Capítulo 37

Después de que Matteo salió de la habitación, Lia se sentó en el sofá que había a un rincón. No tenía las fuerzas para mantenerse en pie, sentía que se iba a derrumbar. El dolor ya no solo era por la pérdida del bebé, también tenía que ver con el hombre que amaba. Estuvo tan tentada de salir y buscar a Matteo para decirle que había cometido un error al decirle que se iba a ir. Pero no podía hacerlo, necesitaba alejarse de ese lugar.

Cuando se cansó de lamentarse se puso de pie y fue hasta su armario para alistar sus maletas. Las colocó encima de la cama y una a una fue poniendo sus cosas dentro. Cada cierto tiempo se detenía tratando de escuchar algún sonido. Quería creer que Matteo no se había marchado así sin más; sin embargo, no podía decir que ella le hubiera dejado otra opción.

Estaba termina

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