Capítulo 15

Al calzarse los zapatos negros de vestir Alberto se preguntaba si su compañera ya se había levantado, ya él estaba arreglado y no quería impacientarse por tener que esperarla, aunque de ahora en adelante tenía que portarse bien con ella, si la hacía molestar nuevamente podría ocurrir que fracasaran sus planes... Alberto observó su rostro indignado a través del espejo, jamás había necesitado tanto de una mujer después de su madre y le urgía que Marián lo apoyara. Introdujo su billetera en la parte trasera de su pantalón y salió de su cuarto.

-Buenos días Alberto.

-Buenos días Marián -dijo sorprendido al verla arreglada metida en la cocina- ¿cocinaste?

-Sí, ya está listo el desayuno, ¿tenemos unos minutos para comer o estás apurado?

-Adelante, aún hay tiempo

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