En Grecia...Mis pasos retumban en el suelo pulido de la imponente sala de abogados. La atmósfera está llena de solemnidad, y mi ansiedad va en aumento a medida que me acerco al despacho del abogado. Un imponente retrato de mi abuelo cuelga en la pared, mirándome con ojos severos. Aquí estoy, Alexandros Kostas, un hombre de negocios griego, el heredero de un imperio empresarial que se extiende por dos continentes. Pero hoy, en esta sala, soy solo un nieto que enfrenta la voluntad de su abuelo fallecido.El abogado, un hombre de mediana edad con lentes de montura dorada y un traje perfectamente planchado, me recibe con un gesto serio.—Alexandros, te agradezco por venir. Como sabes, tu abuelo ha dejado instrucciones muy específicas en su testamento. Hay condiciones que debes cumplir para heredar su fortuna y tomar el control de la empresa familiar.Asiento con solemnidad, aunque ya estoy al tanto de las condiciones. Sé que debo mudarme a Chicago, tomar las riendas de la empresa, y lo m
Mi vuelo a Chicago es un interminable recordatorio de la decisión de mi abuelo, una decisión que amenaza con socavar mi vida. Soy Alexandros Kostas el CEO más poderoso de la industria, y he heredado un imperio construido con esfuerzo y determinación. Pero este imperio, que abarca desde la industria de la tecnología en Grecia hasta la sede en Estados Unidos, está en peligro debido a las condiciones de su testamento. Debo casarme y formar una familia, o todo lo que he trabajado por construir se perderá.Mis pensamientos se ven perturbados por el bullicio de la ciudad de Chicago. Estoy rodeado de rascacielos y luces parpadeantes que solo acentúan mi mal humor. Llegar a la sede estadounidense de la empresa es un mal necesario, pero me hace sentir atrapado.Decido aprovechar que llegué en la noche y hago una parada antes de encarar la cruda realidad de mi imperio tambaleante. Conozco un club nocturno en esta ciudad que siempre me ha servido para olvidar mis preocupaciones.Las luces de neó
La humillación de la noche anterior sigue ardiendo en mi mente como una herida abierta. Ese hombre, cuyo nombre ignoro, me ha dejado marcada con su desprecio. Me siento vulnerable, expuesta, pero tengo que recordar por qué he tomado esta decisión. Mi madre está enferma, sufre de un cáncer avanzado, y las facturas médicas se han vuelto una carga que apenas puedo soportar.Fue esa necesidad desesperada la que me llevó a buscar un segundo empleo en el club nocturno, donde Amapola se adueña de mí, dejando atrás a Emily. Amapola, el nombre que he elegido, tiene un significado especial. Era el nombre de las flores favoritas de mi padre, las mismas que adornaron su funeral. Amapolas rojas, con su fragancia embriagadora y su belleza efímera. Amapolas, como las que solía traer a casa para alegrar a mi madre. Es una forma de honrar su memoria mientras luchaba por salvar la vida de mi madre.Con la mente hecha un lío y el corazón adolorido por todos los problemas, llego a la empresa tratando de
Todo en esta empresa es un maldito desastre. No puedo creer que el abuelo haya dejado que una de las sedes de la empresa cayera tan bajo. Es que por Dios, se supone que somos los líderes mundiales en Tecnología, tenemos un apellido que cuidar. Los Kostas tenemos renombre mundial.Y mejor ni hablar del nivel tan bajo de los empleados que hacen parte de la InnovaTech, la maldita junta directiva parece sacada de un circo y si a eso le sumamos la inutil chica de archivo que me llevó los documentos, entonces puedo decir que estaba jodidoMis ojos se mueven con rapidez por los archivos que me llevaron mientras que la rabia se dispara en mi interior como si de un interruptor se tratara. No puedo creer que esta gente me crea tan estupido como para pensar que no se daría cuenta de los vacíos en el dinero..Hecho una furia camino hacia el maldito archivo, enfurecido por las innumerables incongruencias que he encontrado en los documentos financieros de la empresa, y dispuesto a buscar las cifras
El trayecto hasta el club se me ha hecho eterno, lo único que quiero es llegar y verla a ella. Es que no sé qué fue lo que esa endemoniada mujer me hizo, pero no he podido sacarmela de la cabeza.Ni siquiera con todos los problemas que tengo en la empresa, la amenaza del abogado y mi herencia tambaleando de un hilo, puedo dejar de pensar en Amapola. En la forma altiva y altanera en que me retó ni mucho menos en el hecho de que rechazó mi oferta.Por Dios, en Grecia las mujeres hacen fila para estar conmigo y aquí vengo y me encuentro con una mocosa oculta tras un antifaz que se atreve a decirme que no.Sin embargo, esa noche voy decidido a tenerla, pues tengo en mente una propuesta que sé que no va a poder rechazar.Al llegar camino entre el mar de hombres trajeados que ya están instalados viendo el espectáculo frente a sus ojos, hasta que consigo llegar a la mesa que he reservado con anticipación, justo enfrente de la tarima. Observo sin mucho interés a la rubia de grandes pechos que
Sucia. Así es como me siento mientras llego a casa. No puedo creer que haya siquiera considerado aceptar la oferta del prepotente y patán de mi jefe. Estoy segura que si él supiera que se trata de mi, ni siquiera me diera una segunda mirada. Dejando salir un suspiro ahogado, término de quitar mi maquillaje, luego desato la peluca de mi cabeza y finalmente me saco el pequeño vestuario que llevo puesto ese día y mientras hago cada una de estas cosas en lo único que puedo pensar es en todo lo que solucionaría con esos 2000 dolares. —No Emily, no pienses en eso— me digo, mientras me pongo de pie—Tú tienes principios, tú madre se moriría si se entera que te dejas comprar por un hombre— me repito. Sin embargo, el pensamiento no abandona mi mente durante la hora y medía que demoro en llegar a mi casa desde la prestigiosa zona norte donde se encuentra el club. Esa noche, tal como el resto en la última semana, la casita se siente sola y miserable, pues mi madre se encuentra internada en el
Toda la noche estuve pensando en dos cosas, la primera es que mi Amapola finalmente aceptó hacer el baile privado, yo sabía que ninguna mujer podía resistirse al dinero. Todas tienen un precio y decir que estoy emocionado y excitado de solo pensarlo es poco. Y la segunda es Emily Williams. Estuve debatiéndome entre si es o no es una buena idea hacerle la propuesta y al final me di cuenta que ese no es el punto. Lo importante aquí es que me estoy quedando sin tiempo. Tengo cuatro meses para presentarme en Grecia con una esposa o todo se habrá ido a la m****a. Por lo que en lugar de darle vueltas al asunto, me dediqué a estudiar de lleno el informe de la chica, ahí descubrí varias cosas interesantes. Para empezar que es más joven que yo, por seis años para ser exactos, pues yo tengo 29, pronto 30, y ella acaba de cumplir 23. Lo otro es que fue la mejor de su clase mientras estuvo en la universidad y luego abandonó el semestre cuando solo le faltaba poco más de medio año para termin
Estoy en Shock. La propuesta es tan inesperada que por un momento creo que Alexandros ha perdido la razón. —¿Casarme contigo? ¿Por un año? ¡Estás loco! —exclamo, mi voz temblorosa. Pero él no se inmuta. Sus ojos, inexpresivos, parecen buscar algo en los míos. Es entonces cuando menciona a mi madre, y la realidad golpea con fuerza. El dinero, la salud de mi madre... él sabe exactamente dónde duele. —No puedes... no puedo hacer eso. Es ridículo —respondo, pero la desesperación en mi interior me hace titubear. —Lo sé, Emily. Pero también sé que necesitas el dinero, y yo puedo dártelo. ¿Vas a dejar que tu orgullo te impida ayudar a tu madre? —me cuestiona, y sus palabras me golpean en lo más profundo. Mis manos tiemblan mientras intento procesar lo que está sucediendo. Esta oferta es como una cuerda en mi cuello, una que no puedo ignorar. —Si… Si llego a aceptar yo tendría condiciones y deben quedar por escritas en un contrato —digo, luchando por recuperar algo de control. Al escuch