Rob no entendía a Evangelina.A veces, sentía que ella de verdad lo quería y otras que en realidad solo lo había aceptado por la seguridad que podía darle. Había regresado con ese malestar interno y la desconfianza cada vez llenándolo más, por eso no pudo evitar salir del coche y alejarse de ella en cuanto llegaron.No la miró al darle la espalda e ir a buscar a Harrison, porque si lo hacía él sería tan estúpido de pedirle perdón hasta por existir. Esa mujer lo estaba haciendo un pelele y todavía no estaban ni casados.Se sentía inseguro, por primera vez en su vida así era. La inseguridad se lo estaba comiendo vivo y no por las cosas que ella decía, más bien por todo lo que callaba. Rob sentía que no era sincera con él, que no confiaba y no lo entendía.Había visto las cicatrices en su cuerpo por más que no hubiera dicho nada. No quería incomodarla y esperaba con paciencia a que ella se sincerara, pero nunca lo hacía.Él no había hecho otra cosa que intentar que ella fuera feliz, pero
Eve no podía creer lo que estaba viendo. ¡Ese hombre estaba loco! ¿En qué se suponía que estaba pensando cuando decidió subirse a ese caballo? Él no tenía la menor idea de domar a uno, era un hombre de ciudad, un empresario no un vaquero. Por primera vez, Eve pensó en que esa maldición que decía tener era real y en algún punto de la vida lo hacía volverse loco y realizar actividades que ponían en serio peligro su vida. Porque no veía otra explicación para aquel comportamiento temerario. Todo ocurrió tan rápido, las empleadas comenzaron a suspirar a su alrededor viendo los músculos de su prometido. Era todo un espectáculo para la vista, si no estuviera tan preocupada quizá ella misma habría podido unirse al coro de suspiros. No importaba si lo tenía cada noche entre sus brazos, todavía le parecía un sueño del que despertaría en algún momento. Eve sintió deseos de saltar sobre ellas y sacarle los ojos para que dejaran de mirar… pero después todo se descontroló. Los gritos, las expr
A Eve escuchar la voz de Rob le produjo una gran alegría, pero esa euforia se convirtió en ansiedad en cuanto escuchó lo que dijo. Había cometido un terrible error, su hijo siempre se calmaba cuando le cantaba, pero nunca contó con que Rob se despertaría y la reconocería solo por eso.—Papá —dijo su hijo y señaló hacia la cama.—Sí, hijo —murmuró sin aliento y con el terror apropiándose de ella—. Papá parece que está mejor.Aquello era una pequeña mentira piadosa, él había vuelto a perder el conocimiento. No sabía si en realidad estaba mejor, pero que tuviera la fuerza para despertar a pesar de todos los medicamentos que el doctor le había dado, era una buena señal.La única buena señal, porque no tenía la menor idea de qué hacer si cuando Rob despertara recordaba lo que había dicho.En ese momento, Harrison entró en la habitación.—Eve, si quieres puedes ir a descansar un rato con Mathew, yo me quedaré con Rob. No te preocupes que si ocurre algo pediré que te avisen enseguida.Ella n
—Muy bien, Eve, ya estamos solos. Ahora deja de llorar y cuéntame lo que ha ocurrido —le exigió Billy después de que pasara más de cinco minutos llorando sin poder contenerse.Ella sabía bien lo que era sentir miedo, pero aquel terror que sentía en ese momento era diferente a temer por su vida. Era un pánico absoluto a que Rob la dejara ahora que sabía la verdad.—Si me marcho él no podrá dejarme, ¿sabes? Porque ahora que recordó todo y querrá saber por qué no le dije… —De pronto, una terrible idea se cruzó por su mente—. ¡Le diré que estaba tan ebria que tampoco lo recuerdo!Billy se cubrió el rostro con las manos y terminó por poner la cara sobre el volante.Se veía frustrado y más cuando su puño golpeó la zona de claxon y el sonido irritante la hizo chocar contra la puerta.—No quise asustarte —murmuró el vaquero—. ¡Pero es que me frustras más que Samanta que ya es decir mucho! No puedes cubrir una mentira con otra mentira, Eve. Y menos con el hombre con el que te vas a casar.—Con
—Sí, tenemos que hablar. Ya le dije a Harrison que organice nuestra boda así como quieres, íntima, aquí en la hacienda y a ser posible para mañana. Yo me presentaré así sea con muletas —se apresuró a decir Rob antes de que ella dijera algo que no quisiera escuchar.Él tendría que haberse callado lo que había descubierto, estaba casi seguro de que aquello era un recuerdo y no una alucinación de su mente, pero aunque fuera un recuerdo, le aterraba saber la verdad.Quizá se estaba comportando como un egoísta que quería casarse cuanto antes con tal de amarrarla a él y que no pudiera escapar de nuevo corriendo. En cuanto salió de la casa los empleados llegaron a avisarlo y a contarle que Eve se había marchado con Billy.Al menos en eso, le veía las ventajas a ese pueblo, la gente de allí era rápida para hacer correr las noticias.Estuvo a punto de salir de la cama, pero cuando le dijeron que Mathew se había quedado en la casa se tranquilizó, aunque fuera solo un poco. Lo suficiente como pa
¿Qué había dicho mal? ¿No era eso lo que ella quería oír?Rob no comprendía nada, ya no estaba seguro de sí ella quería dejarlo por Billy, si quería confesarle lo de su falsa identidad, o si simplemente estaba buscando una excusa para anular el compromiso.Él ya no estaba seguro de nada, pero aun así intentó abrazarla, pero ella lo detuvo colocándole la mano en el pecho.Que no le permitiera acercarse le provocó un dolor intenso.—Eso es lo que más miedo me da—dijo ella con la voz rota—. Que llegue el momento en el que debas hacer algo así y si llega a suceder quiero que te lleves a Mathew, lo ocultes y te olvides de mí. No quiero que me protejas, a mí no, yo asumiré las consecuencias y todo estará bien si los dos pueden continuar su vida.Rob sintió que sus neuronas no debieron sobrevivir al accidente porque no comprendía nada.¿De qué demonios estaba hablando? Ahora no quería que la protegiera, pero bien que buscaba a Billy para que lo hiciera.Hasta que ató cabos y dijo:—¿Lo que m
—¡Dijiste que ella no iba a contarte! —se quejó Harrison cuando le pidió centrar la investigación en el exmarido de Eve y no en ella—. ¡¿No podías haberle preguntado antes?! Solo me haces trabajar por amor al arte. Ya tengo a todo el mundo centrado en tu prometida.—Te pago para que trabajes, así que no te quejes y mejor ponte manos a la obra para que pueda saber lo más posible sobre ese hombre. También quiero a Eve y a Mathew todo el tiempo vigilados, no escatimes en seguridad. Que no respiren sin que haya alguien vigilándolos todo el tiempo.Quizá estaba un poco paranoico. Eve se las había apañado muy bien esos dos últimos años sola, pero él tenía un plan.No iba a permitir que su futura esposa viviera con miedo, si para que ella pudiera vivir en paz tenía que ayudar a atrapar a ese hombre lo haría.—Rob, ese hombre no es un delincuente cualquiera, es uno de los narcotraficantes más buscados y si antes te dije que eso de la maldición de los Ellison es una tontería, ahora te digo que
Por unos momentos las nubes grises que parecían amenazar con una tormenta se habían disipado y los suaves rayos del sol del atardecer cayeron sobre sus cabezas. Todo estaba preparado, Rob al pasar por su lado le pellizcó el trasero y le guiñó un ojo antes de irse a posicionar a su lugar.Al parecer eso de ver a la novia antes de la boda a él poco le importaba, porque había dejado muy claro que no quería perderla de vista ni un solo segundo.Mathew estaba a su lado, su hijito vestía igual a su padre, parecía un pequeño hombrecito elegante y llevaba sobre un cojín negro las alianzas de boda.—Vamos, peque, sin esos anillos mamá y papá no podrán casarse. Tú eres el superhéroe de este día —le susurró Adeline a su hijo que se veía algo nervioso por tener a tantos desconocidos a su alrededor.—Pero si no quieres hacerlo no pasa nada —se apresuró a decir Eve, pero su hijo la miró por unos segundos, asintió con la cabeza muy serio y solo dijo:—Puedo.El sol comenzaba a descender en el horizo