Capítulo 2. Una Mujer decepcionada
— ¿Ya están comprometidos? ¿Tienen establecida fecha para la boda? ¿Qué hay de cierto sobre una fusión entre sus empresas familiares? Un zumbido sordo comenzó a resonar en sus oídos. Su mano apretó con fuerza el alfiler en forma de libélula, tanto así que este se soltó y siguió presionando, sin darse cuenta de que se le incrustaba en la piel, provocando que la sangre comenzara a brotar. La imagen de Michael, acompañado de esa mujer deslumbrante, la golpeó con fuerza. Mientras la multitud de periodistas rodeaba a la pareja, sus palabras resonaban en su mente como ecos de una pesadilla. La mujer, con su vestido ajustado y su risa encantadora, se veía tan bien a su lado. Michael, el hombre que amaba, estaba sumido en un torbellino de flashes y preguntas que esperaban una respuesta ansiosa. Alexandra se sintió invisible, como si su presencia no tuviera peso en ese momento. "¿Ya se comprometieron?" "¿Tienen planeada la fecha para la boda?" Las preguntas se repetían, cada una martillando en su mente. Había esperado este encuentro con ansias, pero la realidad que se presentaba ante ella era desgarradora. Algo iba mal, terriblemente mal. Al entender lo que ocurría, sintió que un intenso mareo se apoderaba de ella. Horrorizada ante la verdad que se abría paso en su mente, con el corazón en un puño, sintió ganas de huir. No quería escuchar la respuesta a esas preguntas. ¡Se negaba a escucharla! Debía ser un error, un malentendido. La rabia y la tristeza comenzaron a burbujear en su interior. Espero, sin perder la fe, un cambio en su relación. Se preguntó si debería haberle hecho las preguntas correctas antes, si debería haber sido más directa con él. Pero la idea de perderlo siempre había sido más aterradora que la posibilidad de enfrentarse a la verdad. Había tratado de tener paciencia frente a sus exigencias por mantener escondida su relación, lo atribuía a que él era extremadamente reservado. Sin embargo, el mantener todo oculto le producía cierto malestar. A él le encantaba el control, el orden y la disciplina. Gozaba siendo autosuficiente, como les ocurría a todos los hombres poderosos que creían tanto en su superioridad que convertían a quienes los rodeaban en marionetas. A pesar de que estaba convencida de que una vida entera no iba a ser suficiente, para acostumbrarse a estar sin él. No quería ser siempre el secreto mejor guardado de Michael. Deseaba casarse, tener hijos y crear el ambiente estable que tanto había ansiado tener de niña. Quería un hogar, niños mientras todavía era joven. Estaba decidida a que sus hijos tuvieran un padre y una madre cariñosos. ¡Debería ser un error! ¡Un horrible error! Michael era el hombre que amaba, su primer y único amor. Llevaban ya más de dos años juntos, y no podía permitir que todo lo que habían construido se desmoronara tan fácilmente. Era el único hombre que nunca la había mirado con burla. Michael no era un hombre de engaños y de doble cara. Creía conocerlo muy bien; a ella no podía engañarla. Silencio su mente, y espero a escuchar la respuesta de Michael. Michael se giró hacia los periodistas, una sonrisa radiante en su rostro que reflejaba la felicidad que sentía. Con confianza, tomó la mano de la mujer a su lado y la apretó suavemente, como si el mundo entero se hubiera desvanecido. —Sí, estamos comprometidos —anunció, su voz firme y clara—. Hemos establecido una fecha para la boda, y no podríamos estar más emocionados por el futuro que nos espera juntos. La multitud estalló en murmullos de sorpresa, pero él continuó, mirando a su prometida con ternura. —Ella es todo lo que siempre he querido. Su risa, su inteligencia y su pasión por la vida me han conquistado por completo. No solo es hermosa por fuera, sino que su corazón es aún más admirable. Estoy ansioso por construir unas vidas juntos, formar una familia y crear recuerdos inolvidables. Mientras hablaba, Michael sonreía. Él se giró hacia los periodistas, manteniendo su sonrisa radiante en su rostro, reflejando felicidad. La sonrisa se congeló en sus labios al reconocer en la distancia la figura inconfundible de Eleonor. Ella decidida se dirigió hasta él sosteniendo su mirada. Cuando estuvo frente a él. Le pregunto con los ojos llenos de lágrimas. — ¿Qué significa esto? ¿Te has comprometido?, Los periodistas giraron al escuchar la voz. Se pusieron alertas, ya que era posible que allí hubiera otra historia que no esperaban. Muchos de ellos, un poco más arriesgados, se decidieron a indagar. — ¿Señor Smith, Conoce a la señorita? ¿Podría decirnos quién es ella? —Michael, mi amor, parece que conoces a esta señorita —indicó la mujer con curiosidad, mirándola de arriba abajo con evidente antipatía. —Sí, Michael, respóndele ¿Tú, me conoces? Escuché a los periodistas decir que estaban comprometidos. ¿y yo? ¿Qué pasa conmigo? ¿Qué soy yo para ti? —le dijo Eleonor, su voz temblando con un dejo de ironía, aunque trato de no dejarse intimidar por él levantando la barbilla. Michael esta vez tuvo la delicadeza de parecer avergonzado, aunque esa expresión duró poco. —Luisa, ella es Eleonor, es diseñadora de modas. En realidad, nos conocemos desde hace poco tiempo. ¡No entiendo que es lo que te pasa Eleonor! Esas palabras lastimaron a Eleonor, como si cada una de ellas abriera una herida en su corazón. La verdad de su relación, reducida a que ella solo era una simple conocida, se sintió burlada, hasta tenia la desfachatez de parecer intrigado. Sintió que la desesperación se apoderaba de ella como un peso muerto, mientras su corazón seguía latiendo con fuerza contra sus costillas. Se sentía como si hubiera entrado en un sueño febril en el que nada tenía sentido. En ese momento, se dio cuenta de que su amor por Michael había sido un espejismo, y la decepción la envolvió como un manto pesado. — ¿Es eso lo que soy para ti? ¿Cierto?—preguntó, con la voz quebrada. Michael la fulminó con la mirada, sus ojos azules estaban fijos en ella, gélidos como el hielo, advirtiéndole que se quedara tranquila. El mensaje que había en los ojos era claro: «No hables. No causes problemas». Él no intentó justificar sus palabras. Ya hablaría con ella después y le explicaría. Sabía que ella entendería. Lo amaba mucho. Eleonor le dio un vuelco el corazón y se le pusieron sudorosas las manos, pero decidió que tampoco iba a humillarse formando un escándalo. Estaba consciente de que él no diría nada más, ya que eso destruiría su fachada, revelando su secreto oculto. La imagen de la futura esposa sonriendo a su lado la hacía sentir aún más desolada. ¿Por qué había tenido que ir allí? La rabia y la tristeza comenzaron a burbujear en su interior. Se giró y se alejó, buscando un lugar donde recuperar el aliento antes de hacer el ridículo ante toda esa gente. «Camina», se instó a sí misma, sintiendo que el pánico le subía a la garganta. Mientras caminaba, la tristeza se apoderó de ella, y se agachó, permitiéndose llorar, recostada de espaldas en una columna. Sentimientos de dolor la agobiaron, sintiendo miles de puñaladas en todo su cuerpo. Tendría que calmarse, tratar de salir de allí. Trato de respirar profundamente. Por fin había comprendido tantas cosas: sus ausencias, sus respuestas tan breves a las pocas llamadas que le hizo. Respiró hondo. ¿Otra mujer? Eso no se lo había esperado. No, no era posible. Si no hubiese notado cómo reaccionaba él al tocar su cuerpo, casi habría podido pensar… de pronto se dio cuenta de que ese maldito hombres se había burlado de ella sin ninguna compasión. — ¡Cómo me pudo hacer esto! ¿Por qué lo hizo?Capítulo 3 Un encuentro inesperado Al mismo tiempo, Luca caminaba en busca de su hija y su esposa en el aeropuerto mientras seguía amonestando su chofer. — ¿Eres un principiante o qué? Casi chocamos con ese automóvil en la carretera —Disculpe, señor, en verdad solo pensaba en que usted quería llegar a prisa. Fue un error de mi parte, lo lamento. —Solo espero que no vuelva a ocurrir, o perderás tu empleo. ¡Espérame en el automóvil! Además, verifica si la cámara grabó el número de matrícula del vehículo de la persona con la que casi chocamos por tu culpa. Necesito disculparme por tu imprudencia. —En verdad lo lamento, Señor, el hombre estaba muy preocupado.Este empleo era bien pagado y había cometido un gran error. Comenzó a alejarse deseando que la presencia de la niña calmara al empresario. — ¡Papá! —Se escuchó gritar a una niña. — ¿Por qué llegas tan tarde, Luca? ¡He estado esperándote por horas! Una mujer y una niña pequeña estaban de pie cerca de ellos. La mujer de aspecto
Capítulo 4 ¡Hermosa hada!Eleonor sintió el toque, de una pequeña mano muy suave y se giró con un respingo, escucho la llamada de una voz infantil y se distrajo de la tormenta de flashes tras ella. Sus ojos, nublados por el llanto, se posaron en la pequeña que le sonreía con inocente alegría; luego bajaron a sus manos unidas… y se agachó a su altura.— ¿Estás perdida, pequeña? —preguntó Eleonor con voz temblorosa, intentando secar sus lágrimas con el dorso de su mano libre.Jennifer la observó con seriedad, con su pequeña frente fruncida en una expresión de genuina preocupación.—No, no estoy perdida —respondió con dulzura—. Pero tú sí, señorita hada. ¿Tienes que encontrar a tu mamá? ¿Te perdiste?Eleonor parpadeó, sorprendida.— ¿Por qué dices eso?—Porque estás llorando —susurró la niña—. Solo alguien que está perdido llora así. Yo lo se.La inocente declaración hizo que un espasmo recorriera el rostro de Eleonor. Para Jennifer, Eleonor no era una extraña. La recordaba con absolut
Capítulo 5 No es mi esposaLuca sintió el pánico apoderarse de él cuando Eleonor se desvaneció en sus brazos. Su rostro estaba pálido, su cuerpo temblaba, y por un instante, él se quedó paralizado. La multitud a su alrededor desapareció de su percepción: solo existían ella y la desesperación por ayudarla.Sin pensarlo, la levantó con cuidado, sintiendo lo frágil que era.Jennifer, con los ojos empapados en lágrimas, lo seguía muy de cerca.—¡Papito! ¿Qué le pasa? —gritó, sollozando mientras se aferraba a su brazo.Sin perder más tiempo, Luca caminó con pasos decididos hacia su vehículo, estacionado a unos metros. Al llegar, ordenó con urgencia al chofer:—Vamos al hospital. Rápido.Con suavidad, colocó a Eleonor en el asiento trasero, recostándola con el mayor cuidado posible. Jennifer subió enseguida, mirándola angustiada.—Papá… ¿por qué está así? ¿Está muerta? —preguntó con un hilo de voz.—No, no lo está. Confía en mi cariño. —respondió él, tratando de sonar firme—. Pero está mu
Capitulo 6 Sucio secretoLucas se levantó de golpe, sorprendido al ver a su hermano, señalándolo mientras respiraba como un animal feroz. No podía creerlo… aquel hombre celoso, que había llamado al celular de la mujer que él estaba ayudando, precisamente ese hombre, era su hermano.—Te he preguntado, ¿qué haces aquí? —la voz de Michael sonó tensa. Y su rostro, tan rojo como una brasa encendida, hizo que Lucas desviara la mirada instintivamente hacia la cama, donde Eleonor seguía inconsciente.—Creo que deberías calmarte… y hacer silencio. Las reglas de estos lugares se respetan —Lucas señaló con el dedo el letrero que decía: "Por favor, guardar silencio". Luego, alzando una ceja, manteniendo una sonrisa burlona—. ¿No crees?— ¡Me importa un c…!La mirada dura de Lucas bastó para que Michael no terminara la frase. Se atragantó con su propia rabia, rechinando los dientes como un caballo enfurecido, y avanzó con pasos firmes hacia él.— ¿Qué te propones?La expresión de Lucas se tornó en
Capítulo 7 Con el corazón rotoEl personal médico del hospital iba y venía de un lado al otro, al igual que los visitantes. De repente, la voz estridente de Carla, interrumpió las actividades de las personas alrededor. , su rostro enrojecido por la ira.— ¡Así que aquí están! —gritó Carla, avanzando hacia Eleonor con determinación—. Tú —señaló a Eleonor—, ¿no tienes vergüenza? ¡En un hospital, encontrándote con un hombre casado y encima con mi hija presente! ¡Eres una descarada!Luca suspiró pesadamente, tratando de mantener la calma y explicarle, ya estaba acostumbrando a estos numeritos de Carla. Eran parte de su rutina acostumbrada, pero no dejaría que armara un escándalo en ese lugar.— No es lo que piensas, Carla. Solo estamos aquí por…— ¿Quieres convertirme en la cornuda del año? —continuo, Carla interrumpiéndolo, su voz llena de desprecio—. ¿O quizás crees que lo nuestro es un juego?La niña observaba a los adultos con angustia. Conocía de sobra el carácter de su mamá. Esperab
Capítulo 8 ¿Cómo pudiste? Eleonor aceptó que el chofer la trasladara. Tenía que llegar a casa de su madre. Ver que estaba ocurriendo. Aún estaba preocupada por su padre y no perdería el tiempo buscando un taxi. Aparte de que en realidad no se sentía muy bien. El automóvil se detuvo. Antes de poner el automóvil en movimiento, le había dado la dirección de la casa de su madre al chofer. Al bajar del automóvil, otro vehículo iba llegando. Eleonor reconoció a su hermana. Cristina se quedó viendo con asombro el automóvil de lujo de donde salía Eleonor. Se moría de curiosidad. — ¿Qué hace ella bajando de un automóvil tan lujoso? ¿En qué andará esa cochina gorda? Ambas se encontraron en la puerta de entrada y Cristina no pudo evitar preguntar: — ¿Eleonor, quién te trajo? ¿Dónde está tu carcacha? Eleonor no estaba de humor para sus ironías, así que se encogió de hombros y avanzó sin prestarle atención. Abrió la puerta y en el salón encontró a su madre inquieta, caminando de un lado a
Capítulo 9 Sueños rotos —Tú trabajas allí, puedes hablar con tu jefe. Dile que necesitamos tiempo para cubrir el pedido —dijo Cristina con voz tensa, casi suplicante. —Eres una irresponsable —replicó Eleonor, la frustración y el dolor en su tono—. Antepusiste el beneficio sobre la responsabilidad de cumplir los plazos con el cliente. —Ya te lo dije, nunca nos exigieron cumplir con los plazos. Ellos siempre esperaban. Pensé que sería igual esta vez —su voz se escuchaba temblorosa. Eleonor sabia que todo eso era una estratagema de Michael, lo hizo para someterla en el momento que quisiera. —Habla con ellos, baja los precios como compensación por la espera —insistió Eleonor, pero en su tono no había seguridad, sonaba más bien desesperado. —No me atienden. Ya fui hasta allá desde que se comunicaron con nosotros y me pasan al departamento legal. Nos hundirás si piden compensación económica —señalo Cristina con un tono ahogado. —Habrá que pagar. Venderemos algo. Hay que buscar el mod
Capítulo 1 Una amante secretaEleonor Rossi llegó a casa de su madre con una amplia sonrisa, a pesar de que esta visita no era de su agrado.Hoy se sentía feliz; nada de lo que dijeran su madre o su hermana cambiaría eso, porque esperaba la llegada de Michael.Él era su amante secreto desde hacía dos años y había estado ausente un mes, lo que le pareció una eternidad. Solo iría a verlo desde lejos. ¿Le parecería a Michael una sorpresa maravillosa? Ella pensaba que la sorpresa era fantástica, pero… ¿se lo parecería a Michael? ¿No pasaría nada con ir hasta el aeropuerto y saludarlo? ¿Verdad?Sus planes de encontrarlo en el aeropuerto, le llenaba el estómago de mariposas y la ilusión de verlo la rebasaba, se sintió como una adolescente.Los conflictos financieros de la empresa de Michael habían terminado. Las estrategias de Michael para atraer inversión de grandes capitales habían sido un éxito.En su última llamada le dijo que tenía algo que decirle que cambiaria sus vidas. Ella de inme