Sus tacones volvieron a pisar las calles de su ciudad de nacimiento después de dos años, le alegraba escuchar nuevamente el lenguaje verbal de sus raíces en las voces de los que le rodeaban. Había estado encantada de conocer nuevos lugares y de que la empresa haya llegado tan lejos a ofrecer sus servicios. Marián observó a Alberto que cargaba a su hijo de cinco años e hizo una expresión de incomodidad.-¿Que sucede? –Le preguntó Alberto caminando a su lado.-Nada, solo que, lamento que tuvieras que rechazar los proyectos de construcciones en París solo por mí.-No te preocupes, ya era hora de volver, seguiremos trabajando en esta zona y tendremos la estabilidad familiar que deseas.-Me alegro que pienses así, había asumido que nos separaríamos por un tiempo.-Eso no va a suceder, debemos apoyarnos en todo y aún más en tu estado.Al escuchar estas palabras de su esposo Marián sintió una corriente de nervios.-No estoy enferma, estoy bien –expresó ella para que él le siguiera la corrien
Todos se preguntaban por qué había pocos invitados en el salón, la madre le sonreía con una cara de felicidad, esa alegría inmensa que tenía que tener también ella en su corazón, pero nada era cierto. Sus estados internos no encajaban para nada en el lugar, estaba triste, dicen que nada es peor que un matrimonio obligado y ya estaba viviendo el porqué, se vistió muy elegante para la ocasión, ese vestido verde de seda y el cabello semi recogido daban la ilusión de ser una princesa, pero no el de un cuento de hadas, porque jamás escogería a un príncipe como el que tenía al lado.- Firma por favor.Su mano temblaba al tomar el lapicero, dudó por un segundo antes de afincarlo en el papel, aún podía decir que no. Podía levantarse de la silla y salir corriendo, pero permaneció sentada, no debía ser tan cobarde,
2 meses antesElla levantó la mirada y observó el rostro del cliente, se sorprendió al no haberlo visto antes. -Se nota que no es de por aquí -Pensó y divisó su físico escultural. El hombre bien vestido de chaqueta marrón con un rostro perfilado se le acarcaba, pero su mirada expresaba alguna incomodidad, quizá le pasaba algo, o andaba apurado.-Buenos días ¿que desea?-Buenos días, me da cuatro empanadas de carne y pollo y dos batidos.-¿Para llevar? -Le preguntó Marián sacando las empanadas del calentador de exhibición.-Sí, por favor.Le entregó la orden y el hombre se retiró después de cancelar. Ella logró divisar como se alejaba a través de las vidrieras de la tienda, él se acercó a una camioneta negra, se subió en ella y arrancó después de cerr
En todo el día Marián no dejo de pensar en la herencia de su padre, en realidad aquella vez no quiso firmar por miedo a que su antigua pareja le quitara lo que podría obtener, pero ahora estaba libre y debía reclamar lo que era suyo. Si solo quedaba el nombre de la empresa alguien podría comprarlo y así obtendría para los gastos de la recuperación de su madre.La habitación oscura fue alumbrada por la luz de una linterna cuando ella dio pasos hacia el interior del sótano, sus fosas nasales percibieron el polvo y a lo lejos se escuchaba el sonido de insectos hurgando en las cajas viejas de cartón. Divisó ropas y cosas antiguas de su padre, su mamá nunca quiso tocar las pertenencias de él después de fallecido, pero a pesar de todo era muy organizado, esos últimos meses de enfermedad dejo un archivador con todos los documentos de su compañía.Rod&o
Marián entró a la pastelería y alcanzó a ver a Cristina atendiendo a los clientes, pero siguió directamente a la cocina para que nadie viera su rostro lleno de lágrimas.En realidad, fue una hija consentida, de pequeña vivió como una princesa, poseía todos los juguetes nuevos de la juguetería, ropa de los mejores diseñadores, una prestigiosa escuela y paseos y viajes cada fin de semana. Su madre también lo disfrutó, ella sí fue una buena esposa, siempre acompañaba a su padre al trabajo. En la preparatoria todos envidiaban a "la hija del ingeniero", los profesores pensaron que sería como él, la carrera que más le llamaba la atención en ese campo era la de arquitectura y el diseño de interiores, incluso aspiraba trabajar con su padre en el interiorismo de sus construcciones. Pensaba que no necesitaba estudiar al enamorarse de un abogado que
"Quizás sea en otro departamento, yo me encargo del registro empresarial" la voz de la mujer que la atendió el otro día resonó en su cabeza, cuando antes de abrir la manilla de la puerta que cruzó la vez pasada dudó si sería correcto entrar...-¿Y si todo fue un error? ¿Y si en realidad mi herencia no existe y no poseo nada?... - Al menos se había alegrado cuando le habían mencionado que formaba parte de Empresas Bosques-. Tal vez mi supuesto socio adinerado ya hizo de la suya y eliminó mi nombre del registro empresarial...- Llena de ira empujó la puerta con agresividad...Un susto tocó su corazón que lo hizo latir rápidamente, sus piernas le temblaron de los nervios, no esperaba que ese sujeto estuviese en ese lugar.-Me dijiste que querías más información sobre la empresa.-Así es -le dijo a la secretarí
-Yo sé Juan Carlos, tenemos pendiente el viaje para el asunto de la posada frente a la playa y el proyecto de la residencia en Campo Palma, pero si no arreglamos los asuntos legales sobre registro empresarial no puedo dar un paso más.-Pero que sea rápido Alberto, tengo los planos listos para empezar a movernos.-También quiero meterle mano a eso esta semana, ahorita tengo una reunión con mi abogado, espero que haya buenas noticias.-De acuerdo, estamos en contacto.-Hasta luego Juan Carlos.Después de colgar la llamada del arquitecto Alberto entró por el área principal del buffet y empujó la puerta de la oficina después de darle vuelta a la manilla. Fue una sorpresa observar a Marián sentada en el lado derecho de la mesa cuadrada a dos metros de su abogado, "qué diferente se ve una mujer cuando se arregla", le había gustado observarla elegante con la pinta q
-Marián, no puedo proceder con una demanda...ustedes son socios - dijo Alberto tratando de convencerla- no puedes demandar a tu socio por tomar un dinero que estaba en una cuenta de la empresa de ambos y si fue para invertir, menos.-¿En serio? Esperaba que pudiéramos demandarlo, ese hombre difícilmente me pagará ese dinero- dijo Marián.-La demanda podría seguir siendo una amenaza para tu socio, aunque legalmente no la podríamos procesar. Pero tú tienes la "carta bajo la manga".-¿Y que tengo yo? ¡Yo no tengo nada! -Marián casi dejaba salir el llanto de la preocupación.-Él te que necesita Marián -lo dijo mientras miraba sus ojos húmedos- sin ti, él no puede hacer ninguna compra-venta a nombre de su empresa.-Eso es verdad... ¿Y qué debería hacer yo?-Aceptar el matrimonio con tu socio, al divorciarte, te