-¡Celos! ¡Jamás! No podrían ser celos los que me hicieron correr el otro día del apartamento de Alberto -lo dijo Frenando el auto en el estacionamiento, tuvo que volver, por su mente se dibujaba toda la conversación que había tenido con su abogado el día anterior "debes averiguar todo sobre él.
-Tengo hambre -dijo al descifrar lo que le apetecía su estómago, no había probado nada desde el mediodía y hacía rato que había caído la tarde. Al disponerse a preparar la cena observó que la casa estaba un poco sucia, podría ser cierto que él necesitaba una ama de llaves, se notaba que no tenía tiempo para limpiar.
El olor a Pollo inundaba toda la casa sorprendiendo a Alberto que entró desprevenido a su apartamento, al ver a Marián sentada en el sofá viendo la televisión exclamó con extrañeza:
Al calzarse los zapatos negros de vestir Alberto se preguntaba si su compañera ya se había levantado, ya él estaba arreglado y no quería impacientarse por tener que esperarla, aunque de ahora en adelante tenía que portarse bien con ella, si la hacía molestar nuevamente podría ocurrir que fracasaran sus planes... Alberto observó su rostro indignado a través del espejo, jamás había necesitado tanto de una mujer después de su madre y le urgía que Marián lo apoyara. Introdujo su billetera en la parte trasera de su pantalón y salió de su cuarto.-Buenos días Alberto.-Buenos días Marián -dijo sorprendido al verla arreglada metida en la cocina- ¿cocinaste?-Sí, ya está listo el desayuno, ¿tenemos unos minutos para comer o estás apurado?-Adelante, aún hay tiempo
-Tu ex se apareció descontrolada -dijo el arquitecto al encontrarlo por el pasillo.-Como hago, si las mujeres se pelean por mí -dijo Alberto engreído con una sonrisa.-¡Jajaja! Ya veo -dijo Juan Carlos.-"Ni siquiera me respeta en medio de sus amigos" ¿cómo pudo decir eso? -Pensó Marián.Alberto abrió la puerta de su oficina y la hizo pasar.-¿Es normal que te conozcan como el "pica flor"? -Dijo Marián en tono sarcástico, tenía qué desencadenar esa rabia que tenía encima.-Marián, ese problema no te incumbe -dijo Alberto encendiendo la computadora.-Claro que me incumbe Alberto -ella se sentó en una silla frente al escritorio y colocó su cartera sobre sus piernas- ¿Y si esa mujer me encuentra en la calle y me golpea?-Ella no es de golpear a nadie -dijo Alberto medio sonriendo.-Tú no sabes cóm
-¡Y esa mujer casi lo cacheteó en plena compañía!-¿En serio Marián o estás exagerando?-No exagero Cristina, así fue.-Esas cosas le pasan por andar de mujeriego... ¿Y tú no le dijiste nada?-No, yo estaba estática y quería salir corriendo !jajaja!-¡Jajaja! Me imagino. No sé qué haría yo en tu lugar, creo que defendería a mi esposo.-¡Defenderlo Cristina! Recuerda que nuestro matrimonio es por conveniencia.-Bueno Marián, hay que ver el punto de vista positivo, él es guapo y tiene dinero ¿No te gusta?-Quizás me gustaría si no fuera mujeriego, tacaño y arrogante.-Si te da dinero no es tan tacaño como parece, de mujeriego, creo que esa Gabriela no se le volverá a aparecer por lo que me estas contando y la arrogancia se le quita con amor.<
El hermoso paisaje natural dominaba sus ojos, Alberto apagó el aire acondicionado y bajó las ventanillas del auto para observar las tonalidades del color azul entre mezclándose el cielo y el mar.-¿Aquello que se ve allá son Islas?La pregunta de Marián lo hizo voltear y detallarla, aunque llevaba un moño amarrado la brisa alborotaba sus cabellos y se notaba que también se inspiraba por las grandes proporciones de agua vistas de la carretera montañosa.-Sí -afirmó Alberto- se llaman las Isletas, dicen que las aguas que las rodea son cristalinas, permitiéndose ver especies de peces coloridos.-¿Cuando tengamos un tiempo disponible podemos ir a visitarlos? -Preguntó Marián imaginándose un paseo en lancha que además le encantaría disfrutar.-Por supuesto, par
Alberto se disponía a entrar al comedor cuando su estómago le exigía el desayuno.-Espero que a mi sándwich no le pongan mucha salsa, olvidé mencionarlo -se sentó frente a una mesa y le hizo señas a un cocinero para que le llevara la comida.Sus ojos se alegraron al ver los platos de comida que le colocaron en la mesa, un plato hondo con un caldo de pollo, otro plato llano con una comida que lo hizo impacientarse hasta llevarse un bocado a la boca.-Muy sabroso, me sorprende que cambiaran el menú sin consultarme -lo dijo serio.-Disculpe señor Alberto -respondió Jonás, pensé que como su esposa lo planificó, usted ya estaba al tanto.-¿Mi esposa? -Analizaba mientras disfrutaba el desayuno- ¿Y ahora que habrá hecho ella? Con razón ella había llegado a la habitación muy tarde la noche anterior y al despertarse Alberto no
Apenas había salido el sol cuando Marián, Alberto, Sara y Samuel se acomodaban dentro de la lancha para dirigirse a las islas más cercanas. -Gracias por venir a acompañarme -agradeció el asistente de logística- sé que yo era el encargado de establecer las áreas de turismo en la zona, pero no hubiese podido venir solo. -Todos estamos juntos en esto Samuel -intervino Alberto- todos debemos apoyar para que la posada atraiga a más personal. -Y así damos un paseo y nos divertimos -dijo sonriendo la asistente administrativa mientras se colocaba el salvavidas de protección. -Traje la cámara para capturar el paisaje -dijo Samuel colgándose la cuerda de la cámara en el cuello. -¡Excelente! tómanos unas fotos mientras paseamos en lancha, servirá para la revista -dijo Marián. Los tres que estaban esparcidos se agruparon para la fotografía. El brazo musculoso de Alberto se situó detrás y encima del cuello y hombro de Marián, era obvi
Alberto observaba el gran cartel colocado en la entrada de la posada. “Posada Bosques Playas” lo llevaba escrito con letras grandes y en el fondo tenía la imagen de aquella vista hacia el mar desde el risco de la Isleta.-Samuel hizo un buen trabajo con la cámara, debo contratarlo como fotógrafo personal -pensó y entró por el portón de la posada.-Señor Carrasco -dijo llamando su atención el asistente de logística.-¿Cómo está su esposa? No la vi almorzando con usted -Le preguntó.-Debe estar mejor -respondió con total inseguridad.-Me preocupa que se halla enfermado al tragar agua salada, porque luego llovió y quizá eso ocacionó su resfriado.-Iré a verla -Alberto siguió caminando hacia el frente, pero Samuel hizo que frenara su pasó.-Y… ¡Señor! -Samuel se le acar
El canto de los pájaros se escuchaba como una melodía en el lugar, los árboles saludaban lanzando ráfagas de aire para acariciar los cuerpos. Un grupo de diez personas se adentraban en la montaña cuando un riachuelo de agua cristalina se les atravesó en el camino.-Tenemos dos opciones; rodearlo o atravesarlo -habló el representante de la guía turística, el señor Fran.-¿Cómo sería más rápido? -Preguntó Alberto.-Tardaríamos menos tiempo si lo atravesamos, pero más seguro sería seguir por el costado -respondió el señor Fran.-Yo opino que mejor sería atravesarlo, el agua está baja, solo nos llegaría por los tobillos -intervino un excursionista.-¿Todos estamos de acuerdo?.. -Al ver que la mayoría lo afirmaron el señor Frank se quitó los zapatos y lo dem&aa