luchando como podía con alguna de las criaturas que encontraba a mi paso—respondio el chico de cabellera dorada con orgullo, mientras una ronrisa brillante eclipsaba sus labios.—Es increíble, ¿Con qué clase de criaturas te topaste?—incistio Peter, fascinado ante la idea de que el hombre frente a él fuera capaz de sostener un arma sin desfallecer.Sin em
Lo que Hades llamaba primera hora de la mañana, Lyra solía llamarla la hora ideal para dormir, soñar y abstraerse en aquel mágico mundo ideal.O al menos lo era, hasta que el extraño enmascarado se hizo partícipe de estos, danzando con Lyra su baile excepcionalmente perfecto, mientras la intriga e incertidumbre abrían una puerta al interior de su mente de la cual no habría retorno.La pareja de aquella danza mantenía su rostro totalmente oculto, por lo cual su identidad era desconocida para la dama. Él la sostenía con firmeza entre sus brazos, a la vez que la mecía con delicadeza al compás de la música que envolvía sus oídos para deleitar sus almas.Lyra solo lograba ver un cabello negro como el ebano, el cual se escapaba por la cima de la mascara dorada, mientras que una penetrante mirada muy singular la escoltaba en cada movimiento. Singular, aquella palabra era vaga, casi absurda, para describir la esplendorosa belleza de la dicromatía de aquellos ojos. Uno verde, tan intenso que
Las palabras de Lyra flotaron en el aire y se deslizaron en el interior de la mente de Hades, deteniendo su corazón y tomándolo por sorpresa. En ese preciso instante el olvido por completo qué demonios esperaba oír como respuesta por parte de ella, sin embargo estaba seguro de que no era eso.Al parecer aquellas palabras, tan frigidas como ciertas, también tomaron por sorpresa a la bella chica de cabello claro como luz de luna.Las mejillas de Lyra adquirieron un tono rojizo, mientras la vergüenza recorría todo su cuerpo como si fuera un abrazador devorando una estepa esteril.—Yo no quise—comenzó a decir ella con cierto pánico, temerosa de que Hades la transformara en ave con medio pensamiento.Sin embargo él la interrumpió, alzando un dedo y haciendo que guardara silencio. Su mirada púrpura colmada de estrellas estaba clavada en la de ella, como si intentara devorar la luz que aún habitaba en ellos.—¿Te disculpas por decir la verdad?—preguntó él ladeando la cabeza hacia un lado, m
Peter:El teniente había tenido serios problemas a la hora de conciliar el sueño, mientras daba vueltas sobre su cama e imaginaba una y otra, y otra vez las formas en que deseaba asesinar a Hades por arruinar su oportunidad de pasar aquel día en compañía de Lyra.Sabía que aquel oscuro deseo, aquella constante necesidad de estar junto a ella, disfrutando de su compañía mientras su mente viajaba más allá de solo eso, estaba profundamente mal.Desde el momento en que Lyra fue seleccionada para pertenecer a las elegidas del rey, su futuro había sido determinantemente claro.Ella viviría junto a Hades, reinaba a su lado hasta que su muerte llegara a reclamar su vida mortal, o simplemente moriría por no satisfacer al rey. Cualquiera fuera el caso, su destino era demasiado claro como para ignorar que el teniente no se encontraba en él. Solo un necio tonto intentaria negar o anteponerse a ese destino.Y Peterr, por encima de todo, era demasiado necio, en especial cuando se trataba de asunto
La mano de Hades era firme, a la vez que suave y delicada, dejando una agradable sensación al contacto con su piel. La mirada, aquellos ojos púrpura colmados de estrellas, abrazaban el alma de Lyra, acelerando las pulsaciones cardiacas. —Buenos días hermana—dijo una voz jocosa a sus espaldas, arrancandola de aquella embriagadora sensación—. ¿Interrumpimos algo?Lyra reconoció el tono de voz al instante, por lo que se incorporó casi de inmediato, mientras buscaba con la mirada a su hermano.Casi en el preciso momento en que se propuso buscar a Rhen lo encontró, pero fue en compañía del teniente Peter.El hermoso joven de mirada verde como esmeralda observaba a Lyra con rostro firme y en constante tensión, como si luchara consigo mismo para mantener la calma.—Siendo honesto, si, interrumpieron la diversión—ronroneo Hades poniéndose de pie junto a ella, mientras observaba a Rhen con rostro divertido, uno que aterraba a más de uno.Pero no a Rhen. El hermano de Lyra disfrutaba las situ
Las sombras y oscuridad devoraron a Lyra, envolviendola en una bruma espesa, perfumada de un aroma cítrico que lograba penetrar en sus sentidos. Sin embargo, muy lejos de lo que uno pudiera llegar a imaginar, aquella sensación no era desesperante ni asfixiante. Por el contrario, las sombras eran dulces, tiernas y gentiles, mientras se envolvían a su alrededor con total delicadeza, como si temieran romperla, igual que un jarrón de cristal.Por unos instantes, no más que el latir de su corazón, Lyra se sintió plenamente segura y en paz, como si hubiera encontrado su lugar en el mundo, allí entre las sombras. Sin embargo, más pronto que tarde, esa oscuridad embriagadora se esfumó, con la misma rapidez y velocidad con que habían llegado.La bella dama de mirada azul y dorado parpadeo tres veces, mientras el sol del día besaba sus ojos, impidiendole observar el mundo a su alrededor.Cuando aquella desesperante sensación de ceguera se esfumó, Lyra logró contemplar, para su horror y asombro
Las palabras de Hades fueron dulces, tiernas y gentiles, logrando corromper el frio corazón de Lyra, haciendo que éste se acelerará de forma notable, a la vez que un rubor invadía sus mejillas.—Gracias—susurró la hermosa chica de cabello dorado como el sol, mientras devolvía la mirada al rey.Hades la observó durante algunos instantes, hasta que sintió como sus mejillas se volvían tan rojas como las de ella, por lo que decidió volver su vista al frente, evitando ver a la bella dama a su lado.—Bueno, dime, ¿Rhen es tu hermano favorito?—preguntó Hades, mientras recargaba el peso de su cuerpo sobre sus fuertes brazos. El reflejo del agua genera un halo de luz que atravesaba el rostro del rey, iluminando aquellas facciones perfectas, inhumanas.Lyra frunció el ceño, mientras arrugaba los labios con un gesto de insatisfacción.—Está claro que no tienes hermanos, no se puede escoger uno como favorito—soltó ella, mientras negaba con la cabeza.Hades chasqueó la lengua, mientras lanzaba una