—Y nosotros sabemos que eso no es así… al menos no es el alfa que nosotros conocemos— digo triste. Xavier era un hombre tan bueno, me había ayudado, había estado a nuestro lado como uno más de la manada. Sabía que era un hombre fuerte, de una manada poderosa. Yo rogaba todas las noches de que cons
Sebastián Meses después —¡Henry, Mariela!— veía a mi mate contenta recibiéndolos con besos. Siempre era una fiesta cuando todos nos reencontrábamos, pero ahora ellos volvían con Mariela embarazada que caminaba con dificultad. —¡Ahora pronto Nathan vas a tener con quién jugar! ¡Y tienen que con
—Pues… ¿Qué te parece si haces dormir a nuestro pequeño y precioso alfa… y yo te espero aquí… con mucho más de esto?— dice ella pasando sus manos por mi pecho y yo la beso contra la cama, apretando su trasero y escuchando sus suaves gemidos. —Demonios… realmente eres mi perdición…— digo jadeando.
Tatiana —Ella es solo una débil humana, alguien más de quien preocuparse y que no pueda defenderse— —Es solo alguien más que mantener—yo los escuchaba decir. —¡Solo mira como está!— Y así había sido toda mi vida. Era solo una humana entre hombres lobos, unos que odiaban especialmente a los hum
Tatiana Habían pasado ya muchos años, había luchado por sobrevivir, y luego de mucho esfuerzo, yo ahora vivía sola en una pequeña casa, a y trabajaba en el único restaurante de este pequeño pueblo. —¡Tatiana, menos mal que te encuentro! Tenemos estas semanas una reunión muy importante de varios em
Tatiana Sebastián lucía desesperado, tenía el cabello despeinado como si se hubiese pasado la mano varias veces por su cabeza, y notaba que tenía los ojos casi desorbitados viéndome. Yo empecé a dar varios pasos hacia atrás, mientras él avanzaba hacia mí. No sabía qué hacer, podía escucharlo resp
Tatiana —¿Te vas a tu casa?— me preguntó de repente, acercándose. ¿Y qué demonios le importaba a él? —Sí... — dije retomando mi camino y alejándome de él lo más rápido que podía. Pero en segundos estaba a mi lado. —¿Quieres que te acompañe? Es solo el camino…— preguntó y me quedé perpleja. —E
Tatiana Habíamos pasado una mañana y una tarde muy feliz entre los tres, viendo películas y recordando buenos momentos, pero mientras se acercaba la hora de mi cita, mis hermanos se ponían cada vez más extraños. Ellos conocían a Andrés, era un chico común, pero que a mí me parecía muy atractivo y