Para el momento en el que finalmente la noche había logrado envolverlo todo nuevamente con su precioso manto, Peter y Lyra ya se encontraban dentro de la cueva, cuya entrada estaba escundida con la caída de la cascada.La hermosa chica de mirada azul y dorado, había sido la encargada de encender el fuego, ya que había demostrado ser mucho mejor que él en esa tarea; por su parte, el atractivo teniente había cazado un par de aves pequeñas, las cuales ya se encontraban desplumadas, azandose lentamente sobre el fuego.El relajante sonido del agua retumbaba de forma pacífica en las cavernosas paredes de la cueva, imponiendo un ambiente tranquilo y muy sereno que daba lugar a la exploración de sus propios pensamientos.Aquello era un arma de doble filo.—¿Cómo te convertiste en teniente?—solto ella de forma repentina, tomando por sorpresa al hermoso hombre sentado de forma relajada frente a ella, con la mirada perdida en sus propios pensamientos.Peter la observó durante unos segundos con a
El hermoso castillo que Lyra había imaginado es sus sueños no podía distar más de la realidad; envuelto en tinieblas y oscuras sombras, el castillo se alzaba sobre la cornisa de un risco, rodeado por un enorme tumulto de pinos de frondosas copas que impedían el paso de la luz.Con su cuerpo entero temblando como una hoja en otoño, la chica de cabello color oro avanzó sobre el lomo de Tristán, intentando infundir valor en su aterrado corazón; al fin y al cabo las apariencias engañan.Cuando finalmente llegó hasta la entrada principal del castillo, Peter detuvo el caballo.—A partir de aquí debes seguir sola—escupió el teniente sin un ápice de emoción en su voz.Lyra desmontó, sin embargo no apartó ni por un segundo su mirada azul y dorada del rostro de su acompañante.—Tengo miedo—susurró ella con un hilo de voz—. No quiero entrar sola.—Ese no es mi problema—graznó el chico de mirada esmeralda, mientras jalaba las riendas de su montura y comenzaba a alejarse de Lyra, sin despedirse.E
Una vez que ambos estuvieron listos, no demoraron en partir, sin embargo antes de montar Peter extendió su mano hacia Lyra obsequiandole un pequeño puñado de ballas.—Come, engañara a tu estómago hasta que lleguemos al castillo—dijo el con simpleza vaciando el contenido de su mano sobre la palma de ella antes de montar—. Tranquila, no son venenosas.—Gracias—fue la única respuesta que salió de los labios de la chica de mirada azul-dorada.Poco le importaba a Lyra saber que aquello no era venenoso, por el contrario, esa simple mención apagó otra pequeña llama ardiendo con esperanza en su pecho.A esas alturas, una vez que ingresara al castillo, era probable que su única esperanza quedará limitada a veneno o arrojarse de una torre alta, si es que acaso las ventanas no tenían barrotes.—¿El castillo está muy lejos?—susurro ella con pánico ante la respuesta a aquella pregunta.Peter guardo silencio varios segundos, sopesando aquella pregunta mientras fingia observar el bosque en busca de
Ambos cabalgaron por el inmenso bosque durante todo el día, haciendo breves pausas ocasionales para que Tristán descansara, momentos que Peter utilizaba para dar pequeñas indicaciones a Lyra sobre cómo sostener un cuchillo o como enterrarlo en el cuerpo de un oponente.La chica de hermosa mirada azul-dorada escuchó con suma atención cada una de las indicaciones, sintiendo ansias por ser ella la que portara el arma.Sin embargo Peter no le permitió empuñar el cuchillo en ninguna ocasión, simplemente se limitó a explicar y Lyra a replicar con gestos en el aire, mientras sostenía su cuchillo invisible.—¿Tienes miedo de que sea mejor que tú con el cuchillo?—ronroneo Lyra a espaldas del hermoso guerrero de mirada esmeralda mientras se sujetaba a su cintura para evitar caer de Tristán.Una baja risa resonó desde las profundidades del pecho de Peter, haciendo que las manos de Lyra temblaran levemente de forma refleja.—¿Miedo?—solto el guerrero de mirada esmeralda con notable sentido del hu
—Debo confesarte algo, Peter—susurro Lyra observando el hermoso castillo resplandeciente bajo la luz de la luna—, esta es la construcción más hermosa que jamás he visto.El teniente de mirada color esmeralda observó el ánguloso rostro de Lyra, el cual había logrado adquirir algo de relleno gracias al alimento que el había logrado cazar en el correr de aquellos días, sin embargo aún le quedaba un largo trayecto por recorrer.—"El castillo de la luna" así le decimos muchos de nosotros, a escondidas, claramente—dijo Peter sosteniendo una agradable sonrisa en su dirección.El rostro de Lyra cambio de posición, buscando refugio en los profundos ojos del teniente, los cuales ya la estaban esperando.—¿Porque deben decirlo a escondidas?—pregunto ella, mientras las llamas del fuego ante ella, hacían que un sinfín de sombras danzarán en sus facciones.El teniente observó a la hermosa chica ante él, y sopeso si debía o no decirle el verdadero motivo de aquello.Finalmente optó por hablar, al fi
El día era simplemente hermoso, el sol brillaba con fuerza en el cielo y no había una sola nueve que eclipsará su magnificencia.Ante sus ojos, el imponente castillo se alzaba con fuerza y majestuosidad, igual que una flor surgiendo de la nieve en pleno invierno.—No tienes nada que temer, eres una de las invitadas del rey, y como tal nadie te hará daño—dijo Peter, mientras tiraba de las riendas de Tristán para que aligerara el paso.Ella había logrado retrasar la partida hasta la mitad del día, excusándose en que quería practicar un poco más con el cuchillo antes de ir al castillo.Sin embargo, el verdadero motivo de aquello había sido el buscar al ave de la noche anterior.Al principio, Lyra creyó que todo había sido un sueño, pero cuando sintió el frío metal pinchar la piel de su mano, comprendió que había sido real.Aún así, por más que busco por las inmediaciones, no logro encontrar ni el más mínimo rastro de aquella ave tan peculiar.Por lo que allí estaba, montando detrás de Pe
Tanto el exterior como el interior de aquel hermoso castillo no dejaban lugar a la decepción.Enormes techos acupulados provistos de hermosas pinturas donde hermosas mujeres eran protagonistas, era solo el comienzo.Pisos de reluciente mármol y adornos que iban desde el oro hasta la plata, recubrían las lujosas paredes del castillo, el cual se asemejaba más a un palacio de ensueño que a aún castillo conocido por su corte de pesadillas.Todo era extremadamente exquisito, delicado, sofisticado y hasta elegante.Mientras admiraba su propio reflejo en el pulido y brillante suelo de mármol bajo sus pies, Lyra no pudo evitar sentir vergüenza de si misma y su propio aspecto.Su cabello, una vez de brillante dorado intenso, ahora se marchitabs bajo los efectos de dormir casi una semana en el bosque sin refugio.Luego estaba el tema de su pésimo estado físico: desnutrida, delgada y casi famelica eran palabras que se podrían adecuar perfectamente a la falta de carne alrededor de sus huesos.Tod
Nada logró mitigar el penoso pesar que sentía Lyra en el centro de su pecho.Ni el hostentosamete lujoso cuarto que le habían asignado, el cual derrochaba belleza, elegancia y sofisticación. Tampoco la cálida tina repleta de agua jabonosa que ya la esperaba en el centro del cuarto de baño.Nada de eso sirvió, no cuando su mente estaba ocupada por el simple pensamiento de saber que el cuero rey estaría, en esos preciosos instantes, preparándose para el banquete.Uno al que ella debería acudir sin poder evitarlo.—¿Que tienes niña?—pregunro Lady Mary varios minutos después de que Lyra sambuyera su cuerpo por completo en la tina de agua caliente.La amable mujer se había ofrecido a bañarla personalmente, algo a lo que Lyra se había negado rotundamente, sin embargo aceptó la ayuda de ella para cepillar su largo cabello dorado.La chica de mirada azul-dorada permaneció con la vista fija en un hermoso candelabro con incrustaciones de cristal de roca durante varios segundos antes de atrevers