Hola a todos! ¡Nos acercamos al final! Pero aún nos quedan capítulos para ver cómo quedan algunos de nuestros personajes. ¡Gracias por el apoyo! Bso Kika
Tatiana —¿De verdad todo ha terminado?— le pregunto mientras él me lleva cargando fuera de donde había sucedido la batalla. Dejamos atrás humo y fuego de los soldados borrando los vestigios de lo que sucedió hace poco. —Ha terminado, te lo prometo mi mate…— dice Sebastián sujetándome con fuerza.
—Gracias por volver a ayudarnos... te debemos tanto... —digo yo abrazándolo, aun cuando Sebastián ruge, parece tremendamente molesto de que yo esté en brazos de otro hombre. —Quisiera presentarle a algunos amigos que quieren conocerla, ellos son Leonardo y Andrea, de la manada Sombra de la Noche—
Tatiana —Bueno, definitivamente nuestra Luna está embarazada y todo marcha muy bien. Ella es una mujer fuerte y estoy segura de que nos va a dar un heredero maravilloso— decía el doctor contento, mientras Sebastián me llenaba de besos. —Un hijo tuyo y mio… mi preciosa mate— decía el feliz. —Do
—¡Su Majestad ruego clemencia! ¡Es lo único que me queda de mi familia! ¡No puedo perderlo!— decía ella angustiada. Sebastián gruñía así como todos en la sala. —Parece que nadie apoya que ella se quede con la manada. Y yo comparto esa idea, pero tampoco quiero dejar Razzio a su suerte— dice el rey
Tatiana Habían sido días de muchas preparaciones, y estaba segura de que si fuera por luna Nancy, la ceremonia hubiese sido en un par de meses. Ella quería que todo estuviera perfecto y junto con mis hermanos y mis amigos, se había abocado a arreglar todos los detalles para hacer lo que ella llama
—Gracias mate... y muchas gracias amigos. Mi madre tuvo una vida dura, pero... creo que finalmente en este lugar encontró la paz... —digo viendo el pequeño espacio, detallando las flores y el canto de los pájaros. Sí, realmente era un lugar hermoso. —Salvó a su querida hija... estoy seguro de que
Sebastián Cuando vi a mi mate caminar hacia mí, me sentí en el cielo. Nadie me había preparado para este momento. Yo siempre soñé con conseguir a mi mate destinada, aun cuando sabía que era difícil, y por un momento pensé que iba a ser cualquier chica que fuera de una buena manada y nos trajera be
—Sebastián... puedo escucharlos— dice ella sonriente y yo le hablo a través de mi mente. —¿Puedes escucharme?— pregunto y ella sonríe. —¡Puedo escucharte! —responde y yo la beso, la beso como si estuviéramos solos bailando en el medio de nuestra casa del árbol, o si estuviéramos bañándonos en el