A Eve escuchar la voz de Rob le produjo una gran alegría, pero esa euforia se convirtió en ansiedad en cuanto escuchó lo que dijo. Había cometido un terrible error, su hijo siempre se calmaba cuando le cantaba, pero nunca contó con que Rob se despertaría y la reconocería solo por eso.—Papá —dijo su hijo y señaló hacia la cama.—Sí, hijo —murmuró sin aliento y con el terror apropiándose de ella—. Papá parece que está mejor.Aquello era una pequeña mentira piadosa, él había vuelto a perder el conocimiento. No sabía si en realidad estaba mejor, pero que tuviera la fuerza para despertar a pesar de todos los medicamentos que el doctor le había dado, era una buena señal.La única buena señal, porque no tenía la menor idea de qué hacer si cuando Rob despertara recordaba lo que había dicho.En ese momento, Harrison entró en la habitación.—Eve, si quieres puedes ir a descansar un rato con Mathew, yo me quedaré con Rob. No te preocupes que si ocurre algo pediré que te avisen enseguida.Ella n
—Muy bien, Eve, ya estamos solos. Ahora deja de llorar y cuéntame lo que ha ocurrido —le exigió Billy después de que pasara más de cinco minutos llorando sin poder contenerse.Ella sabía bien lo que era sentir miedo, pero aquel terror que sentía en ese momento era diferente a temer por su vida. Era un pánico absoluto a que Rob la dejara ahora que sabía la verdad.—Si me marcho él no podrá dejarme, ¿sabes? Porque ahora que recordó todo y querrá saber por qué no le dije… —De pronto, una terrible idea se cruzó por su mente—. ¡Le diré que estaba tan ebria que tampoco lo recuerdo!Billy se cubrió el rostro con las manos y terminó por poner la cara sobre el volante.Se veía frustrado y más cuando su puño golpeó la zona de claxon y el sonido irritante la hizo chocar contra la puerta.—No quise asustarte —murmuró el vaquero—. ¡Pero es que me frustras más que Samanta que ya es decir mucho! No puedes cubrir una mentira con otra mentira, Eve. Y menos con el hombre con el que te vas a casar.—Con
—Sí, tenemos que hablar. Ya le dije a Harrison que organice nuestra boda así como quieres, íntima, aquí en la hacienda y a ser posible para mañana. Yo me presentaré así sea con muletas —se apresuró a decir Rob antes de que ella dijera algo que no quisiera escuchar.Él tendría que haberse callado lo que había descubierto, estaba casi seguro de que aquello era un recuerdo y no una alucinación de su mente, pero aunque fuera un recuerdo, le aterraba saber la verdad.Quizá se estaba comportando como un egoísta que quería casarse cuanto antes con tal de amarrarla a él y que no pudiera escapar de nuevo corriendo. En cuanto salió de la casa los empleados llegaron a avisarlo y a contarle que Eve se había marchado con Billy.Al menos en eso, le veía las ventajas a ese pueblo, la gente de allí era rápida para hacer correr las noticias.Estuvo a punto de salir de la cama, pero cuando le dijeron que Mathew se había quedado en la casa se tranquilizó, aunque fuera solo un poco. Lo suficiente como pa
¿Qué había dicho mal? ¿No era eso lo que ella quería oír?Rob no comprendía nada, ya no estaba seguro de sí ella quería dejarlo por Billy, si quería confesarle lo de su falsa identidad, o si simplemente estaba buscando una excusa para anular el compromiso.Él ya no estaba seguro de nada, pero aun así intentó abrazarla, pero ella lo detuvo colocándole la mano en el pecho.Que no le permitiera acercarse le provocó un dolor intenso.—Eso es lo que más miedo me da—dijo ella con la voz rota—. Que llegue el momento en el que debas hacer algo así y si llega a suceder quiero que te lleves a Mathew, lo ocultes y te olvides de mí. No quiero que me protejas, a mí no, yo asumiré las consecuencias y todo estará bien si los dos pueden continuar su vida.Rob sintió que sus neuronas no debieron sobrevivir al accidente porque no comprendía nada.¿De qué demonios estaba hablando? Ahora no quería que la protegiera, pero bien que buscaba a Billy para que lo hiciera.Hasta que ató cabos y dijo:—¿Lo que m
—¡Dijiste que ella no iba a contarte! —se quejó Harrison cuando le pidió centrar la investigación en el exmarido de Eve y no en ella—. ¡¿No podías haberle preguntado antes?! Solo me haces trabajar por amor al arte. Ya tengo a todo el mundo centrado en tu prometida.—Te pago para que trabajes, así que no te quejes y mejor ponte manos a la obra para que pueda saber lo más posible sobre ese hombre. También quiero a Eve y a Mathew todo el tiempo vigilados, no escatimes en seguridad. Que no respiren sin que haya alguien vigilándolos todo el tiempo.Quizá estaba un poco paranoico. Eve se las había apañado muy bien esos dos últimos años sola, pero él tenía un plan.No iba a permitir que su futura esposa viviera con miedo, si para que ella pudiera vivir en paz tenía que ayudar a atrapar a ese hombre lo haría.—Rob, ese hombre no es un delincuente cualquiera, es uno de los narcotraficantes más buscados y si antes te dije que eso de la maldición de los Ellison es una tontería, ahora te digo que
Por unos momentos las nubes grises que parecían amenazar con una tormenta se habían disipado y los suaves rayos del sol del atardecer cayeron sobre sus cabezas. Todo estaba preparado, Rob al pasar por su lado le pellizcó el trasero y le guiñó un ojo antes de irse a posicionar a su lugar.Al parecer eso de ver a la novia antes de la boda a él poco le importaba, porque había dejado muy claro que no quería perderla de vista ni un solo segundo.Mathew estaba a su lado, su hijito vestía igual a su padre, parecía un pequeño hombrecito elegante y llevaba sobre un cojín negro las alianzas de boda.—Vamos, peque, sin esos anillos mamá y papá no podrán casarse. Tú eres el superhéroe de este día —le susurró Adeline a su hijo que se veía algo nervioso por tener a tantos desconocidos a su alrededor.—Pero si no quieres hacerlo no pasa nada —se apresuró a decir Eve, pero su hijo la miró por unos segundos, asintió con la cabeza muy serio y solo dijo:—Puedo.El sol comenzaba a descender en el horizo
La devastación que dejó tras de sí el feroz tornado era desgarradora.Casas reducidas a escombros, árboles arrancados de raíz, vehículos destrozados y un paisaje que parecía haber sido arrasado por un monstruo invisible.A ella no le había tocado sufrir algo así en su corto tiempo viviendo en Kansas, pero las personas que residían allí veían todo aquello como algo común. En aquel momento le había tocado a Attica y para aumentar más los rumores sobre esa odiosa maldición, de nuevo los mayores daños se los llevó la propiedad de Billy y no solo eso, otra vez había perdido a un ser querido.Todos se unieron a dar su apoyo al vaquero y lo ayudaron para que, cuanto antes, se pudiera celebrar la ceremonia de despedida de Samanta.Por una vez, el pueblo pareció unirse para ayudar y no para criticar a las espaldas de los demás.Aunque los chismes no faltaban.Frases como: «Te dije que iba a quedar viudo de nuevo, por fin está desocupado para volver a casarse, o conmigo que no cuenten por más q
Eve sabía que Rob era un hombre muy importante, pero jamás pensó que tanto, el despliegue de seguridad que tenía a su alrededor era demasiado.Dudada que el mismo presidente del gobierno llevara tanta seguridad a su lado. En ese momento, comprendió por qué Adeline le dijo que ahora sí estaría protegida de verdad y no en Attica con sus pobres conocimientos de defensa.Su amiga y Lucas se habían negado a seguirla porque sus jefes le habían dejado claro que, desde que Eve saliera de Attica, ya no les correspondía a ellos velar por su seguridad, pero que siempre estarían para Mathew y para ella cuando los necesitara.Adeline le había ocultado información, estaba segura. Ella sabía algo que no le había dicho, pero no tuvo tiempo de seguir interrogándola. La vio hablar con Rob antes de que emprendieran el viaje, pero su esposo solo dijo que se estaban despidiendo.¿Despidiendo? Ella sabía lo que había visto, Adeline le había pasado un arma a escondidas y Rob la había guardado en el interior