Lo que Hades llamaba primera hora de la mañana, Lyra solía llamarla la hora ideal para dormir, soñar y abstraerse en aquel mágico mundo ideal.O al menos lo era, hasta que el extraño enmascarado se hizo partícipe de estos, danzando con Lyra su baile excepcionalmente perfecto, mientras la intriga e incertidumbre abrían una puerta al interior de su mente de la cual no habría retorno.La pareja de aquella danza mantenía su rostro totalmente oculto, por lo cual su identidad era desconocida para la dama. Él la sostenía con firmeza entre sus brazos, a la vez que la mecía con delicadeza al compás de la música que envolvía sus oídos para deleitar sus almas.Lyra solo lograba ver un cabello negro como el ebano, el cual se escapaba por la cima de la mascara dorada, mientras que una penetrante mirada muy singular la escoltaba en cada movimiento. Singular, aquella palabra era vaga, casi absurda, para describir la esplendorosa belleza de la dicromatía de aquellos ojos. Uno verde, tan intenso que
Las palabras de Lyra flotaron en el aire y se deslizaron en el interior de la mente de Hades, deteniendo su corazón y tomándolo por sorpresa. En ese preciso instante el olvido por completo qué demonios esperaba oír como respuesta por parte de ella, sin embargo estaba seguro de que no era eso.Al parecer aquellas palabras, tan frigidas como ciertas, también tomaron por sorpresa a la bella chica de cabello claro como luz de luna.Las mejillas de Lyra adquirieron un tono rojizo, mientras la vergüenza recorría todo su cuerpo como si fuera un abrazador devorando una estepa esteril.—Yo no quise—comenzó a decir ella con cierto pánico, temerosa de que Hades la transformara en ave con medio pensamiento.Sin embargo él la interrumpió, alzando un dedo y haciendo que guardara silencio. Su mirada púrpura colmada de estrellas estaba clavada en la de ella, como si intentara devorar la luz que aún habitaba en ellos.—¿Te disculpas por decir la verdad?—preguntó él ladeando la cabeza hacia un lado, m
Peter:El teniente había tenido serios problemas a la hora de conciliar el sueño, mientras daba vueltas sobre su cama e imaginaba una y otra, y otra vez las formas en que deseaba asesinar a Hades por arruinar su oportunidad de pasar aquel día en compañía de Lyra.Sabía que aquel oscuro deseo, aquella constante necesidad de estar junto a ella, disfrutando de su compañía mientras su mente viajaba más allá de solo eso, estaba profundamente mal.Desde el momento en que Lyra fue seleccionada para pertenecer a las elegidas del rey, su futuro había sido determinantemente claro.Ella viviría junto a Hades, reinaba a su lado hasta que su muerte llegara a reclamar su vida mortal, o simplemente moriría por no satisfacer al rey. Cualquiera fuera el caso, su destino era demasiado claro como para ignorar que el teniente no se encontraba en él. Solo un necio tonto intentaria negar o anteponerse a ese destino.Y Peterr, por encima de todo, era demasiado necio, en especial cuando se trataba de asunto
La mano de Hades era firme, a la vez que suave y delicada, dejando una agradable sensación al contacto con su piel. La mirada, aquellos ojos púrpura colmados de estrellas, abrazaban el alma de Lyra, acelerando las pulsaciones cardiacas. —Buenos días hermana—dijo una voz jocosa a sus espaldas, arrancandola de aquella embriagadora sensación—. ¿Interrumpimos algo?Lyra reconoció el tono de voz al instante, por lo que se incorporó casi de inmediato, mientras buscaba con la mirada a su hermano.Casi en el preciso momento en que se propuso buscar a Rhen lo encontró, pero fue en compañía del teniente Peter.El hermoso joven de mirada verde como esmeralda observaba a Lyra con rostro firme y en constante tensión, como si luchara consigo mismo para mantener la calma.—Siendo honesto, si, interrumpieron la diversión—ronroneo Hades poniéndose de pie junto a ella, mientras observaba a Rhen con rostro divertido, uno que aterraba a más de uno.Pero no a Rhen. El hermano de Lyra disfrutaba las situ
Las sombras y oscuridad devoraron a Lyra, envolviendola en una bruma espesa, perfumada de un aroma cítrico que lograba penetrar en sus sentidos. Sin embargo, muy lejos de lo que uno pudiera llegar a imaginar, aquella sensación no era desesperante ni asfixiante. Por el contrario, las sombras eran dulces, tiernas y gentiles, mientras se envolvían a su alrededor con total delicadeza, como si temieran romperla, igual que un jarrón de cristal.Por unos instantes, no más que el latir de su corazón, Lyra se sintió plenamente segura y en paz, como si hubiera encontrado su lugar en el mundo, allí entre las sombras. Sin embargo, más pronto que tarde, esa oscuridad embriagadora se esfumó, con la misma rapidez y velocidad con que habían llegado.La bella dama de mirada azul y dorado parpadeo tres veces, mientras el sol del día besaba sus ojos, impidiendole observar el mundo a su alrededor.Cuando aquella desesperante sensación de ceguera se esfumó, Lyra logró contemplar, para su horror y asombro
Las palabras de Hades fueron dulces, tiernas y gentiles, logrando corromper el frio corazón de Lyra, haciendo que éste se acelerará de forma notable, a la vez que un rubor invadía sus mejillas.—Gracias—susurró la hermosa chica de cabello dorado como el sol, mientras devolvía la mirada al rey.Hades la observó durante algunos instantes, hasta que sintió como sus mejillas se volvían tan rojas como las de ella, por lo que decidió volver su vista al frente, evitando ver a la bella dama a su lado.—Bueno, dime, ¿Rhen es tu hermano favorito?—preguntó Hades, mientras recargaba el peso de su cuerpo sobre sus fuertes brazos. El reflejo del agua genera un halo de luz que atravesaba el rostro del rey, iluminando aquellas facciones perfectas, inhumanas.Lyra frunció el ceño, mientras arrugaba los labios con un gesto de insatisfacción.—Está claro que no tienes hermanos, no se puede escoger uno como favorito—soltó ella, mientras negaba con la cabeza.Hades chasqueó la lengua, mientras lanzaba una
La sonrisa que Lyra portaba en sus labios era demasiado grande como para pasar desapercibida. Desde el momento en que Hades le había prometido hablar en su nombre con el grupo de sanadores para que la tomaran como discípula, el corazón de ella se había colmado de emociones nunca antes experimentadas.La bella chica de mirada azul con iris dorado avanzaba por los pasillos del castillo con la más plena de las felicidades hinchando su corazón.Se había separado de Hades hacía unos minutos atrás, cuando él fue requerido para atender asuntos importantes del reino. A ella ciertamente no le importó demasiado aquello, puesto que estaba absorbida por sus delirantes fantasías y deseos, los cuales pronto lograra concretar.—¿Estas drogada?—pregunto con el ceño fruncido Miles, mientras tomaba a Lyra de la muñeca y la sacudía con suavidad, como si con aquello pudiera despertar a la chica del sueño en el que se encontraba.—¿Qué? Claro que no—bufo Lyra, sin ser capaz de borrar la tonta sonrisa de s
Sin decir nada a nadie, y presa de un desquiciado ataque de celos, Lyra escapó del castillo sin que nadie la observara, aprovechando la llegada de la noche con sus sombras para escapar a hurtadillas sin que los guardias notaran su presencia.Para ser sincera, en un comienzo ella había pensado llevar consigo a su hermano, pero si la atrapaban sabía que podían correr ambos peligro de ser asesinados por alta traición. Por eso, al final, optó por huir ella sola, en compañía de Tristan.Al llegar a los establos guiada por alguna especie de impulso invisible, ella encontró al animal ensillado en la caballeriza, de seguro preparado para dar algún paseo nocturno.Lyra no se quedó para comprobar si el ensillado había sido el criado de los establos o se trataba del propio Peter. Unos minutos después, ella escapaba a toda velocidad del castillo, galopando en el lomo de aquel hermoso animal.Sin embargo, cuando finalmente logró atravesar la muralla del castillo y adentrarse en la inmensidad del b