Capítulo 31

Lia se arregló temprano esa mañana para ir al trabajo. Antes de salir de casa miró su mano y observó su anillo mientras diversas emociones la atravesaban. Cogió el anillo y lo deslizó fuera de su dedo. Con la luz del día la observó mejor. Era una pieza hermosa y debía de haber costado una fortuna.

Guardó la joya en su estuche y lo dejó en el cajón del buró. Sería momentáneo, solo hasta que se lo comunicaran a sus hermanos y padres. Apenas lo había usado una noche y sentía que a su dedo le faltaba algo. Pero no quería arriesgarse a que alguien le tomara una foto.

En el coche rumbo a la clínica llamó a Ava, necesitaba hablar con ella. Acordaron verse en la noche después que saliera de su trabajo.

Su día en la clínica estuvo un poco ocupado y agradeció por ello. En cuanto se quedaba sin nada que hace

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