Fabrizio —Vampiro… nos encontramos de nuevo— —Su alteza…— digo inclinándome. Venía rodeado de guerreros. —Todos estos lobos…vienen contigo— dice Alaric mirando a mi alrededor. —Buscan ayuda señor, la guerra se avecina, Razzio está desbordado…la batalla es inminente, ya debe haber comenzado— le
—Muy bien pensado. Marco… no dejaría a su mate tan lejos…— digo. —Pero…ella no se encuentra bien... hemos estado horas intentando comunicarnos con ella...— dice Martín susurrando. —Yo creo poder ayudar en eso...— digo y me acerco a la muchacha con mucha calma. —Paola... sabemos que te han hech
Sebastián Fabrizio y sus amigos nos habían dado fuerzas y nuestros enemigos se fueron replegando. Yo iba a pelear con Xavier, se necesitaba un alfa para combatir a otro, y me fui hasta donde se concentraba lo que parecía ser la última etapa de esta batalla. —Ningún Alfa se siente orgulloso de aca
—No saldrás de aquí Marco… hemos venido a proteger a nuestra Luna— dice David y los lobos gruñen. —¡Bestias! ¿Qué demonios hacen aquí? ¡Mátenlos!— decía Marco con su comitiva mientras los animales y mi beta no daban un paso atrás. Él estaba acorralado y era y cuando él podía hacer más peligroso. —
Tatiana Lo que pedía Marco era complicado, y él lo sabía. Los alfas siempre presentaban a sus Lunas con orgullo y era una celebración… pero mi caso era extraño y escandaloso, por decir algo. El desgraciado de Marco tenía razón, nunca había existido una Luna humana, ni siquiera Fabrizio, que había
Yo recuerdo esos momentos y siento un dolor en mi pecho. Habíamos pasado tanto, recuerdo sus miradas, su molestia, su negación. No sabía como acercarse a mí. —Es cierto lo que dicen, el mundo realmente se detiene cuando ves a tu mate y yo no pude negarme. Desde el momento en que la toqué... fui com
Sebastián Me había atrevido a hablar, y a decir mis sentimientos, como nunca había hecho. A Los alfa no se nos enseñaba a hablar con nuestro corazón, eran cosas de tontos. Mi padre jamás lo había hecho, pero el mundo estaba cambiando y supongo que yo también. Sin duda tenía que haberlo hecho ante
Marco había perdido su gran ventaja, y peor aún la confianza de todos los lobos, y él lo sabía. Lo tenían totalmente rodeado los lobos salvajes, completamente sometido, algunos mordían sus brazos y otros sus piernas, estaba en mis manos. —¡No se dejen engañar! ¡Es una humana, la peor de su clase! ¡