Hola a todos! ¿Qué les parece este capítulo? Se nos puso romántico el Alfa, y parece que sus palabras tuvieron efecto. Estamos en la recta final! Bso Kika
Sebastián Me había atrevido a hablar, y a decir mis sentimientos, como nunca había hecho. A Los alfa no se nos enseñaba a hablar con nuestro corazón, eran cosas de tontos. Mi padre jamás lo había hecho, pero el mundo estaba cambiando y supongo que yo también. Sin duda tenía que haberlo hecho ante
Marco había perdido su gran ventaja, y peor aún la confianza de todos los lobos, y él lo sabía. Lo tenían totalmente rodeado los lobos salvajes, completamente sometido, algunos mordían sus brazos y otros sus piernas, estaba en mis manos. —¡No se dejen engañar! ¡Es una humana, la peor de su clase! ¡
Sebastián Era inevitable no inclinarse ante él, su aura y su fuerza eran formidables, a nadie le quedaba dudas de que él era uno de los primeros lobos que alguna vez pisaron la tierra. Alaric se aproximaba a nosotros vestido de guerrero con telas finas y armaduras de plata, y el cabello largo y lo
—Ustedes… ¡Ustedes destruyeron mi bar! ¡Nos engañaron!— grita Tomás. —Así que lo reconoces…nunca nadie confesó algo tan espantoso frente al rey de todos los lobos — dice el rey. —Yo… no no el rey no es de verdad… es un mito… es mentira es…— dice temblando y pensando en huir. En cuestión de segu
Tatiana —¿De verdad todo ha terminado?— le pregunto mientras él me lleva cargando fuera de donde había sucedido la batalla. Dejamos atrás humo y fuego de los soldados borrando los vestigios de lo que sucedió hace poco. —Ha terminado, te lo prometo mi mate…— dice Sebastián sujetándome con fuerza.
—Gracias por volver a ayudarnos... te debemos tanto... —digo yo abrazándolo, aun cuando Sebastián ruge, parece tremendamente molesto de que yo esté en brazos de otro hombre. —Quisiera presentarle a algunos amigos que quieren conocerla, ellos son Leonardo y Andrea, de la manada Sombra de la Noche—
Tatiana —Bueno, definitivamente nuestra Luna está embarazada y todo marcha muy bien. Ella es una mujer fuerte y estoy segura de que nos va a dar un heredero maravilloso— decía el doctor contento, mientras Sebastián me llenaba de besos. —Un hijo tuyo y mio… mi preciosa mate— decía el feliz. —Do
—¡Su Majestad ruego clemencia! ¡Es lo único que me queda de mi familia! ¡No puedo perderlo!— decía ella angustiada. Sebastián gruñía así como todos en la sala. —Parece que nadie apoya que ella se quede con la manada. Y yo comparto esa idea, pero tampoco quiero dejar Razzio a su suerte— dice el rey