Jazziel
Boda
Es la boda de uno de mis mejores amigos y es quien menos pensé que se casaría, pero ver a Cassidy y Balthazar juntos me hace ver lo mucho que se quieren, lo mucho que compaginan juntos, creí tener eso en su momento, pero me equivoqué y ya no me fio de nadie, me gusta tener relaciones cortas de fines de semanas o máximo una semana cuando estoy de vacaciones y conozco alguna belleza en mis viajes, pero supongo que la vida es un boomerang y todo regresa en algún momento a tu vida
Lo confirmé cuando tuve a Iliana en mis brazos mientras bailábamos, estaba seria y casi no quería verme, pero la música la obligaba a estar pegada a mi cuerpo mientras la guiaba entre la danza ancestral que bailábamos, hasta que le tocaba separarse de mí, aunque sabía que iba a regresar. No me gustó, no quise dejarla ir.
«Eres patético, Dunn»
—Estás hermosa —le dije tratando de buscar conversación, no funcionó y en cuanto pudo se alejó de mí tan rápido como pudo y yo resople, esa mujer es más difícil que comprobar la teoría de la relatividad.
Cuando la vi llegar con ese hermoso vestido no tuve ojos para nadie más que no fuera ella, pero siempre fue así, casi me atraganté con el trago cuando sus fríos ojos me miraron, sé que vino con alguien, tal vez alguna sobrina, pero no miré a nadie más, Camilo quiso hablarme de algo, pero yo no tenía mente para nada más que ella. Lo único que pude hacer fue perseguirla como un adolescente hasta que logré bailar con ella.
—Me gusta bailar contigo —le dije al oído cuando se acercó de nuevo a mí y la sentí ponerse como una estatua en mis brazos.
Acaricié un poco su espalda descubierta y se estremeció, cuando no discutía conmigo me castigaba con el látigo de la indiferencia.
—No entiendo por qué discutimos siempre que nos vemos —intenté razonar con ella, nuestros amigos se acaban de casar, tal vez debamos llevarnos con un poco de educación, ya no somos unos niños.
—Porque no tenemos de que hablar, te quiero lejos de mí, Jazziel Dunn— réplica enojada.
«¿Qué le hice?»
Trato de pensar en aquello tan horrible que le hice y no me llega a la mente el porque me odia como lo hace, yo fui él que fue abandonado, no ella.
Entonces… ¿Por qué actúa de esa manera?
—No entiendo que le paso a la dulce Ana— le dije un tanto melancólico, creo que ya bebí demasiado.
—No me llamo Ana, me llamo Iliana, deberías checarte con un neurocirujano, podría traerte la muerte —suelta con acidez, se dio media vuelta y me dejó allí plantado frente a todos.
No entiendo porque no me soporta, fue ella quien se fue de la nada, cuando volví ella ya no estaba.
***
La fiesta no fue como esperaba y terminé con una mujer en mi carro que no era la que yo quería.
Estaba frustrado en el asiento del conductor, no debí traerme a esta mujer a mi hotel, pero ya era un poco tarde para eso, la mujer quería ser atrevida queriendo aventura y comenzó a tocarse en el asiento del copiloto, su coño estaba al descubierto, no llevaba pantys y su vestido sobre sus caderas, no estaba del todo depilada, pero no se veía mal… más sin embargo nada pasó, no reaccioné igual.
Esa m*****a mujer me sigue afectando.
En cuanto llegué al hotel me bajé sin esperar a la mujer quien se apresuró a alcanzar mis pasos rápidamente.
—Jazziel Dunn— di mi nombre para que me dieran la llave de mi habitación —gracias, señorita— saqué mi tarjeta de crédito y la extendí cuando la mujer agarró mi brazo— necesito una habitación extra para la señorita.
—¿Cómo? —pregunta muchacha indignada.
—Si, lo siento —me disculpe sin sentirlo en realidad, me encogí de hombros.
La recepcionista soltó una risita y al menos ella no pensaba que era un idiota, la mujer resoplo, pero no rechazó la habitación gratis. Típico.
—¿Por cuántos días, señor Dunn? —me pregunta la mujer tomando la tarjeta de mis manos.
—Solo esta noche, incluya el desayuno— en serio quería reivindicarme y quería irme solo a mi habitación.
—Muy bien, tomé —me devuelve la tarjeta y le entrega a la mujer la tarjeta que abre su habitación, sin más camine al elevador. Completamente solo.
La mujer que para el caso no tengo idea de como se llama se queda allí viéndome atónita por mi rechazo.
Si bueno, que se queje con la bruja de Iliana, desde que volví a ver a esa latina mi vida cambió.
Muchos años atrás.
Estaba corriendo para esconderme de los chicos cuando choque contra alguien y rodé colina abajo, líquido caliente comenzó a correr por mi nariz y un ardor espantoso me atacó.
Ese tarde lloré.
Cuando levanté la mirada una niña con trenzas me veía con lágrimas en los ojos también y se tocaba la frente.
—¡Me chocaste! —la acusé enojado.
—Tú no veías por dónde ibas —me acusó de regreso y rompió a llorar, estuve tentado a disculparme, pero era testarudo y terco.
Elliot y Balthazar nos alcanzaron y comenzaron a reír al ver el desastre ensangrentado que era.
—¡Iliana! —llaman a lo lejos y ella se levanta limpiando su vestido de flores.
—¿Estás bien? —le pregunta Balthazar viendo a lo lejos a una mujer rubia tapándose del sol para ver a lo que creo que es su hija, cuando ve a la niña echa un mar de lágrimas, pero eso es porque Balthazar es el bueno de los tres.
—Estoy bien—respondo, pensando que la pregunta era para mí en un principio, soy su mejor amigo.
—Tú no, idiota. ¿No estás habiendo que es una niña y la lastimaste por no fijarte por dónde ibas? —señala a la niña con el pulgar— está llorando insensible.
Era bastante competitivo y así que no, no la había visto y he aquí las consecuencias con las que acarreaba.
—Lo que veo es que no sabe andar por allí— me quejé sin querer dar mi brazo a torcer.
—Ya te dije que tú no veías por donde venías —me refuta con carácter y un peculiar acento que no identificaba y se da media vuelta para arrancar a correr a donde la mujer rubia la esperaba.
Definitivamente mi vida se arruinó cuando conocí a Iliana Luján.
***
PRESENTE
Es vergonzoso decir que tuve que aliviarme como un adolescente en la ducha y eso es una total desgracia para mi reputación, cuando tenía a una linda chica más que dispuesta, pero, en fin.
Sequé mi cabello con una toalla cuando empecé a ver mi celular y tenía un correo para una nueva propuesta para un aparato inteligente de ayuda en el hogar que me interesaba, descargué los planos y me dispuse a trabajar a las tres de la madrugada, pero sueño lo que se dice sueño no tengo.
Vi como amanecía y me di otra ducha, puesto que en unas horas nuestros amigos se iban de luna de miel y había un almuerzo antes de llevarlos al aeropuerto, luego tomaría un vuelo a Canadá, para hablar con él experto de los planos que me pasaron ayer y de los cuales estaba interesado en comprar antes de que alguien más se nos adelantará.
—Normalmente no eres tan callado— le dijo Elliott cuando notó que no quería hablar.
—Tengo un… problema —le dijo vagamente.
—¿Y ese problema tiene cabello rubio y ojos azules de muñeca? —preguntó burlón.
Iliana no era un tema para mí, se los tenía prohibido y él único que no respetaba eso era Elliot “jodido” McNeill, él sabía como tocarme los cojones y hacerse el inocente.
—No, es sobre unos planos —evadí el tema que siempre era Iliana, era un experto en eso luego de diez años.
—Bien, ¿Qué necesitas? —pregunta Elliot siguiéndome la corriente.
—Viajara a Canadá, tienen unos planos que pueden servirme— le conté— no puedo perder esta oportunidad.
—No veo el problema— dijo viéndome atentamente.
Con los años el grupo de amigos había crecido, pero Elliot y yo siempre estábamos juntos y aun más desde que Balthazar conoció a Cassidy Sallow y cayó duro por ella, nunca había visto una relación tan rápida como la de ese par de locos enamorados, Michael y Camilo llegaron en la universidad y tampoco se fueron.
—Que espero que no se me adelante alguien y los compre primero, el idiota del dueño quiere verme para si soy confiable— le conté— sea lo que sea que eso significa.
—La confianza es la base de todo, si no inspiras confianza como hacer negocios contigo.
—Tengo el dinero, lo demás es ridículo —repliqué.
—Tal vez deberías aprender a confiar en alguien más que no sea tú mismo— recomienda.
—¿En serio? ¿es tú consejo para mí? —se encogió de hombros con mis preguntas— ¿tú en quién confías?
—En ustedes— responde como si nada y le quitó importancia con la mano.
—¿Sabías que se va a retirar Jazmín? —le dije incrédulo, recordando a nuestra buena secretaria Jazmín.
Sé que la señora ochentera tiene desde que Lennox padre estaba a cargo, pero era la única que nos soportaba y no ponía caras raras cuando nosotros nos salíamos de tono.
—Sí, quiere pasar tiempo con su primer nieto, Balthazar no vio ningún problema— me dijo revisando su celular sin darle importancia a lo que le decía.
—Nadie nos soporta como ella, no quiero que se vaya— dije medio enfurruñado.
Éramos un grupo de CEO bastante desordenados, en el sentido de ser bromistas, de hecho, en nuestro piso solo podíamos estar nosotros por lo mismo, no era profesional gastarse bromas pesadas o gritarse o jugar a las luchas, pero nos gustaba para desestresarnos de tanto trabajo, era mejor estar solos en ese ultimo piso, y era mejor una secretaria que pudiera llevarnos el ritmo, Jazmín era perfecta, parecía una abuela adorable, pero era verdad que se había ganado su jubilación hace unos cinco años atrás, pero ella no quería irse aun y nosotros tampoco queríamos que se fuera, Jazmín lleva trabajando para la presidencia desde que se graduó hace ya años de eso.
—Yo debo encargarme de eso con Camilo— dijo Elliot dejando el celular en la mesa— buscamos chicas jóvenes e inteligentes que puedan tolerar a cuatro atolondrados CEO’S y que de paso pueda con el ritmo de nuestro trabajo, nadie menos de treinta años nos soportaría— concluye diligentemente Elliot.
—Bueno, me cuentas que tal les fue eligiendo secretaria nueva— le dije viendo a Ana aparecer por el rabillo de mi ojo.
Esta vez estaba sola, no recuerdo mucho quien la acompañaba el día anterior porque solo tenía ojos para ella, aunque o lo admitiré e voz alta ni drogado.
JazzielNo me terminaba de acostumbrar que Iliana estuviera de vuelta en el grupo como cuando éramos niños o en la universidad. Eran cosas que me hacía creer fervientemente que desperté en otro universo paralelo.Estábamos sentados a la mesa en un almuerzo de despida para que Balth y Cassy se fueran a su luna de miel y, fue ameno y tranquilo, Iliana de nuevo hizo como si yo no existiera para ella está vez vino sola, la niña con la que medio la vi ayer no la acompaña hoy y supongo que era la hija de alguna amiga, sé que ella tiene una media hermana, pero no le gusta hablar de eso y no sé si es su sobrina.—Tenemos un anuncio —dijo Balth poniéndose de pie y ayudando a su recién estrenada esposa a ponerse de pie.—¿Eres gay? —pregunta Elliot con la mano en el corazón.—Ya quisieras tú, querido —se burla el susodicho y todos reímos— bien, a lo que iba. Quería anunciarles que ¡vamos a ser papás!—¡Oh por Dios! —se levanta la amiga de Cassy y los abraza.—Felicidades —fue un coro de felici
JazzielEstoy sentado en mi escritorio revisando el último proyecto, he trabajado con los ingenieros y estamos entusiasmados con el nuevo modelo de alarmas para negocios y casas.Mi hermana decide ese momento llamarme a mi teléfono personal, estoy tentado a no contestar, pero igual lo hago por si algo le pasa a mi sobrina Nikki.—Hola, hermanito ¿estás desocupado, necesito hablar contigo? —me pregunta sin rodeos.—Jessamine, estoy bien, buenos días ¿cómo va tu vida? —respondí de manera acida, dejando de lado lo que tenía en mis manos.—Es urgente y no estoy para bromitas —la escuchaba bastante sería.Mi hermana es menor que yo por tres años, siempre ha sido la más relajada y responsable, es una liga loca entre mis padres, yo por otro lado soy más o menos parecido a ella, fiestero responsable.—Está bien… ¿qué sucede? —aclaré mi garganta— ¿mamá y papá…?—Están bien, mira estoy cerca de tu trabajo, ¿por qué no mejor nos tomamos un café? —me propone.—Bien, te espero en la cafetería de e
IlianaDos semanas antes.Llego a mi turno como todas las mañanas y me voy directa a mi consultorio, mi enfermera, Trudy me recibe con una cálida sonrisa que yo le correspondo.—Ya llegó su cita de las ocho, doctora —me avisa— Samanta estaba asustada porque usted no viniera hoy. Aunque le aseguré que usted jamás dejaría a sus pacientes.—Gracias, Trudy ya la atiendo —y entré a mi espacio Zen.Me gustaba estar en el hospital, era bastante tranquilo, por ser un pueblo. Pero a veces solo los turistas tienen sus accidentes.Me puse mi bata médica e hice pasar a la primera paciente del día con una sonrisa. A eso del mediodía cuando estaba a punto de irme a descansar un poco a la cafetería y comer un sándwich o comer cualquier otra cosa. Alguien tocó mi puerta.—Pase —contesté al llamado en mi puerta, pensando que podía ser una emergencia de alguna de mis pacientes.Se asomó una cabellera rojiza, era el doctor Alexander Grantham, tenía una sonrisa juguetona bastante contagiosa cuando me vio
JazzielVine a ver Fred para coordinar las bebidas y la música para la boda de Balthazar, queríamos que todo fuera perfecto para nuestro amigo así que en vez de entrar por la puerta delantera me fui por la de emergencia, unos chicos estaban fumando mientras hablaban y reían.—Buenas noches, entraré a darle una sorpresa a mi amigo, guárdenme el secreto.—Te guardo lo que quieras, rubio —me responde una chica con el cabello tan oscuro como la noche.Le guiñé el ojo izquierdo y entré, con una sonrisa pícara en los labios.—Eso tal vez se dañe —dije muy serio señalando el plato que mi amigo preparaba.Fred se giró y me miró asombrado.Él no lo decía, pero lo único que lo relajaba de ser quien es, era la cocina y su adorable esposa.—¡Hermano! —exclama alegre de verme, dejando la paleta de madera en la encimera de la cocina industrial.Todos dejaron de cocinar para mirar nuestra interacción.—¿Cómo ha ido estos días? —pregunté luego de abrazarlo— ¿La luna de miel?—Estuvo grandiosa, regres
6- Jazziel Actualidad Cada vez que pienso en la visita de mi hermana, siento un latente dolor detrás de mis ojos, es como una migraña en constante amenaza por crecer. —Me puedes explicar ¿qué diantres te pasa? —me pregunta Elliot entrando a mi oficina. —Nada —suspire soltando el bolígrafo que tenía en mis manos. ¿A quién engañaba? Estaba leyendo la misma hoja del contrato desde hace media hora, sentía que la cabeza me iba a explotar en cualquier momento. —No eres mujer, no te vas a librar con un simple “nada” —se queja mi mejor amigo. Suspiré y lo miré a los ojos un momento tratando de poner en orden mis ideas. —Tengo un hijo —solté, esperé a ver si reacción y solo buscó la silla frente a él para sentarse. —¿Cómo? —pregunta demasiado sorprendido. —Creo que ya sabes cómo se hacen los bebés, no tengo porqué explicarte cómo se hacen o decirte el cuento de la abejita y la flor —me burlé. —No seas pendejo —soltó con un bufido— ¿Cómo es posible que tengas un hijo, zopenco? Eres e
7 ElliotSalir de la oficina de Jazziel me dejó más confundido que cuando entré a preguntar que le sucedía, parecía que se le venía el mundo encima a mi mejor amigo.Caminé por el corto pasillo hasta llegar a mi oficina cuando me aborda la nueva secretaría con documentos en la mano.—Talia, ¿qué necesitas? —le pregunté amable, antes de que me dijera algo.El puesto que le dimos solo era temporal, queríamos ver si se adaptaba al ritmo o si era remotamente buena como decía su currículo, también tenemos que ver si no la espantamos con nuestras bromas.—Necesito su firma en este documento, doctor —me dice la mujer con un poco de vergüenza, mirando a cualquier lado menos a mí.—Gracias, déjame revisarlo rápido —le comento, mientras entro en mi oficina con ella pisándome los talones.—Sí, doctor —responde eficiente como siempre.Es una chica simpática, su síntesis curricular era impecable y por eso la contraté, también porque no se viste vulgar, esta centrada en su trabajo y no deja que nue
JazzielLlegué a Inverness pocos días después de hablar con Balth y fui a la dirección que aparecía en la tarjeta de crédito.Era muy temprano, tal vez estén durmiendo o no estén.Toqué la puerta un par de veces y esperé con poca paciencia, cuando una niña me abrió la puerta, tenía unos cascos puestos mientras balanceaba la cabeza de un lado a otro escuchando música, al verme en su puerta se veía bastante sorprendida, pero nada más.—Buenos días —fue lo único que atiné a decir.—¿Vendes biblias o algo? —pregunta de forma directa— ya tenemos una, no necesitamos nada más.Sus enormes ojos azules de bebé me tenían un tanto hipnotizado, ojos tan parecidos a…—¿Quien es, niña? —preguntan a lo lejos— debes preguntar, hija —escuché su voz a lo lejos y mi corazón se disparó alocado en mi pecho.La niña frente a mí, a duras pena llegaba a mi pecho, tenía un lindo vestido amarillo, con botas negras y una chaqueta de jean, se veía inocente y relajada. Ajena a los problemas de adultos que tienen
IlianaBoda BalthSemanas antesEstoy muy contenta por mis amigos en serio que sí, pero luego siento en mi estómago al revés al ver a Jazziel.Él era demasiado para tolerar, así que traté de pasar toda la noche lo máximo posible fuera de su alcance, era lo mejor que podía hacer y sin embargo a veces sentía que quería hablar con él, pero ya me rechazó una vez y no lo va a volver a hacer, ya no creo en esa cara de santurrón.Cuando es hora de irme, luego de ese catastrófico baile y el error que tuvimos en la cocina, eso no debería suceder de nuevo y decido buscar a Dalilah para irnos, no quería traerla, pero siempre la tengo un poco aislada del mundo y no me parece justo.Dalilah es una linda señorita de diez años, casi once y es muy perspicaz, inteligente y audaz.—Nena, Vámonos —llegué hasta donde estaba con su amiga Teresa.Teresa y Dalilah iban juntas a todos lados y a mí no me molesta, después de todo es una boda y sabía que podía aburrirse entre tanto adulto.—¿Con quien bailabas